05 julio 2021

ANÁLISIS EF: La nueva Italia de Mancini

Con una convocatoria plagada de nuevos talentos, acompañados de veteranos como Chiellini, Bonucci o Immobile, entre otros, el equipo de Mancini apuesta por un fútbol bastante diferente al estilo de juego conservador y rácano que históricamente se ha asociado al calcio italiano. Roberto Mancini ha implantado el 4-3-3 en la selección italiana, en busca de un juego combinativo vistoso y eficaz. El 'tiki-taka' ha llegado a la 'azurra', dejando atrás las defensas de cinco y el 'catenaccio'. Mancini ha logrado un fútbol de calidad basado en pases cortos y precisos, con los que dominar al rival a través de la posesión. Italia se ha convertido en la gran defensora de la belleza en el fútbol. Compite como pocas, algo que lleva incrustado de serie en el escudo. Pero ahora, además, es capaz de despertar la admiración de sus antiguos enemigos ante una propuesta vibrante y estética. Defender es ahora un buen recurso, no la razón de ser. Se niega a mirar atrás porque el éxito lo tiene frente a los ojos. Y el balón, durante tantos años un cuerpo extraño, es el gran hilo conductor de su relato. Lejos de la tradición defensiva, Italia ha interiorizado como suya la revisión del estilo que ha liderado Mancini. Ahora suda y juega, indistintamente. Es una selección atractiva, modernista, fogosa, que da valor al grupo y desmenuza los partidos con el balón, sin perder la impronta táctica y la nobleza física de siempre. Presión altísima, movimientos continuos y gran trato de balón. 

Toda Italia es un coro perfecto. Sus líneas se mueven a una, el sistema defensivo resulta asfixiante, todos atacan y todos defienden, no hay veleidades ni endiosamientos. Marca un gol y sigue en busca de otro. Tiene múltiples armas, además, todas ellas extraordinariamente eficientes. Cada país tiene su estilo de juego y el buen hacer defensivo que ha caracterizado históricamente a Italia sigue marcando la diferencia hoy en día. Para ser un buen equipo necesitas alcanzar el equilibrio perfecto entre ataque y defensa. El juego de la 'azzurra' no es más que el reflejo del cambio dado en los últimos años por la Serie A, donde cada vez más equipos apuestan por un fútbol ofensivo. Un guante que ha sabido coger a la perfección el seleccionador transalpino, que llegó al combinado nacional en un momento crítico. En mayo de 2018 Mancini aterrizó en la selección después de que no se consiguiese la clasificación para el Mundial de Rusia 2018, por primera vez en 60 años para la cuatro veces campeona mundial. Ante la necesidad, el ex técnico de Inter, Lazio y Manchester City, entre otros, apostó por una renovación de jugadores que lavaron la cara de la cuatro veces campeona del mundo. "Llamamos a muchos jugadores jóvenes y de talento que considerábamos apropiados para adoptar un estilo de juego diferente, más ofensivo que en el pasado. Es cierto que en el pasado hubo momentos en que el fútbol italiano contaba con más jugadores de clase mundial y gran talento. Al mismo tiempo, una nueva generación de excelentes jugadores está surgiendo en Italia, y estos jóvenes poseen categoría suficiente como para brillar en el panorama internacional y acabar convirtiéndose en una de esas grandes estrellas algún día. Es solo cuestión de tiempo".

El seleccionador italiano ha encajado a la perfección en el papel y ha dado un soplo de aire fresco a la 'Nazionale', con un estilo de juego elegante y limpio. Italia ha cerrado un ciclo, y tiene un gran grupo de futbolistas jóvenes, talentosos y hambrientos, que encajan a la perfección con los más veteranos. Mancini no ha perdido ni un ápice de su nivel, y en tres años ha dirigido 37 partidos, con 28 victorias, siete empates y solo dos derrotas. Con el triunfo ante Bélgica, en los cuartos de final, completaron 32 partidos sin conocer la derrota, superando el registro que tenía la Italia de Vittorio Pozzo, bicampeona en 1934 y 1938. Mancini ha conseguido impregnar a esta Italia de una capa de competitividad. Esta nueva Italia sabe jugar... pero sigue sabiendo sufrir. Va en su ADN. Ni especula ni se espera al último minuto. La Italia de Mancini no juega a eso. Más bien, arranca pisando el acelerador, aturde al rival, lo envuelve y lo asfixia. Una de las cualidades de la 'azzurra' es la gran variedad de jugadores con capacidad para marcar que tiene. En lo que va de Eurocopa seis futbolistas diferentes han visto puerta: Lorenzo Insigne, Ciro Inmobile, Matteo Pesina y Manuel Locatelli, todos ellos con dos, y Federico Chiesa y Nicolò Barella, con uno.

Gianluigi Donnarumma es el titular indiscutible de la portería italiana. Digno sucesor de Buffon, pues con apenas 22 años es todo un veterano que lleva seis temporadas como titular en el AC Milan. Liberado tras salir de San Siro y a punto de fichar por el Paris Saint-Germain, el meta napolitano está exhibiendo al fin su mejor versión y ha dejado durante el torneo algunas de las más bellas paradas, como la realizada a De Bruyne en cuartos de final, repetida cientos de veces por las televisiones de todo el mundo, "fue una composición técnica perfecta", según decía esta semana en la televisión italiana Walter Zenga, el mítico portero del Inter.

La defensa tiene como base a los experimentados Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, quienes consiguen controlar a los puntas rivales, y lo hacen con la serenidad de dos veteranos curtidos en mil batallas. El sistema de Mancini se apoya en las llegadas constantes de sus carrileros como base de su juego. Di Lorenzo y Spinazzola atacan como aviones la debilidad de las defensas rivales. Ante España no podrá contar con Leonardo Spinazzola por lesión. El lateral de la Roma, unas de las sensaciones de la Eurocopa, sufrió una rotura subcutánea del tendón de Aquiles izquierdo y estará alejado de los terrenos de juego durante varios meses. Así las cosas, todo apunta a que Mancini tendrá que apostar por Emerson (quien ya ocupó el lateral izquierdo en la tercera jornada frente a Gales) para el partido contra los de Luis Enrique, pero la baja de Spinazzola es muy sensible para Italia. Pierden su recorrido, su profundidad y su buen entendimiento con Insigne.

La columna vertebral del centro del campo italiano la forman Jorginho, Verratti y Barella. En el partido frente a Bélgica rozaron la perfección. Completaron, juntos, 200 pases sobre 209 intentos, un 96% de acierto que les convierte en un reloj para marcar los ritmos del equipo de Roberto Mancini. La decisión de Mancini de confirmar a su trío en el centro del campo, pese a que también Manuel Locatelli y Matteo Pessina fueran protagonistas de grandes actuaciones en los últimos encuentros, le dio una vez más la razón y disparó la confianza de un equipo que, tras llegar a la 'final a cuatro' de Wembley, quiere completar el trabajo. Marco Verratti es la gran estrella de esta selección italiana y su brújula dentro del campo. Jorginho es el que más tiempo tiene el balón en sus pies y el que más acciones de disparo genera en la estrategia italiana. También ha destacado Manuel Locatelli, el tapado de esta selección. El capitán del Sassuolo y ex del Milan (prototipo de futbolista italiano a lo Signori, Roberto Baggio o Totti), ha sido una de las revelaciones del fútbol italiano esta temporada y se ha destapado como uno de los mejores jugadores de su selección en lo que va de torneo, lo que ha llamado la atención de los grandes clubes europeos.

El referente en ataque es Ciro Immobile, Bota de Oro en la temporada 2019-20. El veterano punta es el 'capocannoniere' de Italia con 50 goles como internacional, aunque en esta Eurocopa solo ha visto portería ante Turquía y Suiza. Le acompañan Lorenzo Insigne y Domenico Berardi o Federico Chiesa. El pequeño atacante del Napoli ha firmado grandes cifras goleadoras la pasada temporada. Está despuntando en la Eurocopa, donde se ha asentado como uno de los líderes de Italia, sobre todo en el factor ofensivo. En plena madurez personal y futbolística, Mancini le ha entregado las llaves de la selección al número 10 que, pese a haber representado a Italia antes en un Mundial y una Eurocopa, por fin se siente relevante. Berardi es un puñal por la derecha. El del Sassuolo, con 17 tantos esta temporada, se ha metido entre los diez primeros de la tabla de goleadores de la Serie A. En esa posición le ha sustituido Chiesa frente a Gales y Bélgica. El extremo de la Juventus es la ilusión de la afición italiana en esta Eurocopa. El jugador puede actuar por ambos costados del ataque, con su rapidez, técnica, habilidad y hambre. Chiesa ha sido uno de los jugadores más destacados de la 'Vecchia Signora' esta temporada, siendo una de las noticias positivas de los 'bianconeri'.

La 'azzurra' de Mancini es una selección que transmite frescura, dinamismo y creatividad por los cuatro costados. Se trata de una selección que está compitiendo en todos los sentidos (con la pelota y sin ella) potenciando a sus futbolistas a través de una serie de comportamientos y patrones que son aceptados y compartidos por todos sus hombres, del primero al último, y frente a Bélgica demostraron que también saben sufrir ante las grandes. El equipo de Mancini ha logrado un equilibrio casi perfecto entre una defensa sólida, respaldada por un intratable Donnarumma, y un ataque con múltiples opciones, capaz de hacer daño por el centro con Barella e Insigne, o por las bandas, con Chiesa y Spinazzola. Para mí, no ha habido (hasta la fecha) mejor selección con el balón que Italia en esta Eurocopa, es fabuloso ver como progresan los 'azurri' con la pelota, siempre con ideas, movimientos y pizarra amparando el plan. Pero es que cuando la pierden, muerden. La presión tras pérdida es excelente. Y lo mejor de todo es que se ve a los jugadores convencidos con la idea de juego y disfrutándolo. Los revulsivos están a la altura de los titulares. A pesar de las bajas, los onces de Mancini nunca pierden su identidad. Esto es lo que ilusiona: Italia tiene una idea y funciona. Dominan el juego y crean muchas ocasiones, sin correr nunca riesgos. Italia demuestra en cada partido que está para competirle de tú a tú a cualquiera, y aprovecha para mandarle un mensaje claro a España: la selección de Luis Enrique necesitará muchas más cosas de todas las que ha enseñado por ahora para tumbar a una Italia viva, divertida y muy competitiva.

03 julio 2021

Qué fue de... Diego

Fue una de las melenas más carismáticas del fútbol español y toda una leyenda en el Sevilla. Disputó cerca de 450 partidos en primera división a base de coraje, sobriedad y eficacia. Adornos, los menos. Fue uno de esos defensas clásicos de los que ya quedan pocos. Es uno de los jugadores que más partidos ha jugado en la liga española con 449 participaciones y casi 40.000 minutos acumulados.

Diego Rodríguez Fernández nació el 20 de abril 1960 en La Orotava, provincia de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias (España). Comenzó su carrera en las categorías inferiores del CD Vera del barrio del Puerto de la Cruz, en el norte de la isla de Tenerife. En 1977, con tan solo 17 años, es captado por los ojeadores del CD Tenerife, club con el que da el salto al futbol profesional donde ya da muestras de su implacabilidad como lateral derecho. Debutó con el primer equipo en la temporada 1978-79, cuando jugó dos partidos. Por entonces, el cuadro 'chicharrero' militaba en Segunda B, categoría en la que iría haciendo un sitio durante las tres campañas siguientes. Reconvertido en central, brilló con luz propia en la última de ellas, la 1981-82, en la que fue prácticamente intocable en el once, con 39 actuaciones, y logró un total de seis tantos.

La permanente crisis deportiva y social que a comienzos de los 80 vivía el conjunto 'blanquiazul' hace que fueran varios equipos los que se interesaron por él decantándose por el Real Betis Balompié, conjunto al que fue traspasado en el verano de 1982. Allí debuta en Primera División y juega la Copa de la UEFA, donde el conjunto 'verdiblanco' cae en primera ronda ante el SL Benfica de Sven-Göran Eriksson. Durante seis temporadas se convierte en el líder de la zaga bética, Diego destacaba como un marcador férreo dotado de unas condiciones físicas espectaculares. Junto a los Esnaola, Gordillo, Cardeñosa, Rincón o Calderón, el conjunto de Heliópolis consigue clasificarse para jugar, nuevamente, la Copa de la UEFA en la temporada 1984-85 y ser subcampeón de la Copa de la Liga en la temporada 1985-86, tras caer en la final, a doble partido, contra el FC Barcelona.

En 1988 protagonizó un sonado cambio de aires, al fichar por el Sevilla FC, eterno rival del equipo 'verdiblanco'. "Yo estaba en conversaciones con el Betis para renovar y reconozco que mi agente había hablado con Valencia y Atlético de Madrid. El Sevilla me quería, pero yo no iba a dar ese paso por respeto a la afición bética. Los dirigentes del Betis me citaron para charlar y los noté algo alegres, quizás por lo que habían bebido. Uno de ellos me vaciló y me dijo que no era capaz de firmar por el Sevilla. Al otro día lo hice". El Sevilla, presidido por Luis Cuervas, iniciaba un ambicioso proyecto, con Xabier Azkargorta en el banquillo sevillista y con fichajes de la talla del propio Diego, el portero internacional ruso Rinat Dasaev, que estaba considerado como uno de los mejores porteros del mundo, o el delantero austríaco Anton Polster.

En el conjunto de Nervión, Diego se convierte en uno de los jugadores más carismáticos de la plantilla, además del líder de la defensa 'hispalense' durante ocho temporadas, en las que junto a Prieto, Martagón y Jiménez forma una temible y mítica defensa. En la temporada 1989-90, con Vicente Cantatore en el banquillo, el club consiguió una nueva participación en la Copa de la UEFA. En la temporada 1992-93, tras varios meses de negociaciones, llegó desde el SSC Napoli Diego Armando Maradona, pagando el club 7,5 millones de dólares por su traspaso. Sólo la llegada del astro argentino hace que ceda el brazalete. Sin embargo, el paso por Sevilla de Maradona fue poco feliz, siendo despedido del club, entre otras cosas, por lesiones y problemas con Bilardo. En las temporadas siguientes estuvo como entrenador Luis Aragonés, en una de las cuales el equipo se volvió a clasificar para la Copa de la UEFA (1994-95). Con ello, Diego se aseguró que su última campaña como sevillista la disputase en Europa. Este hecho le permitió tener más presencia en las alineaciones, con un total de 35 partidos, aunque las cosas no fueron ni mucho menos fáciles. La pretemporada estuvo marcada por un descenso administrativo a Segunda B que, al final, no se llevó a cabo, pero que dejó muy tocado el proyecto sevillista, que acabó peleando, por la permanencia.

En 1996, la profunda renovación que se da en la plantilla sevillista, hace que la directiva no le ofrezca la renovación de su contrato pero sí para formar parte del cuerpo técnico, con José Antonio Camacho en el banquillo. Diego, ya con 36 años, se encontraba en plena forma y quería continuar jugando y, aunque se pensó seriamente la oferta sevillista, finalmente decidió marcharse al Albacete Balompié, tras el interés mostrado por el conjunto manchego para que formara parte de su plantilla en la Segunda División. En su primera temporada en tierras manchegas, tiró de experiencia y jerarquía, jugando 34 partidos y marcando dos goles (a SD Eibar y CD Toledo). Con estas credenciales, se ganó la renovación y en su segunda temporada coincide con otros ex sevillistas como Antonio Gómez o Zigor Aranalde. Pero tras una temporada complicada para el club, en la que pasan hasta cuatro entrenadores por el banquillo del Carlos Belmonte, al final de temporada, y con 38 años, se compromete con el Dos Hermanas CF (entonces en la Tercera División). Allí, a las órdenes de un jovencísimo Lucas Alcaraz, acumuló 33 actuaciones y dos dianas que sirvieron, en parte, para certificar el ascenso 'nazareno' a la Segunda B. Este hecho le animó para seguir en activo durante las tres siguientes temporadas, en las que acumuló la nada despreciable cifra de 91 encuentros hasta que se retira en 2002, con 42 años.

Internacional por España, jugó con las selecciones sub-20, sub-21 y sub-23. Con los sub-21 debutó el 24 de febrero de 1982 en el Heliodoro Rodríguez López en el encuentro de ida de los cuartos de final del Europeo de 1982 ante la potente Alemania Federal. "Aquella experiencia fue inolvidable porque pude debutar con la sub-21 en casa delante de toda mi familia y hacerlo con éxito". Curiosamente otro 24 de febrero pero de 1988, Miguel Muñoz lo hace debutar con la selección absoluta en un amistoso contra Checoslovaquia disputado en el estadio de La Rosaleda en Málaga. Diego jugó 45 minutos al sustituir en el descanso, a Julio Alberto. Ese sería su único partido como internacional ya que aunque posteriormente fue incluido por el seleccionador madrileño en la lista definitiva para jugar la Eurocopa de 1988 que se disputó en la República Federal Alemana, no llegó a jugar ningún minuto al tener por delante de él a los Tomás, Andrinua, Sanchís, Camacho o Víctor.

Siendo todavía jugador en activo del Dos Hermanas, la directiva del CF Ciudad de Murcia, de la Segunda División B, le ofreció su banquillo (formando tándem con Yeyo) para la recta final de la campaña 2001-02. Este hecho provocó su retirada de los terrenos de juego y su inminente salto al banquillo del Sánchez Cánovas. Posteriormente se vinculó al Xerez CD como Secretario Técnico, y regresaría a Nervión para trabajar en su cantera, incorporándose como técnico al Sevilla 'C', al que dirigió en la temporada 2008-09, en la que, incluso, dio el salto al Sevilla Atlético, al que no pudo salvar del descenso a Segunda B. Pese a ello, continuó al frente del equipo en la 2009-10, cuando los malos resultados hicieron que Ramón Tejada lo sustituyese al término de la jornada 25. Desde 2014 dirige, junto a Antonio Álvarez, Futbalia, una escuela para jóvenes promesas del balompié.

20 abril 2021

Condenados a entenderse

Lo que venía siendo desde hace años un simple esbozo con el que algunos de los grandes clubes del viejo continente apretaban a la UEFA en busca de mayores beneficios ha acabado por convertirse en una declaración unilateral de ruptura con el organismo rector del fútbol europeo y con el fútbol en general.

Los doce clubes fundadores (Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Manchester City, Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham Hotspur, Liverpool, Juventus, Milan e Inter) han decidido firmar por la creación de una Superliga presidida por Florentino Pérez y romper con el teórico equilibrio en las competiciones impuesto por el máximo organismo continental desde hace más de medio siglo.

Entre los disidentes no están ni Bayern de Múnich ni Paris Saint-Germain, ganador y finalista de la última UEFA Champions League. El equipo parisino acaba de eliminar al alemán en la presente edición y es el único semifinalista de la actual temporada que no está en el grupo fundador de la Superliga. Bayern y PSG fueron invitados a formar parte pero lo rechazaron.

Según algunos medios, los accionistas catarís del PSG tacharon de "irrespetuoso" el proyecto de una competición continental de "súper ricos". Puede parecer sorprendente pero conviene no olvidar que Catar organiza el Mundial del próximo año y no quieren más problemas con la FIFA, especialmente después de que el periódico 'The Guardian' revelara que más de 6.500 trabajadores de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka han fallecido durante la construcción de las infraestructuras necesarias para albergar la cita mundialista desde que el máximo representante del fútbol intercontinental adjudicara el torneo de 2022 al país del golfo Pérsico.

Las reacciones del mundo del fútbol no se han hecho esperar. Por supuesto Aleksander Ceferin (UEFA) y Gianni Infantino (FIFA) han sido los primeros y más decididos enemigos del proyecto de la Superliga e incluso han lanzado amenazas contra los jugadores que participen en esta competición, pudiendo quedar fuera de las competiciones de selecciones (Eurocopa y Mundial). También las federaciones nacionales, las ligas domésticas y, en muchos casos, los gobiernos europeos no han tardado ni 24 horas en posicionarse en contra. Ligue1, Serie A, Premier League y LaLiga, (por no citar a todas las que se han quedado fuera, representadas en la ECA) verán cómo sus ingresos por derechos de televisión van a caer drásticamente si la idea de estos 12 clubes liderados por Florentino Pérez sale adelante.

Uno de los aspectos más importantes para los clubes 'secesionistas' es el de los beneficios, de hecho solo hablan de dinero y poco de fútbol. Con JP Morgan detrás, asumiendo la financiación del torneo, los ingresos de la Superliga serán muy superiores a los de la actual Champions. Ahora mismo, el campeón de la Liga de Campeones se puede llegar a embolsar una cantidad cercana a los 120 millones de euros. Nada que ver con los 400 millones de euros que podría ingresar el campeón de la Superliga. Un premio con el que los clubes intentarán minimizar el impacto provocado por la pandemia, además de poder disponer de unos presupuestos aún mayores a los actuales.

Lo que no se puede negar es que la UEFA se ha enriquecido gracias a clubes y selecciones mientras los que pagan a los jugadores han ido ingresando menos de lo que creen que merecen. Una UEFA a la que estas grandes entidades, en supuesto riesgo de quiebra, han pedido ayuda tras ser golpeados por la pandemia, por ejemplo flexibilizando el fair-play financiero. La respuesta de Ceferin fue tajante y ahí los grandes decidieron contraatacar, pero presentar un torneo casi cerrado, con 12-15 clubes fijos es una amenaza. Es un proyecto insolidario y choca frontalmente contra el principio de 'mérito deportivo', porque si, por ejemplo, mañana cualquier equipo que no sea Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid ganara LaLiga podría no jugar la Superliga pese a ser el mejor de su campeonato el año anterior. Pero aquí todo el mundo mira por lo suyo. 

Por su parte, la UEFA ha confirmado el nuevo formato de la Champions League, que no entraría en vigor hasta la temporada 2024-25 y que tiene cambios profundos en el sistema de competición respecto al actual, ampliando el número de equipos a 36, que seguirían clasificándose con los mismos criterios que hasta la fecha. La tradicional fase de grupos será reemplazada por un formato de liguilla en el que cada equipo disputará 10 partidos. Asimismo, la FIFA tiene pendiente el estreno de su nuevo Mundial de Clubes, aunque debido a la pandemia las fechas no serán las inicialmente programadas, y de momento no se conocen fechas oficiales. Este nuevo formato se disputará cada cuatro años.

Lo que queda claro con todo esto es que el fútbol está enfermo desde hace tiempo. Un fútbol donde cada vez prima más el negocio y los beneficios y menos los valores y el juego en sí. Mundiales asignados mediante sobornos, clubes-estado y oligarcas, un fair-play financiero incapaz, una Champions League cada vez más restrictiva y a medida de los grandes, la Supercopa en Arabia, LaLiga en Miami... el fútbol ya avanzaba hacia un futuro incierto en manos de los de siempre  y la Superliga es tan sólo la gota que colma el vaso.

Tanto la FIFA como la UEFA están condenados a entenderse con quienes planean este nuevo torneo insolidario y egoísta. Sin pandemia, quizás la Superliga habría llegado en 10 años como evolución natural de la Champions League, sin embargo, la opinión mayoritaria es que se terminará jugando la Superliga, eso sí, después de alcanzar un acuerdo con la UEFA y de que los clubes 'secesionistas' vuelvan al redil. 

11 abril 2021

DE GUANTE BLANCO: Cañizares

Nuestro protagonista es para muchos el mejor portero de la historia del Valencia. Cuatro ligas, dos Copas, una Champions League, una UEFA, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa, una Intertoto y una medalla de oro olímpica constituyen una tarjeta de presentación al alcance de muy pocos. Con el club 'che', Cañizares conquistó, además, tres trofeos Zamora como portero menos goleado de la Liga en 2001, 2002 y 2004. Hablamos aquí de una leyenda, cuya gloriosa trayectoria se vio ensombrecida por un injusto final.

José Santiago Cañizares Ruiz nació el 18 de diciembre de 1969 en Madrid (España). A pesar de nacer en Madrid, pasó toda su infancia en Puertollano (Ciudad Real) de donde sus padres son originarios. Hijo de José Cañizares, una eminencia del judo, comenzó su trayectoria deportiva en el CD Calvo Sotelo (posteriormente nombrado como CD Puertollano), donde Eduardo Caturla lo subió al primer equipo con solo 15 años, donde jugaba en varias posiciones. Alternó el judo (es cinturón negro) con el fútbol hasta los 16 años, cuando le fichó el Real Madrid CF para su cantera.

Tras debutar como profesional con el Castilla CF en Segunda División en la temporada 1989-90 y entrenar con la primera plantilla como tercer portero (por detrás de Buyo y Agustín), la siguiente temporada tuvo que salir cedido al Elche CF (donde apenas jugó 7 partidos en los que encajó 14 goles y vivió un descenso a Segunda División B) y luego a Extremadura para jugar en el CP Mérida. De allí, el mejor recuerdo que guarda es haber estado bajo las órdenes de Juan Gómez 'Juanito'. El club emeritense fue su salto definitivo hacia la élite, y en la temporada 1992-93 ficha por el Real Club Celta de Vigo de Chechu Rojo, que apostó fuerte por el portero pagando 57 millones de las antiguas pesetas. Llegaba su hora y 'Cañete' no defraudó. Hizo su debut en la Primera División el 6 de septiembre de 1992 en un derbi frente al Deportivo de La Coruña (esa temporada conquistó el Trofeo Zamora) y alcanzó la final de la Copa del Rey en la temporada 1993-94, donde cayeron en la tanda de penaltis ante el Real Zaragoza de Víctor Fernández.

En la temporada 1994-95 regresó al Real Madrid, permaneciendo en el club 'blanco' durante cuatro temporadas. Tras una primera campaña en la que el equipo se alzó con el título liguero con el veterano Paco Buyo como habitual en la portería, alcanzó la titularidad en la segunda. Sin embargo, con la llegada de Fabio Capello en la 1996-97, el titular es el internacional alemán Bodo Illgner, fichado por petición expresa del técnico italiano, por su preferencia por los porteros de mayor estatura. Aguantó la temporada con el técnico transalpino al frente en la que consiguió su segundo título liguero, y luego ganó la Supercopa de España y la Champions League con Juup Heynckes, temporada que comenzó en el banquillo pero en la que terminó jugando 34 partidos (26 de ellos en liga).

En el verano de 1998 ficha por el Valencia CF para reemplazar a Andoni Zubizarreta. Desde el primer día se integró perfectamente en la capital del Turia y en pocos meses se erigió como uno de los ídolos de la afición. La llegada de Cañizares coincide con la época gloriosa del club, donde mantiene la titularidad durante las diez temporadas (1998-2008) en las que permanece en el conjunto 'taronja'. Con jugadores como Mendieta, 'El Piojo' López, Albelda, Baraja, Vicente, Angulo, Carboni, Djukic, Aimar, Ayala, Rufete o Fábio Aurélio entre otros, y bajo la dirección de Claudio Ranieri, Héctor Cuper o Rafa Benítez se conquistan 2 Ligas (2001-02 y 2003-04), 2 Copas del Rey (1998-99 y 2007-08), una Supercopa de España (1999), una Copa de la UEFA (2003-04) y una Supercopa de Europa (2004), además de alcanzar dos finales consecutivas de la Champions League en las que cayeron ante Real Madrid CF (1999-00) y FC Bayern München (2000-01) respectivamente. Además a título individual, Cañizares recibió el Trofeo Zamora en las temporadas 2000-01, 2001-02 y 2003-04; y fue incluido en el Equipo del año de la UEFA en la temporada 2000-01.

La llegada al banquillo de Mestalla de Ronald Koeman en la temporada 2007-08, tras la destitución de Quique Flores, hizo que el entrenador holandés no contara con el portero, relegándolo a la grada junto a Albelda y Angulo. Tras los malos resultados del equipo y el malestar en plantilla y afición, Koeman fue cesado y Voro devolvió la titularidad a Cañizares después de más de cuatro meses sin entrar en una convocatoria. A pesar de ello, al finalizar la temporada anunció un acuerdo con el club 'che' para rescindir el año que le quedaba de contrato, jugando su último partido como valencianista el 18 de mayo de 2008 frente al Club Atlético de Madrid.

Internacional por España, ha jugado en todas las categorías inferiores de la Selección Nacional. Jugó el Campeonato de Europa sub-16 de 1986 disputado en Grecia, alzándose con el trofeo al derrotar en la final a Italia. También estuvo en el Europeo sub-18 y en el Mundial sub-20. No obstante, si hay algo que no olvida fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona'92, donde consiguió la medalla de oro con la selección sub-23. "La verdad que fue todo perfecto. Es una experiencia inolvidable, ya que el ambiente que se vive en unos Juegos es espectacular, creo que no se puede comparar a nada". Su inesperado debut con la selección absoluta se produjo el 17 de noviembre de 1993 ante Dinamarca en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, en un partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos. Zubizarreta fue expulsado a los diez minutos de juego y Cañizares tuvo que ingresar en el campo, siendo uno de los jugadores determinantes, haciendo paradas que supondrían la clasificación de los de Clemente. Estuvo en las fases finales de los Mundiales de Estados Unidos'94, Francia'98 y Alemania 2006. Se perdió el Mundial de Corea del Sur y Japón en 2002 al sufrir un importante corte en el pie con un frasco de colonia en un accidente doméstico. Este incidente hizo que Iker Casillas pasara a ocupar la meta española, quien le arrebató el puesto en la portería de la selección. También disputó las Eurocopas de Inglaterra'96, Países Bajos/Bélgica 2000 y Portugal 2004.

Tras rechazar varias ofertas de la Premier League inglesa y de la MLS norteamericana decidió retirarse del fútbol profesional, pasando a ser comentarista deportivo, estrenándose en la Cadena SER, durante el partido de vuelta de la Supercopa de España de 2008, disputado entre Real Madrid y Valencia. Su pasión por el mundo del motor hizo que empezara a correr en rallys clásicos para debutar, en 2011, en una prueba puntuable para el Campeonato de España de Rallys. Desde 2011 pertenece al equipo Suzuki Ibérica Motor Sport y en junio de 2017 consiguió su primera victoria absoluta al ganar el Rally de la Cerámica con un Porsche 997. También ha destacado como jugador de póker y en 2014 participó con su mujer en el programa de Antena 3 ¡A bailar!. Ese mismo año publicó el libro '¡Papá, quiero ser futbolista!', donde ofrece consejos en forma de manual a los padres cuyos hijos se quieren dedicar al fútbol como jugadores para que logren su objetivo. Además de su trabajo como comentarista en las emisiones de LaLiga en Movistar+, a mediados de 2019 se incorporó al equipo de Deportes de COPE como comentarista en el espacio 'Tiempo de Juego' dirigido por Paco González y en 'El Partidazo' con Juanma Castaño.

08 abril 2021

Una pequeña mentira

Título Original: Fourmi
Año: 2019
Duración: 105 min.
País: Francia
Director: Julien Rappeneau
Guión: Julien Rappeneau (Cómic: Mario Torrecillas)
Reparto: Maleaume Paquin, François Damiens, André Dussollier, Ludivine Sagnier, Laetitia Dosch, François Girard, Sébastien Chassagne, Cassiopée Mayance, Pierre Gommé, Didier Brice, Ismaël Dramé, Nicolas Wanczycki, Pierre Diot, Jonathan Waite, Laurent Orry, Martine Schambacher
Productora: The Film / France 2 Cinéma / TF1 Studio / Scope Pictures / RTBF
Género: Comedia / Drama

Las adaptaciones cinematográficas de obras literarias no siempre tienen un camino fácil. 'Dream Team', el cómic escrito por Mario Torrecillas y dibujado por Artur Laperla, encuentra su hogar en Francia y en manos de un director, Julien Rappeneau (hijo del mítico Jean-Paul Rappeneau, responsable de 'Cyrano de Bergerac') que se enamoró totalmente del proyecto.

La cinta cuenta la relación entre Theo, un niño con un gran talento para el fútbol, y su progenitor que atraviesa una profunda crisis personal que lo ha sumido en el alcohol y cómo el pequeño logra salvar a su padre gracias a una mentira: ha sido fichado por un ojeador del Arsenal. Así comienza un enredo intencionado que no tarda en escapar a su control y revoluciona la vida de su pequeña ciudad.

El optimismo del film no elude aproximarse, eso sí, con humor y desdramatizando, algo que se agradece, a problemas tan actuales como los conflictos emocionales de los hijos de padres divorciados y la dependencia patológica que tienen algunos jóvenes de Internet. Además, tiene ese toque liviano de las comedias francesas, es un entretenimiento ligero y correcto para toda la familia, y dejará también un buen sabor de boca a quien quiera pedirle un grado más de exigencia. 

En general la película se ve lastrada por un abuso de clichés y un exceso de buenos sentimientos; y por eso es admirable que, aún así, logre que la relación paternofilial alrededor de la que gira resulte razonablemente conmovedora. Para todo lo histriónicas o almibaradas que pueden ser estas comedias dramáticas francesas, 'una pequeña mentira' consigue mantener un tono relativamente sobrio y ser cruda cuando es necesario. El trabajo de Damiens como padre alcohólico y patán es totalmente convincente, e incluso el pequeño Maleaume Paquin resulta carismático, contenido antes de resultar cargante, a pesar de unos diálogos entre él y sus amigos dotados de una adultez en ocasiones ridícula.