El pasado martes, el fútbol añadió a la biblioteca de recuerdos un nuevo episodio, una nueva historia de la que estar orgullosos. Billy Sharp, jugador del Doncaster Rovers se erigió como protagonista durante la última jornada de la Championship por su gol al Middlesbrough.
El '10' rojiblanco perdió el pasado sábado a su hijo cuando sólo contaba dos días de vida. Para el partido que su equipo tenía que disputar ante el Middlesbrough, su técnico le ofreció sacarlo de la convocatoria debido al trágico suceso, pero Sharp quiso jugar, quería disputar el partido para marcar un gol y dedicárselo a su hijo. No sólo su entrenador, sino también sus compañeros procuraron convencerle de que lo mejor era no disputar el partido, pero él lo tenía claro y saltó al terreno de juego como capitán. Antes del partido, los 9.792 aficionados que asistieron al Keepmoat Stadium rindieron un minuto de aplausos a la memoria de Louie Jacob Sharp, su hijo. Durante ese minuto, Billy no pudo contener las lágrimas, su entrenador le había pedido que se quedase en casa, que no jugase, mas presión era lo último que necesitaba el delantero en esos momentos tan difíciles (el conjunto del sur de Yorkshire es el colista de la Championship).
Cuando tan sólo habían transcurrido catorce minutos de partido, Sharp enganchó de volea un balón caído del cielo para marcar el tanto que adelantaba a su equipo en el marcador. Fue además un golazo. Entonces corrió hacia la banda y se levantó la camiseta mostrando otra debajo que contenía el siguiente mensaje: "That's for you, son" (esto es para ti, hijo).
El árbitro, consciente de la situación, se olvidó por un instante del reglamento y no mostró la tarjeta amarilla que se enseña a los futbolistas por levantarse la camiseta. No era el momento. Las aficiones de ambos equipos no dudaron en aplaudir el tanto marcado por el futbolista inglés de 25 años. El Rovers perdió finalmente el choque por 1-3 pero, por un día, eso era lo de menos.
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