Hablar de Franco Baresi no es hablar de un futbolista cualquiera, sino del 'Duomo' del AC Milan, institución que se adelantó al futuro con la llegada de Berlusconi a los despachos, Sacchi al banquillo y Baresi en el terreno de juego. Capitán y emblema 'rossonero', Baresi cambió el mundo del fútbol situándose cerca del portero y observando el panorama. Beckenbahuer marcó el camino, y él lo siguió y lo perfeccionó. Pero tras su marcha, la posición de líbero casi ha desaparecido. Quizás porque nadie sería capaz de defenderla como él lo hizo.
Franco Baresi nació el 8 de mayo de 1960 en Travagliato, localidad de la provincia de Brescia (Italia). Huérfano de madre a los 13 años y de padre desde los 17 años, su hermana se hizo cargo de él y de su otro hermano, Giuseppe. Comenzó a jugar al fútbol junto a su hermano y pronto llamaron la atención de un ojeador del Inter de Milán que los llevó a probar al Centro Deportivo Angelo Moratti de Appiano Gentile, en la provincia de Como. Su hermano Giuseppe, pasó la prueba pero él se quedó fuera por su baja estatura. Tras dos intentos frustrados por vestir los colores del Inter, en 1974 ingresa en el juvenil del eterno rival, el AC Milan. Comenzó jugando en el centro del campo, pero pronto esa visión panorámica, ese instinto para ordenar, para comandar desplazando el balón, hicieron que los técnicos retrasaran su posición.
El 23 de abril de 1978, a los 18 años, debutó con el primer equipo rossonero ante el Hellas Verona FC en el Stadio Marcantonio Bentegodi de la ciudad del Véneto. Ya en su segunda temporada se hizo fijo en la titularidad y consiguió hacerse con el primer Scudetto de su carrera. En 1986 Berlusconi cambió la historia del Milan. Un año después, un profesor llamado Arrigo Sacchi tomó los mandos del vestuario, y fue entonces cuando Baresi vivió la época dorada del Milan. Llegaron jugadores de la talla de Marco van Basten, Ruud Gullit, Frank Rijkaard o Carlo Ancelotti, los 'rossoneros' marcaron historia en el fútbol mundial de finales de los 80 y principios de los 90. Y la defensa que Baresi abanderaba, y que completaban Tasotti, Costacurta y Maldini, era el temor de los rivales.
Baresi fue un futbolista diferente al resto. Ágil y rápido en el corte, elegante y efectivo a la hora de sacar el balón, avanzaba con solvencia entre las líneas del campo. Tenía en su cabeza todo el manual táctico de su entrenador, y lo que es aún más difícil, era capaz de expresarlo con exactitud matemática sobre el terreno de juego. Era el prototipo perfecto de 'uomo scopa' (hombre escoba). Desde esa posición colocaba a todo su equipo, mandaba la línea para adelante o la replegaba en función de la distancia del jugador más cercano a la pelota. Mandaba, gritaba, corregía… su misión era que el equipo no perdiera el orden y siempre estuviera en superioridad, estuviera donde estuviera la pelota.
Su carrera ha estado siempre ligada al club milanista en donde permaneció dos décadas haciendo historia. Se retiró hace 14 años y mientras estuvo en activo, sobre sus espaldas se edificó el mejor Milan de todos los tiempos, dominador del fútbol continental a finales de los 80 y en los 90. Baresi conquistó 6 Scudettos (1978-79, 1987-88, 1991-92, 1992-93, 1993-94 y 1995-96), 4 Supercopas de Italia (1988, 1992, 1993, 1994), 3 Copas de Europa (1989, 1990 y 1994), 2 Copas Intercontinentales (1989 y 1990), 3 Supercopas de Europa (1989, 1990 y 1994) y 1 Mitropa Cup (1982). A nivel individual le fue concedido el 'Balón de Plata' de la revista France Football en 1989.
Con la selección italiana disputó los Mundiales de 1982, 1990 y 1994, además disputó las Eurocopas de Italia'80 y Alemania'88. Fue internacional sub-21 y jugó las Olimpiadas de Los Angeles en 1984. En el Mundial de España'82 Enzo Bearzot no contó con él para ser titular e Italia se proclamó campeona del Mundo. En 1990 Italia jugaba en casa y Azeglio Vicini contó con Baresi como parte indispensable de la squadra azurra. En la edición de 1994, Sacchi no pudo darle muchos minutos ya que había sido intervenido de menisco 10 días antes de la cita mundialista de Estados Unidos, allí el fútbol le quitó un título que le pertenecía. Franco falló uno de los penaltis de la tanda en la final ante Brasil. Jugó su último partido como internacional el 7 de septiembre de 1994, dejando tras de si 81 internacionalidades, 51 de ellas como capitán.
Franco Baresi dejó tal sello en el Milan que, cuando se marchó, el club retiró el dorsal 6 para que ningún otro jugador lo pudiera lucir. Este honor sólo lo tienen él y Paolo Maldini, otro histórico de la zaga 'rossonera' retirado 12 años después. Desde su retirada, a los 37 años, entró a formar parte de la directiva rossonera, llegando a ser vicepresidente del club. Posteriormente inició su carrera en los banquillos en el Fulham inglés del que fue destituido en agosto de 2002. Desde entonces forma parte del cuadro técnico del Milan donde ha entrenado a los equipos sub-19 y sub-20.
No hay comentarios:
Publicar un comentario