20 abril 2021

Condenados a entenderse

Lo que venía siendo desde hace años un simple esbozo con el que algunos de los grandes clubes del viejo continente apretaban a la UEFA en busca de mayores beneficios ha acabado por convertirse en una declaración unilateral de ruptura con el organismo rector del fútbol europeo y con el fútbol en general.

Los doce clubes fundadores (Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Manchester City, Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham Hotspur, Liverpool, Juventus, Milan e Inter) han decidido firmar por la creación de una Superliga presidida por Florentino Pérez y romper con el teórico equilibrio en las competiciones impuesto por el máximo organismo continental desde hace más de medio siglo.

Entre los disidentes no están ni Bayern de Múnich ni Paris Saint-Germain, ganador y finalista de la última UEFA Champions League. El equipo parisino acaba de eliminar al alemán en la presente edición y es el único semifinalista de la actual temporada que no está en el grupo fundador de la Superliga. Bayern y PSG fueron invitados a formar parte pero lo rechazaron.

Según algunos medios, los accionistas catarís del PSG tacharon de "irrespetuoso" el proyecto de una competición continental de "súper ricos". Puede parecer sorprendente pero conviene no olvidar que Catar organiza el Mundial del próximo año y no quieren más problemas con la FIFA, especialmente después de que el periódico 'The Guardian' revelara que más de 6.500 trabajadores de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka han fallecido durante la construcción de las infraestructuras necesarias para albergar la cita mundialista desde que el máximo representante del fútbol intercontinental adjudicara el torneo de 2022 al país del golfo Pérsico.

Las reacciones del mundo del fútbol no se han hecho esperar. Por supuesto Aleksander Ceferin (UEFA) y Gianni Infantino (FIFA) han sido los primeros y más decididos enemigos del proyecto de la Superliga e incluso han lanzado amenazas contra los jugadores que participen en esta competición, pudiendo quedar fuera de las competiciones de selecciones (Eurocopa y Mundial). También las federaciones nacionales, las ligas domésticas y, en muchos casos, los gobiernos europeos no han tardado ni 24 horas en posicionarse en contra. Ligue1, Serie A, Premier League y LaLiga, (por no citar a todas las que se han quedado fuera, representadas en la ECA) verán cómo sus ingresos por derechos de televisión van a caer drásticamente si la idea de estos 12 clubes liderados por Florentino Pérez sale adelante.

Uno de los aspectos más importantes para los clubes 'secesionistas' es el de los beneficios, de hecho solo hablan de dinero y poco de fútbol. Con JP Morgan detrás, asumiendo la financiación del torneo, los ingresos de la Superliga serán muy superiores a los de la actual Champions. Ahora mismo, el campeón de la Liga de Campeones se puede llegar a embolsar una cantidad cercana a los 120 millones de euros. Nada que ver con los 400 millones de euros que podría ingresar el campeón de la Superliga. Un premio con el que los clubes intentarán minimizar el impacto provocado por la pandemia, además de poder disponer de unos presupuestos aún mayores a los actuales.

Lo que no se puede negar es que la UEFA se ha enriquecido gracias a clubes y selecciones mientras los que pagan a los jugadores han ido ingresando menos de lo que creen que merecen. Una UEFA a la que estas grandes entidades, en supuesto riesgo de quiebra, han pedido ayuda tras ser golpeados por la pandemia, por ejemplo flexibilizando el fair-play financiero. La respuesta de Ceferin fue tajante y ahí los grandes decidieron contraatacar, pero presentar un torneo casi cerrado, con 12-15 clubes fijos es una amenaza. Es un proyecto insolidario y choca frontalmente contra el principio de 'mérito deportivo', porque si, por ejemplo, mañana cualquier equipo que no sea Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid ganara LaLiga podría no jugar la Superliga pese a ser el mejor de su campeonato el año anterior. Pero aquí todo el mundo mira por lo suyo. 

Por su parte, la UEFA ha confirmado el nuevo formato de la Champions League, que no entraría en vigor hasta la temporada 2024-25 y que tiene cambios profundos en el sistema de competición respecto al actual, ampliando el número de equipos a 36, que seguirían clasificándose con los mismos criterios que hasta la fecha. La tradicional fase de grupos será reemplazada por un formato de liguilla en el que cada equipo disputará 10 partidos. Asimismo, la FIFA tiene pendiente el estreno de su nuevo Mundial de Clubes, aunque debido a la pandemia las fechas no serán las inicialmente programadas, y de momento no se conocen fechas oficiales. Este nuevo formato se disputará cada cuatro años.

Lo que queda claro con todo esto es que el fútbol está enfermo desde hace tiempo. Un fútbol donde cada vez prima más el negocio y los beneficios y menos los valores y el juego en sí. Mundiales asignados mediante sobornos, clubes-estado y oligarcas, un fair-play financiero incapaz, una Champions League cada vez más restrictiva y a medida de los grandes, la Supercopa en Arabia, LaLiga en Miami... el fútbol ya avanzaba hacia un futuro incierto en manos de los de siempre  y la Superliga es tan sólo la gota que colma el vaso.

Tanto la FIFA como la UEFA están condenados a entenderse con quienes planean este nuevo torneo insolidario y egoísta. Sin pandemia, quizás la Superliga habría llegado en 10 años como evolución natural de la Champions League, sin embargo, la opinión mayoritaria es que se terminará jugando la Superliga, eso sí, después de alcanzar un acuerdo con la UEFA y de que los clubes 'secesionistas' vuelvan al redil. 

11 abril 2021

DE GUANTE BLANCO: Cañizares

Nuestro protagonista es para muchos el mejor portero de la historia del Valencia. Cuatro ligas, dos Copas, una Champions League, una UEFA, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa, una Intertoto y una medalla de oro olímpica constituyen una tarjeta de presentación al alcance de muy pocos. Con el club 'che', Cañizares conquistó, además, tres trofeos Zamora como portero menos goleado de la Liga en 2001, 2002 y 2004. Hablamos aquí de una leyenda, cuya gloriosa trayectoria se vio ensombrecida por un injusto final.

José Santiago Cañizares Ruiz nació el 18 de diciembre de 1969 en Madrid (España). A pesar de nacer en Madrid, pasó toda su infancia en Puertollano (Ciudad Real) de donde sus padres son originarios. Hijo de José Cañizares, una eminencia del judo, comenzó su trayectoria deportiva en el CD Calvo Sotelo (posteriormente nombrado como CD Puertollano), donde Eduardo Caturla lo subió al primer equipo con solo 15 años, donde jugaba en varias posiciones. Alternó el judo (es cinturón negro) con el fútbol hasta los 16 años, cuando le fichó el Real Madrid CF para su cantera.

Tras debutar como profesional con el Castilla CF en Segunda División en la temporada 1989-90 y entrenar con la primera plantilla como tercer portero (por detrás de Buyo y Agustín), la siguiente temporada tuvo que salir cedido al Elche CF (donde apenas jugó 7 partidos en los que encajó 14 goles y vivió un descenso a Segunda División B) y luego a Extremadura para jugar en el CP Mérida. De allí, el mejor recuerdo que guarda es haber estado bajo las órdenes de Juan Gómez 'Juanito'. El club emeritense fue su salto definitivo hacia la élite, y en la temporada 1992-93 ficha por el Real Club Celta de Vigo de Chechu Rojo, que apostó fuerte por el portero pagando 57 millones de las antiguas pesetas. Llegaba su hora y 'Cañete' no defraudó. Hizo su debut en la Primera División el 6 de septiembre de 1992 en un derbi frente al Deportivo de La Coruña (esa temporada conquistó el Trofeo Zamora) y alcanzó la final de la Copa del Rey en la temporada 1993-94, donde cayeron en la tanda de penaltis ante el Real Zaragoza de Víctor Fernández.

En la temporada 1994-95 regresó al Real Madrid, permaneciendo en el club 'blanco' durante cuatro temporadas. Tras una primera campaña en la que el equipo se alzó con el título liguero con el veterano Paco Buyo como habitual en la portería, alcanzó la titularidad en la segunda. Sin embargo, con la llegada de Fabio Capello en la 1996-97, el titular es el internacional alemán Bodo Illgner, fichado por petición expresa del técnico italiano, por su preferencia por los porteros de mayor estatura. Aguantó la temporada con el técnico transalpino al frente en la que consiguió su segundo título liguero, y luego ganó la Supercopa de España y la Champions League con Juup Heynckes, temporada que comenzó en el banquillo pero en la que terminó jugando 34 partidos (26 de ellos en liga).

En el verano de 1998 ficha por el Valencia CF para reemplazar a Andoni Zubizarreta. Desde el primer día se integró perfectamente en la capital del Turia y en pocos meses se erigió como uno de los ídolos de la afición. La llegada de Cañizares coincide con la época gloriosa del club, donde mantiene la titularidad durante las diez temporadas (1998-2008) en las que permanece en el conjunto 'taronja'. Con jugadores como Mendieta, 'El Piojo' López, Albelda, Baraja, Vicente, Angulo, Carboni, Djukic, Aimar, Ayala, Rufete o Fábio Aurélio entre otros, y bajo la dirección de Claudio Ranieri, Héctor Cuper o Rafa Benítez se conquistan 2 Ligas (2001-02 y 2003-04), 2 Copas del Rey (1998-99 y 2007-08), una Supercopa de España (1999), una Copa de la UEFA (2003-04) y una Supercopa de Europa (2004), además de alcanzar dos finales consecutivas de la Champions League en las que cayeron ante Real Madrid CF (1999-00) y FC Bayern München (2000-01) respectivamente. Además a título individual, Cañizares recibió el Trofeo Zamora en las temporadas 2000-01, 2001-02 y 2003-04; y fue incluido en el Equipo del año de la UEFA en la temporada 2000-01.

La llegada al banquillo de Mestalla de Ronald Koeman en la temporada 2007-08, tras la destitución de Quique Flores, hizo que el entrenador holandés no contara con el portero, relegándolo a la grada junto a Albelda y Angulo. Tras los malos resultados del equipo y el malestar en plantilla y afición, Koeman fue cesado y Voro devolvió la titularidad a Cañizares después de más de cuatro meses sin entrar en una convocatoria. A pesar de ello, al finalizar la temporada anunció un acuerdo con el club 'che' para rescindir el año que le quedaba de contrato, jugando su último partido como valencianista el 18 de mayo de 2008 frente al Club Atlético de Madrid.

Internacional por España, ha jugado en todas las categorías inferiores de la Selección Nacional. Jugó el Campeonato de Europa sub-16 de 1986 disputado en Grecia, alzándose con el trofeo al derrotar en la final a Italia. También estuvo en el Europeo sub-18 y en el Mundial sub-20. No obstante, si hay algo que no olvida fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona'92, donde consiguió la medalla de oro con la selección sub-23. "La verdad que fue todo perfecto. Es una experiencia inolvidable, ya que el ambiente que se vive en unos Juegos es espectacular, creo que no se puede comparar a nada". Su inesperado debut con la selección absoluta se produjo el 17 de noviembre de 1993 ante Dinamarca en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, en un partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos. Zubizarreta fue expulsado a los diez minutos de juego y Cañizares tuvo que ingresar en el campo, siendo uno de los jugadores determinantes, haciendo paradas que supondrían la clasificación de los de Clemente. Estuvo en las fases finales de los Mundiales de Estados Unidos'94, Francia'98 y Alemania 2006. Se perdió el Mundial de Corea del Sur y Japón en 2002 al sufrir un importante corte en el pie con un frasco de colonia en un accidente doméstico. Este incidente hizo que Iker Casillas pasara a ocupar la meta española, quien le arrebató el puesto en la portería de la selección. También disputó las Eurocopas de Inglaterra'96, Países Bajos/Bélgica 2000 y Portugal 2004.

Tras rechazar varias ofertas de la Premier League inglesa y de la MLS norteamericana decidió retirarse del fútbol profesional, pasando a ser comentarista deportivo, estrenándose en la Cadena SER, durante el partido de vuelta de la Supercopa de España de 2008, disputado entre Real Madrid y Valencia. Su pasión por el mundo del motor hizo que empezara a correr en rallys clásicos para debutar, en 2011, en una prueba puntuable para el Campeonato de España de Rallys. Desde 2011 pertenece al equipo Suzuki Ibérica Motor Sport y en junio de 2017 consiguió su primera victoria absoluta al ganar el Rally de la Cerámica con un Porsche 997. También ha destacado como jugador de póker y en 2014 participó con su mujer en el programa de Antena 3 ¡A bailar!. Ese mismo año publicó el libro '¡Papá, quiero ser futbolista!', donde ofrece consejos en forma de manual a los padres cuyos hijos se quieren dedicar al fútbol como jugadores para que logren su objetivo. Además de su trabajo como comentarista en las emisiones de LaLiga en Movistar+, a mediados de 2019 se incorporó al equipo de Deportes de COPE como comentarista en el espacio 'Tiempo de Juego' dirigido por Paco González y en 'El Partidazo' con Juanma Castaño.

08 abril 2021

Una pequeña mentira

Título Original: Fourmi
Año: 2019
Duración: 105 min.
País: Francia
Director: Julien Rappeneau
Guión: Julien Rappeneau (Cómic: Mario Torrecillas)
Reparto: Maleaume Paquin, François Damiens, André Dussollier, Ludivine Sagnier, Laetitia Dosch, François Girard, Sébastien Chassagne, Cassiopée Mayance, Pierre Gommé, Didier Brice, Ismaël Dramé, Nicolas Wanczycki, Pierre Diot, Jonathan Waite, Laurent Orry, Martine Schambacher
Productora: The Film / France 2 Cinéma / TF1 Studio / Scope Pictures / RTBF
Género: Comedia / Drama

Las adaptaciones cinematográficas de obras literarias no siempre tienen un camino fácil. 'Dream Team', el cómic escrito por Mario Torrecillas y dibujado por Artur Laperla, encuentra su hogar en Francia y en manos de un director, Julien Rappeneau (hijo del mítico Jean-Paul Rappeneau, responsable de 'Cyrano de Bergerac') que se enamoró totalmente del proyecto.

La cinta cuenta la relación entre Theo, un niño con un gran talento para el fútbol, y su progenitor que atraviesa una profunda crisis personal que lo ha sumido en el alcohol y cómo el pequeño logra salvar a su padre gracias a una mentira: ha sido fichado por un ojeador del Arsenal. Así comienza un enredo intencionado que no tarda en escapar a su control y revoluciona la vida de su pequeña ciudad.

El optimismo del film no elude aproximarse, eso sí, con humor y desdramatizando, algo que se agradece, a problemas tan actuales como los conflictos emocionales de los hijos de padres divorciados y la dependencia patológica que tienen algunos jóvenes de Internet. Además, tiene ese toque liviano de las comedias francesas, es un entretenimiento ligero y correcto para toda la familia, y dejará también un buen sabor de boca a quien quiera pedirle un grado más de exigencia. 

En general la película se ve lastrada por un abuso de clichés y un exceso de buenos sentimientos; y por eso es admirable que, aún así, logre que la relación paternofilial alrededor de la que gira resulte razonablemente conmovedora. Para todo lo histriónicas o almibaradas que pueden ser estas comedias dramáticas francesas, 'una pequeña mentira' consigue mantener un tono relativamente sobrio y ser cruda cuando es necesario. El trabajo de Damiens como padre alcohólico y patán es totalmente convincente, e incluso el pequeño Maleaume Paquin resulta carismático, contenido antes de resultar cargante, a pesar de unos diálogos entre él y sus amigos dotados de una adultez en ocasiones ridícula.