19 diciembre 2010

El legendario Craven Cottage

Son pocos los sitios donde aún se respira la magia y mística del fútbol, cada vez son menos los escenarios que conservan la esencia de lo que alguna vez fue la práctica del fútbol. Ahora muchos de los patrocinadores son los que mandan, estadios tan hermosos como Highbury en Londres fueron finiquitados después de un siglo de servicios para dar paso a gigantes como el Emirates, Wembley fue completamente remodelado, y otros grandes estadios esperan pacientemente una acometida de la modernización impulsada por la avidez del negocio del balón.

Fiel a la tradición el estadio de Craven Cottage, casa del Fulham Football Club desde 1896, sigue albergando cada fin de semana encuentros de la Premier League y manteniendo ese añejo toque que dieron los antepasados al fútbol británico.

Situado en el área de Hammersmith and Fulham, en Stevenage Road, junto a Bishop's Park a orillas del río Támesis. Originalmente fue un pabellón de caza real, y tiene una historia que se remonta a más de 300 años. Fue construido por el barón William Craven, en tiempos en que las áreas circundantes eran bosques, parte de los cotos de caza de Ana Bolena. Se presume que varios juegos se practicaron aquí, como bolos, criquet y hasta una versión del 'tlachtli' de los aztecas (considerado el antepasado del fútbol actual).

Cuando los directivos del equipo londinense decidieron construir su estadio allí tuvieron que pasar dos años para acondicionar el terreno que estaba abandonado desde mayo de 1888 después de un terrible incendio. En 1896 estuvo apto para albergar un estadio, obra del arquitecto Archibald Leitch, quien diseñó el estadio tal como lo conocemos ahora.

La fachada de ladrillo y madera de 1896 sigue intacta. Y cuando se dice a las orillas del Támesis, es completamente literal. Su construcción arquitectónica hace dudar de que en su interior haya un terreno de juego. Su fusión con un barrio humilde y antiguo es total.

Las primeras mejoras en el recinto no se dieron sino hasta el ascenso del Fulham a la Premier League, en 1949. Una de las innovaciones más notables fue la instalación de grandes focos proyectores, los más caros de Europa en esos tiempos.

Actualmente cuenta con el graderío más antiguo del fútbol mundial, la Johnny Haynes Stand, que aún hoy, en pleno siglo XXI sigue siendo de madera, y es el único sector del recinto donde no se puede fumar. Nada de anfiteatros ni de alturas. Grada a nivel de césped y techo acogedor que agrupa a los veinticinco mil setecientos espectadores.

En 1963 se anotó el hat-trick más rápido de la historia del balompié inglés: Graham Leggat en menos de tres minutos ayudó a su equipo a obtener una abultada victoria de 10-1 sobre el Ipswich.

En diciembre del 2003, se anunciaron los planes de remodelación por un valor de 8 millones de libras esterlinas; con el objetivo de poner al Craven al nivel de los grandes estadios de la Premier League, aunque hasta la actualidad es uno de los más pequeños en Inglaterra.

La ‘Fortaleza Fulham’ ha sido sede de varios amistosos internacionales, como los de Irlanda contra Colombia y Nigeria en mayo del 2008 y 2009 respectivamente. Frecuentemente ha sido empleado por la selección australiana, ya que además del gran número de jugadores ‘aussies’ que juegan en la Premiership, el oeste de Londres tiene una considerable colonia de emigrantes del país oceánico. También Corea del Sur ha usado el campo en dos ocasiones en los últimos años, contra Grecia en febrero del 2007, y contra Serbia en noviembre del 2009.

El jueves 26 de mayo de 2011, el estadio del Fulham será el escenario de la final de la Champions League Femenina, dos días antes de la final masculina de Wembley.

1 comentario:

  1. Yo estuve viendo un Fulham-Everton en diciembre de 2001, antes de la última remodelación de 2003. Estuve en un fondo, que entonces era todo de pie. Por lo que veo ahora por la tele, parte de la reforma ha sido poner sillas en ese fondo, el de la derecha según se ve en la tele. Me llamaron la atención dos cosas perfectamente plasmadas en el artículo: el sabor añejo que se respiraba nada más entrar y la simbiosis con el barrio donde se ubica, de casitas bajas típicamente inglesas. Casi no veías donde estaba el estadio hasta que no vislumbrabas el césped. Dos cosas puedo añadir: el estadio lleva el nombre de Craven Cottage por el pequeño chaletito también típico inglés ("cottage") que se ubica en una de sus esquinas, y que creo que era (no sé si seguirá siendo) la morada del jardinero. Y el día que yo fui me llamó poderosamente la atención la existencia de unas muy jóvenes "cheerleaders", al más puro y genuino estilo norteamericano.

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