Si las lesiones se lo hubieran permitido, no hay duda de que estaríamos hablando del mejor delantero de la historia del fútbol. Sólo once años de carrera profesional hicieron de este jugador uno de los símbolos del fútbol de todos los tiempos. Marco van Basten. El 'delantero total'. Lo tenía todo. Era elegante, potente con ambos pies, rápido y con buena capacidad para el control. Todo era perfecto pero tenía un talón de Aquiles, su tobillo. Tal y como dijera uno de los médicos que le trató, René Martí: "Marco siempre ha jugado al fútbol como una bailarina, pero su tobillo no pudo soportar la tensión".
Marcel van Basten nació el 31 de octubre de 1964 en Utrecht (Países Bajos). Comenzó a jugar al fútbol cuando contaba con apenas siete años en el UCS Eenheid Doet Overwinnen, club amateur de su ciudad natal. Un año más tarde pasaba al UVV Utrecht, en el que permaneció hasta 1980, año en que fichó por el USV Elinkwijk (club que conformó junto al DOS y el SC Velox el actual FC Utrecht) en el cual únicamente jugó la temporada 1980-81 antes de ser llamado por el AFC Ajax, para incorporarse a su cantera.
Con 17 años se incorporaba al segundo equipo del Ajax, un club ansioso por recuperar el prestigio internacional del que siempre había gozado pero que en los últimos años se le había escapado. Su debut en el primer equipo fue el 3 de abril de 1982 ante el NEC Nijmegen, partido en el que fue sustituto de Johan Cruyff. En ese partido marcó su primer y único gol de una temporada en la que además conseguía su primera Eredivisie. En la temporada 1982-83, el joven talento se vio eclipsado por Wim Kieft (máximo goleador europeo la temporada anterior). La marcha del delantero holandés al Pisa Calcio le abrieron las puertas de la titularidad para la temporada siguiente. Fue entonces cuando se destapó como goleador marcando 117 goles en 112 partidos y convirtiéndose en máximo goleador del campeonato holandés en las temporadas 1983-84, 1984-85, 1985-86 y 1986-87. Además, en la temporada 1985-86 ganaba la 'Bota de Oro' al máximo goleador europeo al marcar 37 goles en 26 partidos de liga. Mientras vistió la camiseta del Ajax se hizo con 3 Eredivisie (1981-82, 1982-83 y 1984-85), 3 KNVB Cup (1982-83, 1985-86 y 1986-87) y 1 Recopa de Europa (1986-87).
El 5 de julio de 1986 el AC Milan comenzó una nueva andadura de la mano de su nuevo presidente, Silvio Berlusconi, el cual citó a Marco en su villa, para intentar ficharlo. Finalmente no se pudo concretar el traspaso esa temporada por la falta de tiempo, pero a los dos meses de la reunión, Berlusconi hizo efectivo el fichaje a cambio de unos dos millones y medio de dólares. Así, con 23 años, daba el salto al fútbol italiano junto a su compatriota Ruud Gullit (procedente del PSV Eindhoven). Un año después se unía a ellos el también holandés Frank Rijkaard, ex-compañero de Marco en el Ajax. El plan de Berlusconi dió frutos rápidamente. Con la dirección técnica de un casi desconocido Arrigo Sacchi, el Milan conquistaba esa primera temporada el Scudetto, imponiéndose al Nápoles de Maradona. Marco era la imagen sobre la cual se reflejaba el poderoso Milan, alto, fuerte, y con una clase exquisita.
Con la 'squadra rossonera' tuvo rachas intermitentes por sus continuas lesiones en el tobillo derecho. Sin embargo, cuando estaba sobre el césped demostraba que era más que un goleador nato. Destacó por su elegancia y calidad, era un delantero centro atípico, ambidiestro, con una depurada técnica, la cabeza levantada y una gran visión de juego. A pesar de ser un delantero distinto a los demás era un buen rematador de cabeza y era capaz de marcar goles espectaculares, de todos tipos de estilo y factura. Marco fue el que le dio al Milan ese plus de genialidad solo al alcance de los más grandes. Logró igualar a Platini y Cruyff haciéndose con tres Balones de Oro, anotó dos de los cuatro goles que su equipo marcó al Steaua en la final de la Copa de Europa de 1989 en un mano a mano con Gullit, y volvió a repetir título un año después ante el Benfica. Aún así no todo fueron buenos momentos profesionales en el AC Milan, también tuvo su enfrentamiento público con Arrigo Sacchi y fue suspendido cuatro partidos por la UEFA tras darle un codazo a un defensa del Brujas belga. Una de sus noches más recordadas fue la de aquel mes de noviembre de 1992 en la que se convirtió en el primer jugador en marcar cuatro goles en un partido de la Champions League ante el IFK Göteborg, récord solo superado 20 años después por Leo Messi, al marcar cinco tantos ante el Bayer Leverkusen.
Con el Milan obtuvo 16 títulos: 4 campeonatos de Serie A (1987–88, 1991–92, 1992–93 y 1993–94), 4 Supercopas italianas (1988, 1992, 1993 y 1994), 3 Copas de Europa (1988-89, 1989-90 y 1993-94), 3 Supercopas de Europa (1989, 1990 y 1994) y 2 Copas Intercontinentales (1989 y 1990). Además a título personal ganó 1 FIFA World Player (1992), 3 Balones de Oro por la revista France Football (1988, 1989 y 1992), 2 Onces de Oro (1988 y 1989), Trofeo Bravo, al mejor jugador joven de Europa (1987), fue elegido mejor jugador del mundo por World Soccer en 1988 y 1992, y fue máximo Goleador de la Serie A italiana en 1990 y 1992.
Internacional por Holanda, se dio a conocer en 1982 cuando disputó el Torneo Internacional de Cannes en categoría juvenil. Un año más tarde jugó el Mundial sub-20 disputado en México. Van Basten jugó cuatro partidos y marcó dos goles cayendo eliminados en los cuartos de final ante Argentina. Con la selección sub-21 disputó un total de 15 partidos en los que marcó 13 goles, números que lo llevaron a debutar con la absoluta el 7 de septiembre de 1983 ante Islandia, en partido de clasificación para la Eurocopa de Francia'84. Jugó las fases finales de las Eurocopas de Alemania'88 (Van Basten partía desde el banquillo debido a que apenas jugó en toda la temporada con el Milan y hacía 8 meses que no jugaba con la selección. Un hat-trick a Inglaterra en el segundo partido y el definitivo ante Alemania en semifinales colocaron a Marco como titular en la final ante la URSS donde con una espectacular volea se colocaba como máximo goleador del torneo, dando además el campeonato a Holanda), y la de Suecia'92, donde cayeron en las semifinales ante Dinamarca, a la postre campeones del torneo. También disputó el Mundial de Italia'90 donde, al igual que toda la selección holandesa, tuvieron una pobre actuación. Se clasificaron como terceros del Grupo F por detrás de Inglaterra e Irlanda, y cayeron ante la República Federal de Alemania en los octavos de final. Van Basten disputó su último partido con Holanda el 14 de octubre de 1992 ante Polonia, en partido valedero para la clasificación del Mundial de EE.UU.'94.
El talento individual de Van Basten no conocía límites pero el 'cisne de Utrecht' se mantuvo siempre fiel a su papel como jugador de equipo. Antes de colgar las botas de manera definitiva en 1995 pasó dos duros años tratando de superar sus lesiones de tobillo que venía arrastrando desde su etapa en el Ajax. Se despedía habiendo anotado noventa goles en cerca de ciento cincuenta partidos con el Milan. Había jugado durante once temporadas gloriosas, pero el castigo que recibió de los defensores le habían propiciado un final prematuro. La percepción era que los problemas físicos y alguna decisión médica errada habían privado al fútbol de uno de sus mejores intérpretes sin tiempo para ejecutar todo su colosal repertorio. Así lo explicaba Diego Armando Maradona. "Era una máquina de hacer goles que se rompió cuando iba a convertirse en el mejor de todos. Lo fue igual, pero no llegó a número uno".
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