Nuestro protagonista de hoy fue uno de los símbolos de la selección uruguaya de los años 80 y 90. Ídolo en Sudamerica, aunque no muy nombrado en Europa, no era un delantero cualquiera, era un diez que llegó a conquistar al mismísimo Zidane. Lo mismo finalizaba que armaba las jugadas. Manejaba las dos piernas, tenía un gran salto y exhibía un repertorio técnico amplísimo que lucía con elegancia.
Enzo Francescoli Uriarte nació el 12 de noviembre de 1961 en Montevideo (Uruguay). Comenzó a jugar en las calles del barrio de Capurro y a los 6 años ya jugaba en el Club Cadys Real Junior. También integraba el equipo del colegio San Francisco de Sales. El pequeño Enzo necesitaba crecer en su carrera futbolística, así fue como decidió irse a probar a Peñarol (club de sus amores) y al River Plate de Montevideo. En ambos clubes lo rechazaron por tener un físico demasiado frágil, por lo que siguió jugando con el conjunto salesiano. Tras un partido frente a Montevideo Wanderers FC fue fichado por el club 'Vagabundo' cuando no había cumplido los 15 años. Allí comienza a despuntar en el equipo juvenil. Incluso el equipo comenzaba a jugar con diez en campo cuando él, debido a sus estudios, se retrasaba unos minutos. "A Enzo lo poníamos en cualquier puesto y respondía: de cinco, de ocho, de nueve. Nosotros necesitábamos cambiarlo de posición porque éramos un equipo chico y no había suficientes jugadores. La diferencia con el resto se notaba enseguida", señalaban sus entrenadores.
Debutó con el primer equipo el 9 de marzo de 1980 ante Defensor Sporting y, en su primer año, consigue el subcampeonato de liga. Así empezaba la historia. Destacaba por su habilidad pero también sobresalía por su gran profesionalidad en los entrenamientos, tras los cuales se quedaba practicando tiros de falta y perfeccionando su juego. No tardó mucho en convertirse en la estrella del conjunto 'blanquinegro' y ocupar las portadas de los diarios deportivos. Clasificó al equipo para la Copa Libertadores de 1983, y entonces ya se rumoreaba que River Plate (el de Buenos Aires) lo estaba siguiendo, e incluso que el Milan italiano barajaba su nombre como futuro fichaje.
Finalmente fue el CA River Plate el que se hizo con su fichaje. El conjunto de Nuñez necesitaba nuevas estrellas ya que muchas de sus figuras habían salido hacia Europa. Tras unas durísimas negociaciones, el 21 de abril de 1983 Francescoli se convertía en nuevo jugador 'franjirrojo' tras pagar 310.000 dólares por el jugador uruguayo, cifra espectacular para la época. Tres días después debutaba en el Monumental frente a Huracán, los hinchas querían ver a su nuevo 'salvador', mal que le pesara al joven Enzo que por entonces contaba 21 años. Los comienzos en Argentina fueron difíciles y le costó adaptarse a la nueva situación (nuevo club, nuevo país, estar lejos de su familia y amigos) por su carácter retraído. Fueron momentos muy duros, no alcanzaba el nivel esperado, era criticado por el público y su rendimiento no agradaba al técnico José Varaka, problemas que se vieron acentuados por dos lesiones sufridas ante Vélez Sarsfield y Nueva Chicago.
Entre 1984 y 1986, Francescoli vivió una etapa memorable en River, en donde se convirtió en ídolo de la hinchada 'millonaria'. Ganó, por primera vez, el título de máximo goleador con 24 tantos en el Campeonato Metropolitano de 1984, año en que también ganó el premio al mejor Futbolista sudamericano, que concedía el diario venezolano El Mundo. En 1985 formó una dupla formidable con Claudio Alberto Morresi y recibe el Olimpia de Plata, premio que se entregaba al mejor jugador argentino del año sin importar si juega en la Primera División de Argentina o en el extranjero, o al mejor futbolista de otra nacionalidad que juegue en la liga local. En 1986 jugó los minutos más brillantes de su carrera dejando ese imborrable recuerdo a toda la afición 'millonaria'. El 8 de febrero, el uruguayo vivió una de sus jornadas más memorables. River se enfrentaba en un amistoso a la selección de Polonia, el partido estaba empatado a cuatro, cuando el 'Principe' bajo la pelota con el pecho en el área polaca, y con una formidable chilena convirtió el gol del triunfo, desatando la locura en el estadio... era el mejor gol de su carrera. Además, ese mismo año, River ganaba el Campeonato de Primera División y Enzo quedaba al frente de la tabla de goleadores con 25 tantos, repitiendo así el título de 1984.
En el mes de junio de aquel año, en la cúspide de la popularidad, era traspasado al Racing Matra de París a cambio de 4 millones de dólares. La decisión no era fácil, pero la oportunidad futbolística y económica de triunfar en Europa ayudaron, y Enzo se marchaba al fútbol francés, en donde debía demostrar todo su talento. El empresario francés Jean-Luc Lagardère había desembolsando 30 millones de dólares para formar un equipo de estrellas. Contrató otras figuras como Luis Fernández, Alain Ben Mabrouk, Pierre Littbarski o el también uruguayo Rubén Paz. Pese a esto, la campaña del equipo fue un fracaso y la convocatoria del club parisino era bastante pobre, apenas 7.000 personas lo seguían en el Parc des Princes. El equipo terminó pelando por no descender a segunda división y a Enzo no le salían bien las cosas. A finales de 1987 recuperó parte de su nivel, y fue elegido como mejor jugador extranjero en Francia, pero tan solo unos meses después, los caprichos del presidente le impidieron cumplir su verdadero desafío profesional, jugar en la Juventus italiana.
En el verano de 1989, ficha por el Olympique de Marseille, pasando a jugar en un club más popular y con mucha más tradición futbolística que el conjunto parisino. Allí coincide con jugadores de la talla de Chris Waddle, Didier Deschamps, Jean Tigana, Carlos Mozer o Jean-Pierre Papin. La gran cantidad de público que seguía al equipo le devolvió a Enzo el ánimo y el nivel futbolístico y ese mismo año ganaban la liga francesa en una campaña en la que el uruguayo marcaba 11 goles. Además, se quedaron a tan solo un paso de llegar a la final de la Copa de Europa, pero cayeron en semifinales ante el SL Benfica de Sven-Göran Eriksson.
Del fútbol galo pasó a la Serie A fichando, en 1990, por el Cagliari Calcio, un club que si bien no luchaba por el Scudetto, le permitiría mostrar toda su calidad. Comenzó a ser considerado como ídolo en el conjunto sardo, el equipo se salvó del descenso y un año más tarde se clasificaban para la Copa de la UEFA, algo inédito en la historia de la escuadra 'rossoblu'. En la temporada 1993-94, ya con 32 años, ficha por el Torino FC. En el conjunto 'granata' coincide con sus compatriotas Marcelo Saralegui y el 'Pato' Aguilera. Con la cabeza puesta en su regreso al fútbol sudamericano, esta temporada le sirvió para dejar una buena imagen en Europa. Si bien no fue lo esperado, Enzo cerraba un ciclo aceptable, con un comienzo pobre, pero con una recuperación brillante.
Pero el 'Príncipe' había decidido volver a casa y, a mediados de 1994, se concretaba su pase a River. En su segunda etapa en el equipo 'franjirrojo', dominó el torneo argentino con cuatro títulos en tres años y levantó la deseada Copa Libertadores en un equipo donde empezaban a despuntar el 'Burrito' Ortega o Hernán Crespo, entre otros. River ganó el Apertura'96 (título que Francescoli creía que sería el último de su carrera), después se dio el lujo de llevarse el Clausura y Apertura de 1997, y la Supercopa Sudamericana del mismo año. En 1998, a los 36 años, anunciaba su retirada de los terrenos de juego. Desde ese momento los dirigentes de River intentaron convencerlo para que continuara al menos otra temporada. Pero los aficionados sabían que Francescoli cumpliría su palabra. "En el fútbol pasé los 18 años más felices de mi vida. Todo lo que yo soñaba era jugar algún día con Peñarol en el estadio Centenario. Ahora me llevo. mucho más de lo que podía imaginar".
Internacional por Uruguay, jugó con la selección sub-20 con la que ganó el Campeonato Sudamericano de 1981, disputado en Ecuador. También participó en el Mundial de la categoría, jugado ese mismo año en Australia. Omar Borrás lo hace debutar con la selección absoluta el 17 de febrero de 1982 ante Yugoslavia en la Nehru Cup (torneo disputado en Calcuta), anotando un gol en su debut. Disputó un total de 73 partidos, marcando 17 goles con el conjunto charrúa. Participó en los Mundiales de México'86 e Italia'90, aunque sus mayores éxitos llegaron en la Copa América, torneo que ganó, por primera vez, en 1983 (año en que el torneo no tuvo sede fija). Entró en el equipo por la lesión de Fernando Morena, su ídolo de la infancia y Francescoli fue clave en la final a doble partido frente a Brasil. Su segundo título llegó en 1987, en donde la selección uruguaya dirigida por Roberto Fleitas, obtuvo nuevamente la Copa América, esta vez disputada en Argentina. Enzo fue expulsado en la final pero festejó igualmente un título con sabor a revancha, por la eliminación de Uruguay a manos de la 'albiceleste' un año antes en los octavos de final del Mundial.
Participó también en la edición de Brasil'89, donde el conjunto uruguayo, dirigido por Tabárez, cayó en la final frente a la selección brasileña. En 1991 llegaba Luis Cubilla al banquillo charrúa, quien enfrentado con Francescoli desde su paso por River, no lo convocó para las ediciones de Chile'91, Ecuador'93, ni tampoco para las eliminatorias de clasificación del Mundial de USA'94. Pero la historia cambiaría en 1995, con Francescoli convocado y como capitán, la selección 'celeste' consigue ganar la Copa América disputada en Uruguay. El conjunto de Héctor Núñez derrotó a Brasil en la tanda de penaltis y Francescoli ganaba, por tercera vez, el trofeo más importante del continente.
Un año después de su retirada, se despidió de la hinchada de River ante Peñarol con 60.000 espectadores en las gradas del Monumental. En 1998 fundó en Miami, junto a Paco Casal y Nelson Gutiérrez, Gol TV, canal que compró los derechos de las ligas europeas en exclusiva para Estados Unidos y está tasado en unos 300 millones de dólares. En 2010 apadrinó, junto a Zidane, el programa 'Cracks' del canal español cuatro, un reality show dedicado a buscar por todo el mundo jugadores mayores de 16 años para convertirlos en profesionales. No es difícil verlo en algunos partidos-homenaje, como el de 'Burrito' Ortega, donde a pesar de contar con 50 años, demostró un altísimo nivel convirtiendo cuatro goles, uno desde casi la mitad del campo y otro de chilena. Desde 2015 ejerce como director deportivo de River Plate.
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