
El combinado brasileño se plantaba con el clásico 4-4-2, con un estricto sistema defensivo y una


Los brasileños superaron sin problemas la primera fase, donde se midieron


En semifinales, la reedición del duelo de la primera fase con Suecia (y de la final del 58) volvió a
decidirla Romário, esta vez de cabeza a diez minutos del final. El encuentro tuvo claro color 'azul' (el de la segunda equipación de Brasil), y sólo tardó tanto en resolverse por las magníficas actuaciones del veterano portero Thomas Ravelli.
Así pues Brasil llegaba a la final, en donde se encontraba con Italia. Dos equipos extremadamente tácticos comparecían en el césped del Rose Bowl de Los Ángeles el 17 de Julio de 1994. Lo que los dos equipos hicieron a la perfección en este partido fue el secado de la estrella rival; en el caso de Romário, fue Baresi el encargado de dirigir el dispositivo defensivo para desactivar a 'O Baixinho'. A Roberto Baggio lo persiguió muy de cerca Mauro Silva, y el crack pasó desapercibido, al menos durante el tiempo reglamentario.
Baggio tuvo el título en sus botas a pocos minutos del final, quizá la única vez que consiguió escaparse de Mauro, volvió a tenerla en la prórroga, pero Taffarel certificó que aquel no era su día. Ni el de Romário, que no llegó por centímetros a un balón que valía un Mundial. Por primera vez en la historia una final del Campeonato Mundial de fútbol se iba a decidir desde el punto de penalti.
Y allí, para que todo fuera desagradable, los fallos de los italianos,
Franco Baresi, Daniele Massaro y Roberto Baggio, dieron el tetracampeonato a Brasil. El mejor equipo del torneo, el que mejor fútbol había practicado, 'la seleção' había merecido ganar, pero todos hubiéramos preferido que fuese de otro modo.

Así pues Brasil llegaba a la final, en donde se encontraba con Italia. Dos equipos extremadamente tácticos comparecían en el césped del Rose Bowl de Los Ángeles el 17 de Julio de 1994. Lo que los dos equipos hicieron a la perfección en este partido fue el secado de la estrella rival; en el caso de Romário, fue Baresi el encargado de dirigir el dispositivo defensivo para desactivar a 'O Baixinho'. A Roberto Baggio lo persiguió muy de cerca Mauro Silva, y el crack pasó desapercibido, al menos durante el tiempo reglamentario.

Y allí, para que todo fuera desagradable, los fallos de los italianos,

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