La guerra abierta que existe dentro del Real Madrid, entre Jorge Valdano y José Mourinho, supera cualquier ficción. En un club presidencialista, como es 'la Casa Blanca', parte de la culpa la ha tenido Florentino porque no intuyó lo dañino de tomar partido por Valdano frente a Mourinho. Con la llegada del nuevo entrenador debió dejar en manos del portugués el poder de ser un 'auténtico manager'. No lo hizo y permitió además que Valdano, que entre sus numerosas virtudes no está la de ser humilde y pasar desapercibido, dictara que había vencedor y vencido en los pulsos entre director general y entrenador.
Florentino hace y deshace como el que juega al 'monopoly', con la frialdad de los números y las multinacionales, tan sólo le importa tener una empresa que genere dinero, y el Real Madrid no debe tener ánimo de lucro sino ánimo de hacer felices a sus aficionados con equipos competitivos, que no solo generen ilusión, sino que también consigan títulos, algo que por el Bernabéu últimamente no se ve mucho.
Y es que a Florentino se le pueden achacar muchas cosas. El madridismo está harto, ahora mismo lo único que tenemos es un club sin identidad, sin proyecto deportivo, un entrenador cada año con el que no tiene relación, tampoco con la plantilla, se rodea de escuderos y bufones que irán dejando el club poco a poco, hasta que se encuentre otra vez ante los leones y entonces... ¿volverá a dimitir?
Por otra parte, nadie se explica qué hace Valdano como director general deportivo del Real Madrid. A pesar de que muchos le advirtieron a Florentino de que tropezar con las mismas piedras de su primer fracaso era de tontos o de soberbios, el presidente mantuvo su criterio y puso de nuevo a Valdano en la cima directiva.
Después de la destitución de Pellegrini, apuesta personal del argentino la temporada pasada, Valdano también debería haber cogido la puerta de salida. Primero por principios morales: él creía que el técnico chileno debía seguir; y segundo por principios futbolísticos: Mourinho es, ha sido y será, la antítesis de lo que entiende el argentino por fútbol, y de la concepción 'poética' que tiene del juego.
Esta temporada, y tras el fin de la primera vuelta, todos nos hemos dado cuenta que al Madrid le hacen falta delanteros (y lo digo en plural, ya que Benzema ha demostrado en numerosas ocasiones que este club le viene grande), pero, sobre todo necesita grandes gestores al frente del club, que sepan mantenerse al margen del apartado deportivo, el cual debería estar en manos del entrenador. Mourinho ya avisó allá por el mes de agosto, que esta plantilla necesita un 9 puro. Más allá de 'gatos y perros', el único que está haciendo goles es Cristiano Ronaldo, y si este se lesiona (y se puede lesionar en cualquier momento) el Madrid no pasaría de ocupar un puesto medio en la clasificación. Valdano y Florentino serían los culpables.
En el inicio de la temporada lo único que consiguió el portugués fue a Mesut Özil, que ni es un 9 ni aporta muchos goles, a Mou se lo 'metieron' con calzador, y no le quedó otra que agachar la cabeza, mal empezó el portugués. Y ya se sabe lo que dice el refrán, lo que mal empieza...
Florentino sigue empecinado en repetir sus viejos errores, y todo, por confiar en la sabiduría de Valdano, ese intelectual del fútbol, que ahora, y escondiéndose tras una 'esforzada sonrisa', ha dado con la solución: Repescar a Van Nistelrooy después de regalarlo al Hamburgo.
Y para terminar, no quisiera despedir este post sin parafrasear al gran Alfonso Ussía, quien en uno de sus artículos de opinión apuntaba sobre el argentino: "Valdano, que se vuelva al Tenerife, de entrenador o de jardinero".
Florentino hace y deshace como el que juega al 'monopoly', con la frialdad de los números y las multinacionales, tan sólo le importa tener una empresa que genere dinero, y el Real Madrid no debe tener ánimo de lucro sino ánimo de hacer felices a sus aficionados con equipos competitivos, que no solo generen ilusión, sino que también consigan títulos, algo que por el Bernabéu últimamente no se ve mucho.
Y es que a Florentino se le pueden achacar muchas cosas. El madridismo está harto, ahora mismo lo único que tenemos es un club sin identidad, sin proyecto deportivo, un entrenador cada año con el que no tiene relación, tampoco con la plantilla, se rodea de escuderos y bufones que irán dejando el club poco a poco, hasta que se encuentre otra vez ante los leones y entonces... ¿volverá a dimitir?
Por otra parte, nadie se explica qué hace Valdano como director general deportivo del Real Madrid. A pesar de que muchos le advirtieron a Florentino de que tropezar con las mismas piedras de su primer fracaso era de tontos o de soberbios, el presidente mantuvo su criterio y puso de nuevo a Valdano en la cima directiva.
Después de la destitución de Pellegrini, apuesta personal del argentino la temporada pasada, Valdano también debería haber cogido la puerta de salida. Primero por principios morales: él creía que el técnico chileno debía seguir; y segundo por principios futbolísticos: Mourinho es, ha sido y será, la antítesis de lo que entiende el argentino por fútbol, y de la concepción 'poética' que tiene del juego.
Esta temporada, y tras el fin de la primera vuelta, todos nos hemos dado cuenta que al Madrid le hacen falta delanteros (y lo digo en plural, ya que Benzema ha demostrado en numerosas ocasiones que este club le viene grande), pero, sobre todo necesita grandes gestores al frente del club, que sepan mantenerse al margen del apartado deportivo, el cual debería estar en manos del entrenador. Mourinho ya avisó allá por el mes de agosto, que esta plantilla necesita un 9 puro. Más allá de 'gatos y perros', el único que está haciendo goles es Cristiano Ronaldo, y si este se lesiona (y se puede lesionar en cualquier momento) el Madrid no pasaría de ocupar un puesto medio en la clasificación. Valdano y Florentino serían los culpables.
En el inicio de la temporada lo único que consiguió el portugués fue a Mesut Özil, que ni es un 9 ni aporta muchos goles, a Mou se lo 'metieron' con calzador, y no le quedó otra que agachar la cabeza, mal empezó el portugués. Y ya se sabe lo que dice el refrán, lo que mal empieza...
Florentino sigue empecinado en repetir sus viejos errores, y todo, por confiar en la sabiduría de Valdano, ese intelectual del fútbol, que ahora, y escondiéndose tras una 'esforzada sonrisa', ha dado con la solución: Repescar a Van Nistelrooy después de regalarlo al Hamburgo.
Y para terminar, no quisiera despedir este post sin parafrasear al gran Alfonso Ussía, quien en uno de sus artículos de opinión apuntaba sobre el argentino: "Valdano, que se vuelva al Tenerife, de entrenador o de jardinero".
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