14 diciembre 2010

Wembley Stadium

Pocos sitios hay que merezcan más el título de 'campo sagrado' para un seguidor de fútbol que el estadio de Wembley. Antes de su demolición en 2002 para convertirse en un nuevo y modernísimo recinto, era un auténtico museo de la historia deportiva británica y uno de los monumentos más memorables del fútbol. Más que en ningún otro estadio del mundo, jugar en Wembley era considerado algo especial: la cumbre de un futbolista era exhibir su arte bajo sus majestuosas Torres Gemelas.

Para el resto del mundo, jugar en el Empire Stadium, como se llamaba antiguamente, simbolizaba una suerte de peregrinación a los orígenes del deporte rey. Para los ingleses, este simpático estadio constituía un inmenso baúl de recuerdos. Ha sido testigo de los mejores y peores momentos de los ‘pross’, y el estadio en el que Inglaterra entró a formar parte en 1966 del selecto y reducido grupo de selecciones que han levantado la Copa Mundial.

Fue construido como elemento central de la Exposición del Imperio Británico de 1924. Aunque el estadio tenía una capacidad inicial para acomodar a 127.000 personas, en la primera final de la FA Cup se apretujaron 250.000 en el recinto. El saque inicial se retrasó 45 minutos debido a que se tuvo que vaciar el campo de seguidores que querían ver de cerca cómo el Bolton se medía al West Ham.

Tres décadas más tarde, uno de los jugadores más respetados de Inglaterra, sir Stanley Matthews, fue la estrella del partido en otro encuentro del Bolton. Era el tercer intento de Matthews, a la sazón de 38 años de edad, por colgarse su primera medalla de la Copa de Inglaterra, pero parecía que el Bolton le había aguado la fiesta cuando se cobró una ventaja en el marcador de 3-1. Sin embargo, ‘el mago del regate’ emprendió la tarea de descoyuntar la defensa rival, y quienes estuvieron en Wembley en aquel día histórico no han dejado de hablar acerca de cómo el Blackpool de Matthews remontó la contienda para ganar por 4-3.

Este tipo de recuerdos de toda una nación emanan de Wembley más que de ningún otro estadio en el mundo, sus memorias futbolísticas están imbuidas de un magnetismo colectivo que atrae a todas las demás naciones.

El nuevo estadio de Wembley está levantado sobre los cimientos de la antigua catedral futbolística. La demolición de las Torres Gemelas de Wembley, de 35 metros de alto, comenzó en diciembre de 2002. Tras la demolición del viejo Wembley se abría la puerta a un nuevo súper estadio con una capacidad de 90.000 espectadores, que terminó de construirse en el año 2007. Es parte del proyecto para las Olimpíadas de Londres 2012, que albergará tanto partidos de fútbol femenino como masculino y las finales de ambos.

El nuevo estadio presenta un nuevo diseño circular, obra del arquitecto inglés Norman Foster, con techo retráctil que se cierra o se abre dependiendo de las condiciones climáticas. Tiene un arco de acero que lo cruza de punta a punta, con una altura de 133 metros sobre el estadio. El coste del proyecto rondó los 800 millones de libras.

Estaba previsto que el estadio nacional se inaugurara el 13 de mayo de 2006 con la final de la FA Cup, pero debido a problemas con las empresas constructoras fue inaugurado el 24 de marzo de 2007 con un partido amistoso que enfrentó a las selecciones sub-21 de Inglaterra e Italia. El delantero italiano, Giampaolo Pazzini (entonces en las filas de la Fiorentina), marcó el primer gol en el Nuevo Wembley, a los 28 segundos.

La próxima final de la UEFA Champions League tendrá lugar el 28 de mayo de 2011 en el estadio londinense, y será la primera que se dispute en la capital inglesa desde que el Barcelona derrotara a la Sampdoria en 1992 en el viejo estadio Wembley, que también fue sede de la final del máximo torneo de clubes de Europa en los años 1963, 1968, 1971 y 1978.

1 comentario:

  1. A Norman Foster nada mas se le puede ocurrir tirar todo el antiguo estario y contruir uno totalmente nuevo... Solo el pudo tener ese desprecio por la historia... ES UN GENIO...

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