Tito Vilanova ha vuelto a 'robar' titulares en la prensa deportiva. Ayer, Sandro Rosell anunciaba una nueva recaída del entrenador azulgrana. "Después de evaluar unas pruebas rutinarias de seguimiento de su dolencia, se le ha presentado la opción de seguir un tratamiento para combatir su enfermedad que resulta incompatible con la posibilidad de desarrollar la responsabilidad de seguir siendo el entrenador del primer equipo" relataba emocionado el presidente culé en la sala de prensa de la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
Tito no se va porque así lo quisieran él o el club, y mucho menos por los malos resultados o conflictos de vestuario. Tito hace las maletas y se despide de la afición azulgrana, con el pesar y la impotencia de no poder cambiar su rumbo. Para vencer al cáncer se necesita más que un 4-3-3 o una filosofía de posesión absoluta.
Vilanova se incorporaba a las categorías inferiores del Barça en 1984. Dio el salto al filial e incluso disputó tres amistosos con el primer equipo en la temporada 1988-89, aunque sería con el Celta con quien jugaría en Primera División, defendiendo también las camisetas de UE Figueres, RC Celta de Vigo, CD Badajoz, RCD Mallorca, UE Lleida, ElcheCF y UDA Gramanet. Como técnico forjó su historia desde abajo, dirigiendo en 2001 a un destacado combinado cadete del Barcelona cuyas principales figuras eran Messi, Fàbregas y Piqué. Posteriormente dirigió al CF Palafruguell, a la UE Figueresy al Terrasa FC, equipos de humilde origen y escasa repercusión. Guardiola lo invitó a formar parte de su cuerpo técnico en 2007, significando un atajo en su camino a las grandes ligas. Los años transcurrieron y Pep se despidió por la puerta grande, entre florituras, agradecimientos e infinitas muestras de afecto de parte de la afición; para muchos un ciclo se cerraba, pero Tito le daba continuidad al enfundarse la camiseta como responsable principal del banquillo azulgrana.
A sus 44 años, el técnico de Bellcaire d'Empordà se despide como entrenador del Barcelona con un único título de liga, que no parece ser suficiente como para dejar un legado al mundo del fútbol, pero salir airoso de una lucha constante entre la vida y la muerte sería el máximo obsequio de Vilanova. Aunque las estadísticas no mienten, Tito Vilanova deja el equipo con un 71% de victorias. El Barcelona que dirigió, aún con una enfermedad punzante sobre sí, obtuvo un total de 100 puntos en la pasada liga, igualando el récord del Real Madrid, con un espectacular e histórico inicio de temporada.
Desde 'El Futbloglin' queremos apoyarlo en su lucha y mostrar todo nuestro cariño y solidaridad a su familia: ¡Ánimo Tito!
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