El pasado 7 de febrero los jugadores del Club Atlético Tucumán disputaron el partido ante El nacional de Ecuador con el uniforme de la selección juvenil de Argentina, un hecho bastante curioso teniendo en cuenta el contexto del fútbol moderno. No es la primera vez que ocurre algo así, en el blog ya hemos visto varios casos de equipos y selecciones que han tenido que improvisar uniformes debido a circunstancias inesperadas o mala planificación, pero el hecho de que fuera en la Copa Libertadores, uno de los torneos más importantes del planeta fútbol, es muy preocupante y deja entrever lo lejos que está el fútbol sudamericano de mostrar un poco de seriedad.
Todo se remonta a varias horas antes del partido, cuando 'El Decano' (es conocido como tal, por haber sido el primer club del Noroeste argentino) llegaba al aeropuerto de Guayaquil y las autoridades les informaban que el avión en el que debían viajar no tenía los documentos en regla para sobrevolar el espacio aéreo ecuatoriano (un hecho bastante confuso en un momento en que en el fútbol sudamericano todo se sospecha), por lo que no podrían trasladarse a Quito. El club argentino había decidido viajar el mismo día para combatir el mal de altura y evitar así el tiempo de adaptación que se necesita para jugar en la capital ecuatoriana. El retraso se extendió varias horas, al punto que comenzó a peligrar la llegada del equipo a tiempo para disputar el partido contra el Club Especializado de Alto Rendimiento El Nacional.
Ante la demora, Mario Leito, presidente del club argentino sacó pasajes para 40 personas en un vuelo que salía a las 18:30 horas (hora local) cuando el partido empezaba a las 19:15. Sólo viajaron los jugadores y el cuerpo técnico, dejando atrás toda la indumentaria deportiva para esperar que llegara después. Rápidamente, entre los tres dirigentes del club tucumano que habían llegado antes, los representantes de El Nacional (encabezados por su presidente, el General Tito Manjarrez) y los delegados de Conmebol comenzaron a buscar soluciones. La primera alternativa que surgió, y la más improbable, fue que los más de 2.000 seguidores argentinos que estaban en el estadio les prestaran sus camisetas a los jugadores. Era imposible por la diversidad de diseños y la falta de numeración. La segunda opción fue que el conjunto local cediera una equipación alternativa. Ésta fue puesta en práctica y esas camisetas llegaron al vestuario visitante: eran azules y estaban acompañadas por un pantalón blanco.
Fue allí cuando entró en juego Francisco Nabais, jefe de prensa de la selección sub-20 argentina (que se encuentra disputando el torneo Sudamericano de la categoría en Ecuador). "Había quedado en ir a la cancha con Claudio Ubeda y Fernando Batista (entrenador y asistente de la sub-20) cuando veo que el presidente de El Nacional dice que iban a esperar sólo el tiempo reglamentario. ¡Me puse loco! Hablé con el embajador Luis Juez, que me tenía al tanto de cómo iba el viaje de los tucumanos y salí corriendo para el Estadio Olímpico Atahualpa. Llegué a la cancha, hablé con uno de los delegados de la Conmebol y después con el presidente de El Nacional. Mi idea era quedarme a ayudar, pero me avisaron que los jugadores venían en el autobús (a 130km/h) sin ropa para poder jugar el encuentro. Entonces llamé a los utilleros, les pedí que preparasen todo y salí para el hotel en el que nos hospedamos con la selección. Me subí a un taxi, a las dos cuadras me bajé porque el tráfico estaba imposible y completé la distancia corriendo. Llegué al hotel, cargamos cuatro bolsos en una furgoneta de la Conmebol y nos fuimos para el estadio con dos motos de policía que nos escoltaban".
De regreso al Olímpico Atahualpa, el escenario con el que se encontró era otro. Ya había llegado el Atlético Tucumán y los ecuatorianos les habían prestado una equipación alternativa. "Entré al vestuario, los vi a algunos vestidos así y les grité que si van a jugar contra los ecuatorianos se defiendan con los colores argentinos. Y ahí les puse los bolsos sobre la camilla del masajista y les entregué las nuestras", recuerda Nabais. Lo que siguió, contrarreloj, fue más alocado. "El árbitro no paraba de decirles que se apuren. Los jugadores estaban sentados en el piso probándose los 25 botines de los jugadores de la sub-20 para ver cuál les entraba. Se sacaban uno, se ponían otro". Algunos jugadores tuvieron que jugar los 90 minutos con botas que no eran de su talla, incluso le sacaron la plantilla. Así fue como en el último momento se decidió vestir con 'la celeste y blanca', colores que además coinciden con los del equipo tucumano. El único jugador que no se puso la indumentaria de la selección argentina fue el arquero Cristian Lucchetti, ya que uno de los dirigentes que llegaron antes a la capital ecuatoriana llevaba en su maleta la ropa del 'Laucha'. Así, el escudo del Club Atlético Tucumán no podía faltar en esta hazaña digna de película.
El final fue "increíblemente feliz", como lo denominó Nabais. Atlético Tucumán ganó con gol de Fernando Zampedri y se clasificó para la siguiente ronda de la Copa Libertadores (donde se enfrentarán al CDP Junior de Barranquilla). El triunfo fue la mejor manera de llevar alivio a los cuerpos agotados y las mentes cansadas y se produjo un caso curioso, el del defensa paraguayo Enrique Gabriel Meza Brítez, quien vistió por primera vez la camiseta de la 'selección argentina' en un partido oficial. Apenas terminó el encuentro Francisco Nabais salió corriendo detrás de los jugadores para pedirles las equipaciones. "No podía decirles que si ganaban no tiraran las camisetas a los hinchas porque quedaba mal". Pero todas volvieron a los bolsos, que junto con las botas fueron lavadas ya pasadas las 11 de la noche, puesto que la selección sub-20 jugaba al día siguiente ante Brasil en el mismo estadio.
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