El bosque de Sherwood es quizá, uno de los más famosos bosques de toda Inglaterra donde en la edad media convivían mitos y leyendas. Hoy es la casa de uno de los conjuntos con más historia dentro de la liga inglesa, un equipo que marcó una época en Europa tras la llegada de Brian Clough, polémico entrenador y probablemente el icono más importante de toda la historia del Forest. Después llegaron épocas oscuras, nunca más ganó un título a nivel local, y la estadística revela, de hecho, que es el único equipo que tiene más títulos de Copa de Europa que de liga inglesa.
Después de la aventura fallida en el banquillo del Leeds United, Brian Clough llegaba al Nottingham Forest en enero de 1975 sustituyendo a Allan Brown. Con el equipo en segunda división y ocupando la decimotercera posición, Clough no perdió el tiempo y pronto logró que el club cerrara los traspasos de John McGovern, John O'Hare (a los que había dirigido en el Leeds) y del experimentado defensa Frank Clark, futbolistas con los cuales el equipo logró salvarse angustiosamente del descenso a la tercera división.
La siguiente temporada no fue tampoco fácil y el equipo queda en octava posición. La cosa no comenzó a funcionar hasta que Peter Taylor (segundo entrenador con Clough en el Derby County) dejó el Brighton & Hove Albion para incorporarse al conjunto de los East Midlands. Juntos lograron quedar en tercera posición por detrás del Wolverhampton y Chelsea, y de esa forma volver a vivir un ascenso a la Football League First Division, la Primera División del fútbol ingles en aquellos años.
De regreso a la elite, el equipo incorporó a Archie Gemmill, Peter Shilton, Garry Birtles y Kenny Burns, sumandolos a una base que ya contaba con futbolistas como Martin O'Neill y John Robertson, ambos en venta cuando Clough llegó al club en 1975. El equipo que Clough armó congenió a la perfección e increíblemente el equipo consiguió alzarse con el título de Liga, imponiéndose al entonces todopoderoso Liverpool de Bob Paisley, al que también venció en la final de la Carling Cup. El equipo perdió solo tres encuentros, todos en la primera vuelta, y logró permanecer un año invicto en Liga (del 26 de noviembre de 1977 al 25 de noviembre de 1978).
Llegaba entonces, ya en la temporada 1978-79, en la que logró revalidar su título en Carling Cup derrotando al Southampton, el momento para que el equipo hiciese su estreno oficial en la Copa de Europa, así que el Forest decidió invertir en un exquisito futbolista del Birmingham City que juegaba de mediapunta: Trevor Francis. Sin embargo, una absurda regla de la UEFA impidió que el fichaje estrella, por el que el Nottingham pagó un millón de libras, puediera jugar hasta la final de la Copa de Europa en Múnich.
Para llegar allí antes dejaron atrás al vigente campeón y absoluto dominador, el Liverpool, en primera ronda. Posteriormente, en el camino quedaron el AEK Atenas, el Grasshopper suizo y aquel gran Colonia alemán que contaba, entre otros, con futbolistas de la talla de Harald Schumacher, Dieter Müller y Bernd Schuster. En la final de Múnich esperaba el Malmö sueco, al que los hombres de Clough derrotaban 1-0 con un gol de cabeza de Trevor Francis, en una final muy discreta.
Moldeado de forma majestuosa, aquel era un equipo cuya base tenía en Peter Shilton, Larry Lloyd y Kenny Burns a sus principales baluartes defensivos. Del centro del campo hacia delante, el equilibrio estaba representado en la figura de John McGovern, símbolo y capitán, quien a su vez era muy bien secundado por el también incansable Ian Bowyer. Un factor de desequilibrio fundamental era el extremo escocés John Robertson, un futbolista de condiciones realmente estupendas y que se entendía muy bien con otro gran talento, Trevor Francis. Garry Birtles y Tony Woodcock formaban una letal pareja de ataque.
Quinto en Liga y derrotado en la final de la Carling Cup por el Wolverhampton, al año siguiente se repetía la gesta europea. Esta vez el escenario era el Santiago Bernabéu y el rival el Hamburgo de Kevin Keegan. Cuentan que, en los días previos al choque, Shilton se quejó del estado del césped en los campos de entrenamiento y que Clough le prometió llevarle a un lugar perfecto para poder ejercitars: el centro de una rotonda. La ocurrente idea funcionó, Shilton mantuvo su portería a cero y el Forest se impuso en la final con un gol de John Robertson.
Las salidas de jugadores como Woodcock al Colonia, o Robertson al Derby County, donde Peter Taylor había emigrado un año antes, acaba con la relación de Clough y su ayudante, ya deteriorada desde la publicación de la biografía del propio Taylor. Este fue el fin de la relación entre ambos y Taylor dejó definitivamente el fútbol al año siguiente, en 1984. La estrella de Clough como entrenador fue apagándose poco a poco y, aunque conseguiría algún título más, todos menores, no volvería tan siquiera a vislumbrar la gloria que tuvo en otra época. Siguió como entrenador del Forest hasta la temporada 1992-93, momento en el decidió retirarse tras el descenso del equipo habiendo ocupado la última plaza casi toda la temporada.
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