22 junio 2018

La Copa


Título Original: Phörpa
Año: 1999
Duración: 93 min.
País: Bután
Director: Khyentse Norbu
Guión: Khyentse Norbu
Reparto: Orgyen Tobgyal, Neten Chokling, Jamyang Lodro, Lama Chonjor, Lama Godhi, Kunsang Nyima, Pema Tshundup, Thinley Nudi, Dzigar Kongtrul, Dhan Pat Singh, Raj Baboon, Jamyang Nyima, Pema Wamgchen, Namgyal Wangchuk, Dundrup Gyamtso, Orgyen Tsering, Rigzin Wangchuk, Palden Gyatso, Ngawang Gelek
Productora: Coffee Stain / Palm Pictures / Hanway Films
Género: Comedia

La Copa es una pequeña joya del cine oriental. El film, basado en hechos reales, está cargado de humor e ironía, y nos acerca a la vida diaria de un monasterio budista situado al norte de la India, al pie del Himalaya. Dos jóvenes tibetanos llegan allí para recibir una educación como monjes budistas. Se trata de Palden y Nyima que pronto comienzan el aprendizaje de su vida monástica. Pero lo que allí encuentran está lejos en algunas ocasiones de la tranquilidad y las disciplinas propiamente monásticas. Pronto los niños se hacen amigos del resto de los jóvenes budistas y comienzan a ser partícipes de eventos más relacionados con la cultura occidental que con la suya propia, y alejándose de la austeridad que se espera en un monasterio tradicional tibetano. Más complicado es educar a los niños cuando se está celebrando el Mundial de Francia'98 y muchos de ellos están pendientes de este acontecimiento. Sobre todo Orgyen, un joven dicharachero y rebelde de catorce años que tiene el fútbol como segunda religión y se inventa miles de recursos para poder verlo.

Es una película simpática, sugerente, mágica, edificante... La luz no puede ser más clara y hermosa, al igual que la riqueza de colores y la variedad de cuadros. Porque los planos enganchan por su creatividad, por una composición muy aprovechada, y por la belleza de un lugar y de unos personajes que, por exóticos y desconocidos, siguen transmitiendo a occidente una atracción casi poética. 

Con esta película, su director, el budista Khyentse Norbu derriba mitos y refleja el choque existente entre la modernidad y el tradicional estilo de vida budista. Nos muestra que los monjes no son santos, sino personas normales con necesidades básicas y no tan básicas, con obligaciones y con pasatiempos, en este caso el fútbol. Es un trabajo minimalista y sencillo, pausado y singular. Su historia es tan simple como el conjunto. Una obra propia de Shangri-La, el paraíso perdido de la mitología budista que algunos sitúan en las laderas del Himalaya en las que se desarrolla esta película.

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