Apodado ‘Rio’ por su padre, fue acogido desde los ocho años en la escuela del Girondins de Burdeos, donde coincidió con jóvenes promesas como Marouane Chamakh y Julien Faubert, y ‘protegido’ del ex internacional francés Patrick Battiston (aquel que sufrió la terrible entrada del portero alemán Schumacher en el Mundial de España’82), Mavuba se convirtió en un poderoso mediocentro que alcanzó la nacionalidad francesa en 2004 y con ella seis veces la selección gala.
Rio Antonio Zoba Mavuba nació en el mar (eso dice su pasaporte), el 8 de marzo de 1984, cuando sus padres huían en una patera, como refugiados políticos, de la guerra civil de Angola, país originario de su madre. "No sé en qué mar", dice Mavuba, que nunca vio jugar, ni siquiera en vídeo, a su padre (Mafuila "Ricky" Mavuba) fallecido en 1996, que jugó el Mundial de Alemania’74 con la selección de Zaire, actual República Democrática del Congo (aquella selección es recordada, sobre todo, por un hecho acontecido en el partido ante Brasil).
Debutó como profesional, a los 18 años, en el primer equipo del Girondins de Burdeos. En el verano de 2007, el Villarreal pagó siete millones de euros por sus servicios, pero una lesión y su falta de adaptación al equipo hicieron que fuese cedido en enero del siguiente año al Lille francés. Su gran final de temporada en el conjunto galo hizo que los directivos del conjunto de Calais hiciesen efectiva la cláusula de compra, firmando así un contrato de forma permanente con el LOSC.
Como internacional, jugó un amistoso con la sub-21 de la RD del Congo, pero finalmente eligió la selección gala “porque tenía la oportunidad de jugar con grandes futbolistas”. Raymond Doménech, que dirigía por entonces la sub-21 gala lo estuvo siguiendo de cerca, y en cuanto se hizo cargo de la absoluta lo llamó para formar parte del conjunto ‘bleu’. En su primera convocatoria, coindió con Henry y le daba vergüenza hablar con él “porque dos meses antes lo había estado siguiendo por televisión, en la Eurocopa de 2004 en Portugal”.
El 23 de abril de 2009 vio la luz la Fundación ‘Rio Antonio Mavuba, Huérfanos de Makala’, un orfanato para 31 niños de un barrio de Kinshasa en la República Democrática del Congo. El edificio que acoge dicha fundación es una de las casas donde vivió su padre. En la actualidad alberga a más de 31 jóvenes de edades comprendidas entre 5 y 15 años que son supervisados durante todo el día. El objetivo número uno de la fundación es convertirse en la casa de todos lo más rápidamente posible.
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