El rival del Sevilla en la final de la Europa League juega bajo el inconfundible sello de su técnico, un Antonio Conte que llegó el pasado verano al conjunto italiano para buscar el salto de calidad que pudiese impulsar a 'Il Biscione' hasta cotas que no fueron alcanzadas en temporadas pasadas.
Con Suning Holdings Group como nuevo dueño del club 'nerazzurro', el talonario ha vuelto a ser clave en la búsqueda de excelencia: más de 190 millones de euros en la construcción de un equipo que se ha reforzado en todas sus líneas. Conte ha firmado jugadores que pueden adaptarse a diferentes sistemas de juego, muchos de ellos capaces de poder jugar en múltiples posiciones. Puede que no tenga a los mejores especialistas en determinadas posiciones, pero cuenta con jugadores bien formados y de toda confianza para el desarrollo de su trabajo. El ex entrenador del Chelsea ha firmado a cinco jugadores de la Premier League, incluyendo, más recientemente, a Christian Eriksen (Tottenham Hotspur) y Ashley Young (Manchester United) en enero, aunque el más exitoso de sus fichajes ha sido el ex delantero del United, Romelu Lukaku. Sin embargo, muchos ponen en entredicho la labor del técnico leccesi ya que tuvo en sus manos poder llevarse el título liguero y finalmente volvió a entregar el premio a una Juventus que fue mucho menos incisiva que en años pasados. Menos concedió en la presente edición de la Europa League, donde los discípulos de Conte se han mantenido fiables en la primera fase y tras el confinamiento tiraron de eficacia para eliminar a Getafe, Bayer Leverkusen y Shakhtar Donetsk con el brillo especial de Lukaku y Lautaro Martínez, cuya verticalidad, bajo el sello de Conte, es el mejor aval para buscar el título.
A diferencia de lo que ocurrió en el Chelsea, donde Conte tardó seis partidos en adoptar un sistema defensivo con 3 centrales, en el Inter reorganizó la zaga desde el inicio a partir de la línea de 4 de su predecesor Luciano Spalletti. De este modo, el técnico italiano ha apostado por el 3-5-2 que desarrolló durante sus tres temporadas en la Juventus. En fase ofensiva, y de manera general, el Inter se desarrolla con estructura de 3-3-4 a través de sus dos volantes apoyando a sus delanteros una vez que el balón llega a campo contrario. Esta ha sido a menudo su estrategia cuando el equipo rival opta por una presión sobre sus defensas, utilizando en estas circunstancias el juego directo con Lukaku, aprovechando la habilidad de su delantero para retener el balón en zonas de ataque. Sin balón, el Inter de Conte no ha conseguido ejercer una presión eficaz en la salida de balón del rival, pero sí se ha mostrado mucho más efectivo cuando se desarrolla en bloque medio. Sobre un 5-3-2, con pocos espacios entre sus unidades, los jugadores del Inter han sido capaces de aplicar la presión sobre el balón que demanda Conte. Este bloque medio, combinado con la capacidad de Lukaku para aguantar el balón, da al Inter los cimientos ideales para construir contragolpes, invitando a los carrileros y volantes a llegar al último tercio de campo. Cuando el Inter se enfrenta a una transición defensiva, su línea con tres centrales ha mostrado una gran seguridad para anular los ataques rivales. Con ambos carrileros en posiciones avanzadas, las bandas permanecen desprotegidas, pero los tres centrales de los 'nerazzuri' son lo suficientemente rápidos para realizar la cobertura y retrasar los ataques rivales hasta que los compañeros recuperen sus posiciones defensivas.
Con Handanović en la portería, en la línea defensiva confía en el potencial de sus centrales, con De Vrij y Godín (protagonistas en esta Europa League) y la incorporación de Alessandro Bastoni ante la irregularidad de Škriniar. Basta con mirar a sus centrales para comprobar que cada balón parado puede ser una pesadilla para sus rivales. Lo sabe Conte, que no duda en convertir muchas acciones de balón parado en armas de estrategia. El central uruguayo es otro de los nuevos jugadores de este Inter (llegó gratis desde el Atlético de Madrid), añadiendo mayor seguridad defensiva en el centro de la zaga. Ofrece experiencia y una impresionante capacidad de lectura del juego, que puede resultar particularmente influyente en un equipo con carrileros tan ofensivos.
El sistema de Conte se apoya en las llegadas constantes de sus carrileros como base de su juego. Empezó el curso con Antonio Candreva siendo decisivo y ahora son D'Ambrosio (en banda derecha) y Ashley Young (en la izquierda) los que aseguran regularidad por esos costados. El equipo aprendió a usar este arma en todos los sentidos: sorprenden en ataque y son solidarios en el esfuerzo defensivo. Eso también forma parte de la marca Conte. Young fue fichado durante el mercado de invierno instalándose rápidamente en el perfil izquierdo del medio campo de cinco jugadores. Conte le ha dado la libertad de avanzar regularmente, sabiendo que tres defensores centrales y al menos un centrocampista central le harán la cobertura. La presencia en el lado opuesto de D'Ambrosio hace que el Inter pueda ofrecer centros de calidad desde ambos flancos a sus delanteros.
En el centro del campo destacan tres mediocampistas centrales versátiles como Barella, Brozović y Gagliardini. Nicolò Barella, ofrece una amenaza ofensiva desde el centro del campo, donde su habilidad para superar a un oponente y romper las líneas representa una opción diferente en ataque. Las carreras del ex del Cagliari atraen a los defensores; también ambicioso con sus pases, a menudo jugando en vertical hacia los compañeros en zonas adelantadas. Los patrones de juego del Inter en el centro del campo recuerdan a los que utilizó Conte en la Juve, a través de Brozović intentando pases por los pasillos interiores como hacía Andrea Pirlo en Turín; un delantero deslizándose al medio del campo para buscar la asociación en corto con el centrocampista croata, y el otro delantero atacando la espalda de la defensa rival. Así mismo, uno de los volantes también ofrece apoyos como tercer hombre junto al atacante más avanzado. Además, los mediocampistas han experimentado la llegada en profundidad, en un intento de igualar en unidades a los rivales que permanecen en un bloque bajo. Así, se crean espacios para realizar pases más directos a sus carrileros, antes de que los delanteros ataquen el área.
Con Conte animando a sus mediocampistas a llegar al último tercio de campo, Romelu Lukaku y Lautaro Martínez reciben un apoyo constante. El belga y el argentino han formado una temible pareja de ataque, que ha contribuido a sumar 37 goles entre ambos en la Serie A, encajando eficazmente y ofreciendo desmarques en direcciones opuestas que estiran las defensas rivales y generan espacios. Es Lukaku quien se desplaza con más regularidad a medio campo para recibir la posesión a los pies, mientras que su compañero de ataque favorece las carreras a la espalda de la defensa rival.
Este Inter funciona sin un nombre propio al mando, por mucho que Lukaku centre las miradas del bloque. La Europa League dibujó un panorama renovado respecto al cierre liguero. En los 16 últimos encuentros sólo sufrió dos derrotas, ambas en la Serie A ante Juventus y Bologna, mientras que la irrupción de algunos futbolistas y las ganas de demostrar supusieron un incentivo al alza. Eriksen, llegado en el mercado invernal, espera su oportunidad en el banquillo y quiere marcar diferencias en sus apariciones. Alexis Sánchez fue uno de los grandes nombres que llegó el pasado verano. Sin embargo, al igual que en su etapa en el United, el internacional chileno ha tenido poco impacto en San Siro. Ha estado más participativo desde el parón invernal por la crisis del covid-19, pero sus compañeros en el ataque se han mostrado mucho más eficaces, lo que sugiere que el Inter no hará efectiva la opción de compra. Lautaro sabe que su papel de pieza determinante en la búsqueda de un título puede suponer su mejor pasaporte para dar el salto definitivo a su carrera.