29 abril 2013

El día que los hinchas de Chacarita Juniors vistieron a su equipo

Asistir con la camiseta de tu equipo al campo es una de las modas que se han impuesto en el fútbol en los últimos años. El aficionado se siente orgulloso de sus colores y acude al estadio a hacer de jugador número doce, y resulta realmente maravilloso el efecto que produce el ver todas las gradas de un campo vestidas con los colores del equipo.

26 de Marzo de 1994, Villa Maipú, provincia de Buenos Aires (Argentina). El Club Atlético Chacarita Juniors y el Club Almagro se enfrentaban en la decimoprimera jornada del campeonato de Primera B argentino. Como ambas instituciones eran vestidas por 'Penalty', sponsor de indumentaria deportiva, los directivos de la marca brasileña pusieron en juego un trofeo que quedaría en las vitrinas del conjunto vencedor. Hay que destacar que ambos conjuntos tienen una camiseta similar, Chacarita usa una negra y roja a rayas verticales con finas bandas blancas entre cada una, y Almagro, una idéntica, reemplazando las rayas rojas por azules. Además, ambos conjuntos compartían aquella temporada su uniforme alternativo, siendo éste totalmente blanco con pequeños detalles en negro y en rojo o azul, según el equipo.

Para este encuentro, la empresa proveedora cometió un tremendo error y entregó a ambos equipos el uniforme visitante, por lo que al momento de salir al terreno de juego, el árbitro Gustavo De Gennaro, reunió a los capitanes, junto con los entrenadores y delegados de ambos conjuntos para encontrar una solución. Pero para colmo, ninguno de los dos equipos había previsto un juego equipaciones alternativas para un eventual percance. 

Con el paso de los minutos el nerviosismo se empezó a apoderar de todos los presentes en el estadio. Desde la cabina de radio, Oscar Scotton, reconocido periodista argentino e hincha de Chacarita, propuso una extraña solución para superar el tremendo papelón. "Habiendo tantas camisetas tradicionales a bastones rojo, blanco y negro entre los hinchas, que los jugadores se las pidan prestadas"Inmediatamente quienes lo escuchaban desde la tribuna trasmitieron la idea dentro del campo de juego y en un abrir y cerrar de ojos, desde la grada comenzaron a lanzar decenas de camisetas con los colores titulares de Chacarita. Rápidamente, los utilleros locales seleccionaron un juego de camisetas del 2 al 16 (como el 4 no se conseguía se tapo con esparadrapo el 1 a un 14 que había de sobra), que habían sido lanzadas por encima de la valla a los jugadores, quienes tras recogerlas se dirigieron al vestuario. Después de unos instantes, y con casi 25 minutos de retraso, salieron los jugadores de Chacarita Juniors vestidos con las camisetas de los hinchas, aunque eran todas distintas (algunas tenían la franja central roja, otras la tenían negra, otras con mangas rayadas, otras no...). Chacarita ganó el encuentro 3-2, con goles de Mario Gómez, Daniel Nicastro y Sergio Lara por parte 'funebrera', y de Carlos Yaqué por la parte 'tricolor'.

La otra anécdota del encuentro se produjo cuando el capitán 'funebrero' Sergio Ricardo Lara se acercó al directivo de 'Penalty' para recibir el trofeo que les acreditaba como campeones. Los directivos de la marca brasileña se llevaron una desagradable sorpresa, ya que el defensor vestía una camiseta de la marca 'Taiyo', el anterior patrocinador del equipo.

24 abril 2013

Westfalenstadion, la 'opernhaus' de Dortmund

Sede de dos Mundiales y considerado por la prensa inglesa como el mejor estadio de fútbol del mundo, la casa del Borussia Dortmund ha visto crecer a un equipo que jugó 26 años encima de una bomba de la Segunda Guerra Mundial. Su belleza arquitectónica no le quita protagonismo histórico a este emblemático estadio, convertido en todo un símbolo para la ciudad. Ésta es 'la casa de la ópera' del fútbol alemán, como popularmente se conoce al Westfalenstadion, el campo que más colorido le da a la Bundesliga.

La historia del estadio comenzó el 5 de abril de 1965, cuando después de cuatro largos años de discusiones sobre las obras de remodelación del viejo Stadion Rote Erde (de propiedad municipal), el Comité de Finanzas de la ciudad de Dortmund se decidió a no realizar más ampliaciones y construir un nuevo estadio en los terrenos adyacentes al viejo campo. La necesidad de un nuevo y más moderno estadio se hizo patente en 1966 cuando el Borussia se convertía en el primer equipo alemán en ganar un título europeo al imponerse al Liverpool de Bill Shankly en la final de la Recopa de Europa. Además, ese mismo año, se conocía la designación de la República Federal de Alemania como país organizador del Mundial de 1974.

Sin embargo, el proyecto consiguió su impulso decisivo a principios de 1970 cuando la ciudad de Colonia rechazó la construcción de un nuevo estadio (las ciudades de Westfalia elegidas como sedes mundialistas eran Gelsenkirchen, Düsseldorf y Colonia), por lo que a Dortmund se le daba vía libre para la construcción de un estadio que pudiera ser sede del Mundial cuatro años más tarde. Los fondos federales, sin los que el Ayuntamiento hubiera podido llevar a cabo las obras, pasan a la ciudad de Dortmund. Al ser una cantidad pequeña para el proyecto inicialmente planteado, se decide construir un estadio exclusivo para el fútbol (el proyecto para Colonia incluía una pista de atletismo alrededor del terreno de juego) con unas 54.000 localidades. El proyecto fue encargado a Ulrich Drahtler de la empresa Planungsgruppe Drahtler, quienes construyeron el estadio en tres años usando elementos de hormigón prefabricados y con un coste total de 31,7 millones de marcos.

El estadio se inauguró el 2 de abril de 1974 en un partido amistoso entre el Borussia Dortmund y el Schalke 04, partido que el Ayuntamiento de la ciudad quiso que fuera a beneficio de los vecinos de Dortmund, una zona tradicionalmente deprimida económicamente. El partido lo ganó el cuadro de Gelsenkirchen por 3-0, aunque el honor del primer gol marcado en el estadio recae sobre Margret Schäferhoff, jugadora de 17 años del TBV Dortmund Mengede 08 y que se enfrentaron al VfB Waltrop en los prolegómenos del partido principal de la jornada inaugural. El primer partido oficial fue tan solo cinco días después de su inauguración, el 7 de abril, y enfrentó al equipo local, el Borussia Dortmund y el Bayer Uerdingen. Tan sólo unos días después, el 17 de abril, el Westfalenstadion acoge su primer partido internacional, un amistoso de la selección de Alemania Occidental contra Hungría, donde los germanos se impusieron (5-0) al conjunto magyar. Debido a que en aquella época el equipo se encontraba en la Segunda División, el primer partido de la Bundesliga disputado en el Westfalenstadion fue 2 años después, el 2 de abril de 1976 entre el VfL Bochum (que actuó como local durante la construcción del Ruhrstadion y se trasladó aquí en abril de 1976) y el FC Schalke 04. El primer goleador en un partido de Bundesliga fue Erwin Kremers delantero de los 'Königsblauen'

Para la cita mundialista, el Westfalenstadion fue testigo del 'fútbol total' desplegado por la 'Naranja Mecánica' de los Cruyff, Neeskens, de Jong, Krol, Rensenbrink y compañía. Acogió tres partidos de la Primera Ronda (Escocia-Zaire, Holanda-Suecia y Holanda-Bulgaria). Además en sus instalaciones se jugó el Holanda-Brasil de la Segunda Ronda, que resultó decisivo para el pase a la final del conjunto de Rinus Michels.

Después de la tragedia de Hillsborough, la FIFA obliga a todos los estadios a cumplir las nuevas normativas que no permiten que los espectadores estén de pie, por lo que en 1992 la capacidad del Westfalenstadion queda reducida a 42.000 espectadores. Por ello, en 1996 se lleva a cabo una primera fase de reconstrucción. El objetivo era aumentar la capacidad y la altura añadiendo un nuevo piso en los graderíos. El arquitecto que proyecta la reforma es el propio Drahtler quien junto con el ingeniero Gustav Schulze amplían sus dos gradas principales con una segunda bandeja, recuperando la capacidad original de 54.000 espectadores. Además en la Tribuna Oeste se establece la zona VIP.

En la temporada 1996-97, fue el hogar de uno de los mejores planteles que se recuerdan del Borussia Dortmund. Aquella temporada ganaron la Champions League ante la Juventus y más tarde la Intercontinental ante el Cruzeiro brasileño. En ese equipo de ensueño había figuras como el portero Stefan Klos, Matthias Sammer, el delantero suizo Stephan Chapuisat, y como no, el gran Andreas Möller. Ante la demanda de los aficionados se decide ampliar nuevamente el estadio para llegar a los 68.000 espectadores. En esta nueva remodelación se amplía su famosa y espectacular Südtribüne (Tribuna Sur), un fondo uniforme, sin palcos y en pendiente que acoge 25.500 localidades de pie, ostentando el honor de ser la mayor tribuna de pie del mundo. Desde ahí, los seguidores más fanáticos apoyan al Borussia con sus bufandas amarillas al viento y voz en grito creando una atmósfera muy similar a la de 'The Kop' en Anfield. Es el famoso Muro Amarillo. Dicen los que han visitado alguna vez este estadio que sus cimientos vibran cuando la afición local se abraza y comienza a saltar.

Nuevamente, en el año 2000, Alemania es designada como país organizador de la Copa del Mundo para su edición de 2006. El Westfalenstadion debía tener una importancia grande en la organización del torneo, pero al convertir las localidades de pie a asientos, el estadio perdía cerca de 20.000 localidades, por lo que se decidió hacer una última remodelación. El proyecto es adjudicado a los arquitectos Matthias Schröder y Ralf Schulte-Ladbeck, cuyo diseño estructural fue realizado por la empresa de ingeniería Berger & Berger. Se cierran las esquinas del estadio, que hasta ese momento estaban abiertas, y se reestructura el techo para ser soportado en voladizo por una estructura externa de acero, similar a la de Old Trafford.  Este voladizo esta soportado por ocho pilares de sujeción exteriores de color amarillo brillante, y que con 62 metros de altura son visibles desde muchos puntos de la ciudad y resaltan en un entorno paisajístico verde con pocas edificaciones a su alrededor. Se coloca, además, un sistema de calefacción bajo el terreno de juego. Así mismo se colocan 4 pantallas gigantes en las esquinas, y una pequeña pantalla sobre la grada norte. Como curiosidad, durante el curso de estas obras se encontró a sólo un metro de profundidad y justo debajo de la línea de medio campo una bomba de 450 kg que estaba ahí desde la II Guerra Mundial, cuando la RAF británica bombardeó las principales ciudades industriales alemanas. Por supuesto hubo que desalojar no sólo el estadio, sino todos los edificios de alrededor, aunque se pudo sacar de allí sin causar daños.

El Westfalenstadion ha acogido importantes partidos a nivel continental, como la final de la Copa de la UEFA de 2001 que enfrentaba al Liverpool inglés y al Deportivo Alavés (aquel gran 'Euro-Alavés' apodado 'La pantera rosa' por el color de su equipación). El partido terminó en tablas con goles de Babbel, Gerrard, McAllister y Fowler por parte inglesa, y de Iván Alonso, Javi Moreno (en dos ocasiones) y Jordi Cruyff por el lado español. La prórroga fue un ejercicio agónico por parte de los vitorianos, sobre todo tras las expulsiones de Magno y Karmona. Cuando el partido parecía condenado a los penaltis, una falta botada sobre el área del Alavés la cabeceaba Delfí Geli involuntariamente al fondo de su portería haciendo pedazos los sueños europeos del conjunto (aquel día) azul y oro.

En 2002 el Borussia Dortmund se convirtió en propietario del estadio hasta entonces en manos municipales. Además compraron una parcela colindante en la que se construyó un aparcamiento de capacidad para 1.000 vehículos. Durante el verano de 2005 la empresa Planungsgruppe Drahtler realizó una serie de remodelaciones para dar los últimos retoques al estadio de cara al Mundial. Se instalaron los sistemas de acceso electrónico, se adecuaron las zonas para discapacitados y las zonas VIP, se renovaron y modernizaron los vestuarios y las instalaciones médicas, y se construyeron a unos 15 metros por debajo de la grada norte una pequeña comisaría con dos calabozos con capacidad para 130 personas cada uno. Debido a estas obras se eliminaron 1.500 asientos por lo que la capacidad del estadio quedó en 81.264 espectadores. Terminada estas reformas, el estadio se convierte en el estadio más grande de Alemania y el sexto estadio más grande de Europa por lo que la UEFA lo declara como categoría 'élite', pudiendo albergar finales, tanto de la Champions League como de la Europa League. El 1 de diciembre de ese mismo año, la Westfalenstadion Dortmund GmbH vendió los derechos del nombre del estadio a la empresa de seguros Signal Iduna, por lo que el estadio pasó a llamarse (y hasta 2021) Signal Iduna Park. Esta decisión causó división en los aficionados 'Schwarzgelben' quienes por un lado veían una seguridad financiera de cara al futuro, pero por otro lado, representaba una ruptura con la tradición.

Para la cita mundialista de 2006, en este estadio se disputaron 4 de los 48 partidos de la primera fase (Alemania-Polonia, Trinidad y Tobago-Suecia, Japón-Brasil y Togo-Suiza). Además se jugó el Brasil-Ghana de los octavos de final, y la agónica semifinal que enfrentó al conjunto anfitrión con Italia, donde la 'Azurra' de Marcello Lippi, a la postre campeones del torneo, se deshizo en la prórroga (0-2) del conjunto de Jürgen Klinsmann. Por cierto, durante el transcurso del torneo el estadio cambió temporalmente su nombre por el de FIFA Weltmeisterschaft-Stadion Dortmund (Estadio de la Copa Mundial de la FIFA de Dortmund) debido a que el máximo estamento futbolístico no permite que ningún estadio lleve el nombre de algún patrocinador durante sus torneos.

Tras el Mundial han sido varias las reformas y mejoras que se le han realizado, destacando la Fan Shop en la esquina noreste de August-Lenz-Haus, y que desde su creación en 1993 había albergado la sede de la gerencia del club y al Comité Organizador del Mundial en Dortmund. La esquina noreste también acoge desde 2008 el 'Borusseum', un museo que recorre la historia del Borussia Dortmund, y que fue financiado en su totalidad por donaciones. En 2011 la empresa Q-Cells instaló en el techo de la Tribuna Norte un sistema de paneles fotovoltaicos representando el escudo del club con lo que conceden al estadio una producción anual de energia de 924.000 kWh aproximadamente.

Una vez termine la actual temporada, el Borussia prevé hacer una nueva inversión en el Westfalenstadion. El objetivo es  dotar con nuevos controles de acceso a la grada norte ya que son habituales las aglomeraciones a la hora de entrar al estadio. Al mismo tiempo se pretende construir una nueva tienda en el sector norte, ya que la actual de 600 metros cuadrados construida en el 2007, se ha quedado pequeña, se calcula que en los días de partido, unas 10.000 personas suelen acudir a la tienda, y se quiere dotar de una superficie más amplia a tal efecto por lo que se espera que todo esté acabado para después del verano.

23 abril 2013

DORSALES MÍTICOS: 11 Rummenigge

Es uno de los grandes jugadores alemanes de todos los tiempos, fue campeón de Europa con el Bayern y con la selección alemana. Dos Balones de Oro a inicios de los años 80, certifican a Rummenigge como uno de los mejores jugadores europeos de aquella década. Era incisivo y muy rápido pese a su altura, poseía un amplio abanico de habilidades para el regate, la protección del balón y el remate. Te podía matar por ambas bandas y por el centro, donde nos deleitó con goles de cabeza y especialmente con su sensacional bolea 'marca de la casa'.

Karl-Heinz Rummenigge nació el 25 de septiembre de 1955 en Lippstadt, pequeña ciudad cercana a Dortmund (Alemania). Hijo de un trabajador del metal, heredó junto a sus hermanos la pasión por el fútbol. De ellos, Michael disputó más de 300 partidos en la Bundesliga, siendo internacional en dos ocasiones, y Wolfgang jugó en la Segunda División alemana. El joven 'Kalle' como era apodado, comenzó a jugar en el SV Borussia 08 Lippstadt (fusionado desde 1997 con el  Lippstädter SV Teutonia 1908 y convertidos en el actual SV Lippstadt 08) de su ciudad natal. Allí disfruta mientras madura en el fútbol amateur de Westfalia e inicia su vida laboral como empleado en prácticas en un banco. Con 16 años marcó 72 goles en la temporada y no era descabellado pensar que muy pronto iba a dar el salto a un equipo de primer nivel.

Sus cualidades dentro del campo (dinamismo, técnica y decisión) no pasan desapercibidas para los técnicos del FC Bayern München que lo incorporaron a sus filas a cambio de unos 17.500 marcos. Fue así como en 1974 pasaba del fútbol amateur al mundo profesional para codearse con leyendas como Beckenbauer, Sepp Maier y Gerd Müller. No tardarían en llegar los éxitos para el delantero germano, ya que en 1975 lograría su primera Copa de Europa frente al Leeds United FC, aunque Rummenigge, de 19 años, vería el partido desde el banquillo. Al año siguiente, bajo la dirección técnica de Dettmar Cramer, ya compartiría con 'Torpedo' Müller el once titular en la final frente al AS Saint-Etienne, donde conseguían la tercera Copa de Europa consecutiva para el Bayern, segunda para Rummenigge, y primera que pudo disfrutar sobre el terreno de juego. 

Con este inicio fulgurante de su carrera, Rummenigge pronto se hizo con los galones en el conjunto bávaro, especialmente tras la marcha del veterano Müller a Estados Unidos a finales de los años 70. La llegada del técnico húngaro Pál Csernai en 1978 iba a resultar determinante en su progresión al situarle en punta en lugar de extremo como sus predecesores. En 1980 ganó su primera Bundesliga siendo además máximo goleador. Pero Rummenigge no solo era un 'cazagoles', tenía un gran sentido de juego colectivo, y combinaba su gran sobriedad con detalles exquisitos. Tras su aparente tosquedad, se encontraba un futbolista muy completo, referente de sus compañeros. En 1981 (con su hermano Michael en el cuadro 'Die Roten') reeditaron el título de Liga y un año más tarde se coronaban como campeones de Copa. Precisamente en aquel año 82, el club bávaro se quedó a las puertas de un nuevo triunfo en la Copa de Europa, al caer en una final en la que el Aston Villa inglés logró la victoria (1-0) con una contra mortal.

Tras sus éxitos en la primera parte de los años 80, Rummenigge continuó como referente en el ataque del Bayern de Múnich jugando un total de 310 encuentros en los que marcó 162 goles, un registro que tan solo supera Gerd Müller. En su palmarés figuran 2 Bundesligas (1979-80 y 1980-81), 2 DFB-Pokal (1981-82 y 1983-84), 1 DFL-Supercup (1982), 2 Copas de Europa (1974-75 y 1975-76) y 1 Copa Intercontinental (1976). A nivel individual fue máximo goleador de la Bundesliga en 3 ocasiones (1979-80, 1980-81 y 1983-84), Mejor jugador alemán del año en 1980, año en que también consiguió el Balón de Oro de la revista France Football (que repetiría un año después) y el trofeo al Mejor Jugador Mundial del diario italiano Guerin Sportivo.

En 1984 abandonó el Bayern para recalar en el Inter de Milán. El precio de su traspaso, alrededor de 11 millones de marcos (unos 6 millones de euros), constituyó todo un récord. En Italia su carrera entra en una nueva dimensión, convirtiéndose en el jugador mejor pagado después de Maradona. Fue una etapa en la que como él mismo indicó "viví mejor que jugué", debido en parte a las lesiones que no lo dejaron rendir al nivel esperado y pese a que dejó acciones y goles para el recuerdo, jamás se le pudo ver al 100% sobre los terrenos de juego italianos. No obstante, en tres años con el conjunto 'nerazzurro', Rummenigge disputó 64 partidos en los que anotó 24 goles.

En 1987 fichó por el Servette FC de la liga helvética. Con 'Les Grenats' tuvo dos buenas temporadas en las que, aunque no ganó ningún título a nivel colectivo, se hizo con el título al máximo goleador en la temporada 1988-89, tras la cual anunció su retirada con 34 años. "Estoy muy contento de cómo he llevado mi vida ya que durante 15 años he hecho lo que más me gustaba", comentó tras su último partido (que convocó sólo a 2.200 personas).

Internacional con la selección de la República Federal de Alemania, su irrupción como pieza clave comenzó ya a los 21 años, cuando, el 6 de octubre de 1976, el ariete germano debutó con la 'Mannschaft' en la victoria (2-0) sobre Gales. Vistió la camiseta de la selección alemana en 95 ocasiones (54 de ellas como capitán), metiendo 45 goles. Disputó tres Mundiales (Argentina'78, España'82 y México'86), pero, tras haber sido decisivo con sus goles para la clasificación, en las fases finales, y en concreto en las de 1982 y 1986, se quedó con la miel en los labios y a un paso de tocar la gloria. Posiblemente por ello, por esa aparente ausencia de determinación en las finales (aunque en España jugó mermado en el aspecto físico por una distensión de cadera, y en México se encontraba en el crepúsculo de su carrera) no alcanzara la categoría legendaria de los Fritz Walter, Müller o Beckenbauer

También formó parte de la selección, que dirigida por Jupp Derwall, se alzó con el título de la Eurocopa de Italia'80. En aquel equipo Rummenigge era la figura (la prensa lo nombró mejor jugador del certamen) de un sensacional conjunto que venció en la final a Bélgica (2-1) y que tenía en sus filas a nombres tan destacados como Harald Schumacher, Manfred Kaltz, Karl-Heinz Förster, Uli Stielike, Bernd Schuster, Hansi Müller o Hans-Peter Briegel. Cuatro años después participó en la Eurocopa de Francia'84, pero no pudieron clasificarse para las semifinales al quedar terceros del grupo B por detrás de España y Portugal.

Tras su retirada trabajó como comentarista deportivo, en 1991 regresó al Bayern, después de una mediocre temporada del club muniqués. Su retorno fue avalado por Beckenbauer y Hoeneß que le entregaron el título de vicepresidente encomendándole la labor de devolver al conjunto bávaro a la senda de la victoria. Actualmente es el Presidente de la Junta Directiva, y ostenta cargos importantes en numerosos organismos de la UEFA. Además es presidente diputado del G-14 (agrupación formada por los 14 equipos más poderosos de Europa).

17 abril 2013

Adidas Questra (Mundial 1994)

La elección de Estados Unidos como organizador del Mundial de 1994 generó gran polémica por ser un país sin ninguna tradición futbolística. Sin embargo, y debido al desarrollo económico y a la infraestructura del país, el evento tuvo un gran éxito marcando cifras históricas de asistencia de público y recaudación financiera, imbatibles hasta el día de hoy, e incluso permitió el desarrollo del 'soccer' en Estados Unidos. Hoy recordamos el balón de este Mundial, el Adidas Questra.

En un intento por extender el fútbol a todos los rincones, la FIFA eligió a los Estados Unidos de América como sede para el Mundial de 1994. A pesar del escepticismo generalizado inicial, debido a la poca cultura futbolística del país, se batieron récords de asistencia de público en los estadios. Para la ocasión Adidas puso a disposición de la FIFA el Questra, cuyo nombre proviene de una antigua palabra que significa la búsqueda de las estrellas (the quest for the stars), en un claro tributo al país anfitrión, con una historia rica en la exploración espacial.

El diseño exterior del nuevo balón repetía la estructura fundamental del Tango, seguía manteniendo el formato de 12 pentágonos y 20 hexágonos, y las estructuras triples en color negro, que al igual que en el Azteca y en el Etrusco Unico, incluían en su interior una serie de imágenes espaciales como planetas, agujeros negros y, desde luego, estrellas. El Questra, heredero de la tecnología aeroespacial estadounidense, marcó nuevos niveles de rendimiento. 

Para la cita mundialista la FIFA tenía miedo de que muchos de los partidos pudieran terminar con empates o sin goles, poniendo en peligro el interés de los aficionados norteamericanos más acostumbrados a resultados abultados. Para ello Adidas creó un balón más ligero y más sensible con la utilización de 5 materiales diferentes y envolviéndolo en espuma de poliestireno, lo que le dio una mayor resistencia al agua y le permitía una mayor aceleración al chutarlo. Nuevamente, era un balón cosido a mano, que se volvió más suave al tacto y se mejoró el control del balón. Esto se demostró durante la disputa del Mundial, donde los jugadores consiguieron adaptarse rápidamente al nuevo balón y pudieron convertir grandes goles. Sin embargo, fueron no pocos los porteros que se quejaron de lo complicado que era atrapar el balón en condiciones húmedas. En Florida o California hubo partidos en los que se pudo ver como la pelota hacía extraños efectos durante su trayectoria.

Igual que su predecesor el Etrusco Unico, este balón fue utilizado tanto por la FIFA como la UEFA en las competiciones oficiales de dichas asociaciones hasta 1996, además de ser utilizado en grandes ligas como la Bundesliga, o la LFP española, en donde fue el balón oficial en las temporadas 1994-95 y 1995-96. Dos años más tarde de comenzar a rodar por los terrenos de juego estadounidenses volvía a ser el balón oficial de la Copa de Oro de la CONCACAF de 1996, disputada íntegramente en el estado de California.

En 1996, de cara a la Eurocopa de Inglaterra, Adidas no renovó el nombre (si bien le añadió como apellido 'Europa', nombre del continente) aunque si el diseño, donde los tres leones clásicos de la heráldica inglesa y la rosa Tudor sustituyeron a las estrellas y planetas. Su primer torneo oficial no fue la Eurocopa de Inglaterra'96, ya que con él se disputó la final de la Copa del Rey de 1996 entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. Ese mismo año veía la luz el Questra Olympia, que fue utilizado en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, y cuyo diseño se diferenciaba, significativamente de los anteriores ya que incluía, en las estructuras triples, tres antorchas en tonos rojos y anaranjados en clara alusión al espíritu e historia de las Olimpiadas. Este modelo tiene el dudoso honor de ser uno de los últimos balones oficiales de la marca teutona fabricados en Europa.

En 1995 Adidas editaba también una serie de balones que se denominó 'familia Questra' y entre los que destacaba el Questra Apollo, del que se fabricaron 1000 unidades con el logotipo de la Real Federación de Fútbol de España para la disputa de los encuentros de la Copa del Rey. Otras réplicas editadas por la marca alemana fueron el Questra Endeavor (que incluía los tonos rojizos, además del negro, en las estructuras triples del balón), Questra Discovery, Questra Cosmos, Questra Champ III, Questra Pontiac, Questra Junior 290 (en tamaño 4 y con un peso de 290 gramos) y el Questra Orbit GL, que tenía dos versiones, una en negro similar al Questra Classico y otra que incluía tonos rojizos y anaranjados, además del negro, en las estructuras triples que decoraban el balón.

16 abril 2013

Un buen partido


Título Original: Playing for Keeps
Año: 2012
Duración: 106 min.
País: USA
Director: Gabriele Muccino
Guión: Robbie Fox
Reparto: Gerard Butler, Jessica Biel, Catherine Zeta-Jones, Uma Thurman, Dennis Quaid, Judy Greer, Noah Lomax, James Tupper, Iqbal Theba, Aidan Potter, Marlena Lerner, Joe Chrest, Grant Goodman, Sean O'Bryan, Jon Mack, Ritchie Montgomery, Aisha Kabia
Productora: Nu Image Films / Millennium Films
Género: Comedia

George Dryer, en su día una renombrada estrella del fútbol británico y estadounidense, vive prácticamente sin un centavo en McLean, un pequeño pueblo a las afueras de Washington DC,al que ha llegado para arreglar la relación con su hijo, Lewis, al que ha visto esporádicamente en los cinco años que han pasado desde que rompió con su madre. A pesar de haber cometido errores en el pasado, George quiere compensarlos ahora por el bien de su hijo, así como encontrar un trabajo que le permita vivir cerca de él. Con el fin de fomentar una relación positiva con su hijo, Stacie convence a George para que entrene al equipo de fútbol de Lewis.

Al frente de la dirección de esta comedia romántica, con trasfondo deportivo, encontramos al italiano Gabriele Muccino, que nos trae esta cinta, con un guión en el que no hay muchas sorpresas: un jugador retirado que quiere ser al fin responsable, que se instala en la misma ciudad que su mujer y su hijo en un intento por recuperarlos. Una historia donde el protagonista puede que tenga el control en el terreno de juego, pero una vez fuera del césped, las incontables distracciones lo alejan de disfrutar del tiempo que desea pasar junto a su hijo. 

Como decía antes, una trama previsible, un relato de superación más que repetido, a pesar de lo cual debo decir que la película me ha gustado y me ha dejado un buen sabor de boca, quizás por su catálogo de grandes nombres. Ojo, no estoy diciendo que sea un peliculón (confieso que mis expectativas eran mayores que lo que me he encontrado), pero si que está por encima de otras comedias románticas de similar estilo, y sobre todo me ha parecido más sincera, más natural.

12 abril 2013

Aké, el futuro jefe de la zaga 'blue'


El Chelsea es uno de los clubes que más jóvenes promesas tiene en sus categorías inferiores. Buena prueba de ello es nuestro protagonista de hoy, quien ya está considerado como uno de los grandes defensores de futuro del fútbol europeo. Tiene cualidades físicas, y técnicas, para ser la referencia 'blue' durante los próximos diez años. Este es Nathan Aké, el chico llamado a 'desterrar' a John Terry como jefe de la zaga del Chelsea. 

Nathan Benjamin Aké nació el 18 de febrero de 1995 en La Haya (Países Bajos). Comenzó su carrera en el VV Wilhelmus de su localidad natal, para pasar posteriormente al HFC ADO Den Haag, en el que jugó hasta los 12 años, cuando se unió al Feyenoord. En la Academia del conjunto de Rotterdam coincidió con Tonny Trindade de Vilhena, otra perla de Varkenoord, la cantera del 'De Kuip', y casi un hermano para él. Se inició en el equipo sub-12 que cuenta desde hace años con la dirección técnica del experimentado Yori Bosschart. Desde allí, fue escalando categorías a un ritmo vertiginoso hasta llegar al equipo sub-17 liderado por el veterano Cor Adriaanse, ex jugador del FC Den Bosch y desde hace años vinculado a las categorías menores del Feyenoord. A pesar de contar con sólo 15 años, trascendió de tal forma que comenzó a recibir ofertas de clubes ingleses como el Chelsea FC y el Manchester City. 

En diciembre de 2010 fichaba por el Chelsea FC, por una cifra que rondaba los 300.000 euros, una cantidad importante por un chico de 15 años. El fichaje no estuvo exento de polémica ya que Leo Beenhakker, entonces director técnico del equipo de Rotterdam, acusó a los londinenses de ser los grandes depredadores de las canteras holandesas y en especial de la suya. El club presentó una protesta oficial a la Federación Holandesa y a la FIFA por la actitud del Chelsea y por negociar con un futbolista que no había cumplido los 16 años. Finalmente, el jugador se unió al conjunto 'blue' en julio de 2011. La trampa legal que hicieron fue llegar a un acuerdo con la empresa de Dan Kramp, representante de Aké, y quien tenía sus derechos futbolísticos. En la Academia del Chelsea formó parte del equipo que se coronó campeón de la FA Youth Cup en su primera temporada, aunque se perdió la vuelta de la final por sus compromisos con la selección sub-17 holandesa. 

En la actual temporada, Aké fue promovido al sub-21 del Chelsea, donde comenzó a jugar en el medio centro, ganándose el dorsal 57 en el primer equipo del Chelsea. En el equipo de los reservas, se ganó una plaza fija como capitán 'blue', lo que le puso en el punto de mira de Rafa Benítez, nuevo entrenador tras la destitución de Roberto Di Matteo. Debutó en la Premier League el 26 de diciembre de 2012 frente al Norwich City, reemplazando al español Juan Mata en el minuto 90. Sus primeros minutos como titular fueron dos meses después en la FA Cup frente al Middlesbrough, donde tuvo una más que notable actuación, y ayer mismo tuvo sus primeros minutos en competición europea (jugó el partido completo en los cuartos de final de la Europa League ante el Rubin Kazan en el Luzhniki Stadium de Moscú).

Aké tiene un físico y un 'look' que le hace tremendamente parecido a Ruud Gullit, pero en su juego se parece más a Frank Rijkaard. Su posición natural es la de central, aunque también puede desempeñarse como lateral izquierdo y en el medio centro. Es un jugador zurdo, muy rápido, con gran fuerza y un muy buen posicionamiento en el campo. Es perfecto para el marcaje al hombre pero rinde mejor en zona donde tiene más libertad de movimientos y mide muy bien sus entradas. Los desplazamientos en corto son su fuerte, y posee una gran capacidad de salida con el balón desde la defensa. Tampoco le hace ascos a los balones en largo, donde deja ver su talento en estado puro, a pesar de ser más defensivo que atacante. Va muy bien en los balones aéreos y consigue goles de cabeza gracias a su gran físico, aunque no es un jugador excesivamente alto y corpulento (181 cm y 71 kg). Posee mucho carácter y, curiosamente, su ídolo no es holandés, sino que trata de parecerse a su compañero en el Chelsea, el brasileño David Luiz por el que siente una especial devoción.

Aké es internacional en las categorías inferiores de Holanda. Con la sub-17 participó en el Europeo de 2011 disputado en Serbia y en el de Eslovenia 2012, donde actuó como capitán 'oranje' y se convirtió en uno de los grandes protagonistas del Europeo. Allí fue reconocido por los técnicos de la UEFA, quienes apuntando sus grandes cualidades, lo incluyeron en el once ideal del torneo. También participó en el Mundial sub-17 de México 2011, donde no pudieron superar la primera fase, al sufrir dos derrotas a manos del Congo y del anfitrión, y un empate frente a Corea del Norte. No tardará mucho en dar el salto a la sub-21, y aunque todavía es pronto para aventurarse, no pasará mucho tiempo para verlo con la selección absoluta ya que es un jugador con un perfil de juego que no abunda demasiado en la actual selección de Louis van Gaal.

Posiblemente el Chelsea lo ceda de cara a la próxima temporada para que no se 'oxide' como ha pasado con otros jóvenes valores que ha ido fichando Roman Abramovich y que siguen sin dar el salto. Hay que tener en cuenta que Aké solo tiene sólo 18 años, aunque su físico y su talento le hacen poder jugar en equipos de primer nivel. Con contrato en vigor hasta junio de 2015, es un valor más que seguro para el conjunto londinense.

06 abril 2013

Yo no hablo de los árbitros, pero...

Rajar de los árbitros es una práctica tan antigua casi como el propio fútbol, y si debe o no llevarse a cabo es otro asunto... pero el Barcelona ha traspasado una barrera histórica al mandar por escrito una queja oficial a la UEFA en la que trasladaba su malestar por el arbitraje sufrido por el alemán Wolfgang Stark en París ante el PSG, en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. Si bien es cierto que la queja al máximo organismo continental es por una cuestión de reglamento, no se puede tratar de ocultar con esa alegación la ristra de críticas vertidas, especialmente en las últimas semanas ya que se trata de un paso muy importante en la política del club azulgrana, que en los últimos años se ha puesto por bandera un falso disfraz de 'valores', que implicaban no quejarse nunca de los colegiados, aunque se hiciera de forma sutil. 

Pero se acabó la hipocresía. Los que no hablaban de los árbitros, ya lo hacen. Cuando Mourinho, reincidente y maestro en este tipo de quejas, salió a la palestra para criticar la actuación del propio Stark en las semifinales de hace dos años ante el Barcelona, al otro lado del puente aéreo se recurrió a la acusación de 'equipo pequeño' y de 'falta de señorío'.

En su comparecencia, el portavoz del club, Toni Freixa, se encargó de abrir la puerta a un cambio en el trato arbitral: "No interpretamos la labor arbitral... Todo el mundo puede ver que últimamente no estamos teniendo suerte... Esperamos dejar de tener esta racha con los árbitros porque los hemos sufrido en las dos últimas eliminatorias". Lo cierto es que la queja de la directiva azulgrana desprende mezquindad por los cuatro costados. Si un médico le 'perjudica' en una intervención quirúrgica y decide denunciarlo, probablemente no estará buscando una solución a su problema, sino una compensación en el futuro. Es decir, lo peor, al menos a mi juicio, no es tanto la queja como el objetivo de esta.

Argumentaba Jordi Roura en rueda de prensa que las quejas procedentes de sus jugadores o de él mismo son únicamente "comentarios aislados" que en absoluto tienen que ver con las denuncias de otros conjuntos, porque las suyas "son clarísimas". Conviene recordar que el criterio es subjetivo y, que sepamos, no hay un medidor que nos indique cuáles son tan claras como para protestar públicamente y cuáles no. 

Y es que el verdadero problema de repetirse hasta la saciedad que el Barça no se pronuncia sobre las decisiones arbitrales es que esa máxima se acaba asentando, aunque lo que de verdad se ha ido imponiendo, con más énfasis en el último años, es la fórmula del "nosotros no hablamos, pero...". Una forma de tirar la piedra y esconder la mano, solo que escondiéndola poco. Debe resultar más que estresante mantener ante el gran público un discurso que no convence ni a uno mismo, siempre procurando mostrar a todos una cara que te haga digno de alabanzas por no caer en ese juego sucio de entrar a valorar la influencia que ha tenido el árbitro en tu partido. Sin duda una postura que sería digna de elogio si no fuera porque es una utopía.

Pero lo cierto es que el Barcelona tiene poco de que quejarse este año. En Liga, los árbitros le han dado ese vital empujoncito cuando más lo necesitaba, cuando no sacaba los partidos adelante o los rivales se le subían a las barbas. Para no hablar en abstracto, hechos: en total, han sido once puntos que los azulgranas han ganado gracias a los favores arbitrales. En Pamplona (gol tras doble fuera de juego del Barça cuando iba perdiendo 1-0, que además acarrea la expulsión de un jugador rival por protestar); Valencia (gol legal anulado a Víctor Ruiz); Sevilla (expulsión injusta de un jugador del sevillista con 2-1 en el marcador, el 2-2 llega tras una mano de Thiago); y Valladolid (con 0-0 penalti y expulsión no pitados por mano de Jordi Alba en la línea de gol).

No debemos olvidar que el pasado año por estas fechas el ex vicepresidente (en la era Laporta) Alfons Godall mostraba abiertamente el trato de favor que habían recibido en el pasado por parte del estamento arbitral y la RFEF. "Las buenas relaciones con la Federación y con el Comité de árbitros nos ayudaron". Declarando también que la directiva de Rossell no estaba haciendo lo mismo, lo que estaría perjudicando al club. En definitiva, en Can Barça han dejado de hablar de fútbol para hacerlo de los árbitros. Mal asunto para ellos y también para todos esos niños a los que, según ellos, servían de ejemplo.