Desde que Villa se lesionó en diciembre de 2011 la selección española vive un debate constante sobre el nueve. España conquistó la Eurocopa de 2012 utilizando en la mayoría de los partidos lo que se denomina como falso nueve, y el propio Del Bosque llegó a reconocer que no había dado con un nueve resolutivo. La explosión goleadora de Diego Costa en este inicio de curso, diez goles en ocho partidos, ha avivado el debate sobre si debe ser convocado con España.
En mi modesta opinión, creo que el ariete 'rojiblanco' restaría más que sumaría a los intereses de la selección española. Si de Soldado en su día se llegó a señalar que era demasiado impetuoso, el caso de Diego Costa es aún mayor. Ha sido señalado en multitud de ocasiones como un futbolista conflictivo y antideportivo, un carácter difícil de contener. Un perfil que no gusta demasiado a los colegiados FIFA, de hecho, esta temporada todavía no ha debutado en la Champions League por su sanción de cuatro partidos en competiciones europeas tras golpear en la cara a un jugador del FC Viktoria Plzeň el pasado año. Y es que de sobra es conocido el difícil carácter del delantero hispano-brasileño. El delantero del Atleti se ha pegado con todos los defensas de la liga española, especialmente con Sergio Ramos, Arbeloa y Jordi Alba, y no son pocos los que ven en su llegada a 'La Roja' un futuro problema que se debe evitar, y más teniendo en cuenta que se trata de una selección en la que se huye de los problemas sobre el campo.
Es curioso ver como muchos periodistas, comentaristas y hasta ex jugadores alegan en estos días que Diego Costa ha decidido jugar con España. Lo primero a tener en cuenta es que Diego Costa quiere jugar con España únicamente porque Scolari no cuenta con él para formar parte de la 'verdeamarelha'. Prueba de ello es que ya jugó dos amistosos con Brasil ante Italia y Rusia en marzo de este mismo año, y entonces declaró sentirse inmensamente feliz por su llegada a la 'Seleção'. Es cierto que la propuesta futbolística del actual seleccionador brasileño es muy acorde con las características de Diego Costa, pero este ha preferido, en las últimas convocatorias, a otros jugadores como Hulk y Fred, con condiciones similares al delantero del Atlético de Madrid, por algo será...
Además, es muy fácil subirse ahora al carro de la selección española. Desde hace cuatro años ha sido nominada repetidamente como la mejor selección de la historia, por encima de combinados históricos. Con este precedente, a cualquier jugador profesional le gustaría formar parte del grupo entrenado por Del Bosque, pero si esta pregunta se le hubiese hecho a Diego Costa, cuando España no pasaba de cuartos y Brasil llegaba a las finales, me jugaría el cuello (y a buen seguro no lo perdería) que habría dicho un no claro y rotundo.
Es cierto que el jugador juró la Constitución el pasado 5 de julio, pero la FIFA es reacia a la nacionalización de jugadores. Es cierto que los hay en muchísimas selecciones y que la reglamentación FIFA lo permite, pero lo consideran como una especie de 'fichaje burocrático' que adultera, en cierto modo, la naturaleza de las selecciones nacionales. Y es verdad, para que jueguen extranjeros ya están los equipos y en las selecciones tan solo deberían actuar los jugadores nacidos en el país.
Es cierto que España ha contado siempre con jugadores nacionalizados en sus filas. De hecho, el primer jugador 'extranjero' que jugó con España fue Paulino Alcántara en 1921 (nacido en Filipinas, entonces territorio español de ultramar) y algunos años después, Kubala, Di Stéfano y Puskás. Luego han sido otros muchos como Jara, Valdez, Becerra (estos tres lo hicieron con documentación falsificada), Heredia, Pier, Donato, Pizzi, Catanha, Marcos Senna, Pernía y Thiago. Además, también jugaron con la selección Héctor Rial, Heriberto Herrera, Santamaría, Eulogio Martínez, Touriño, Roberto Martínez y Rubén Cano, nacidos en el extranjero pero con padres o abuelos españoles. Pero con 'extranjeros' en sus filas España nunca ha ganado nada (con la excepción de la Eurocopa de 2008 con Marcos Senna) y en estos momentos no creo que la selección esté para 'fichajes'. Un Mundial y dos Eurocopas deberían ser crédito más que suficiente para confiar en los que nos lo han dado. Además, para los que hablan del rendimiento del jugador, hay que tener en cuenta que Del Bosque no siempre ha premiado los méritos acumulados en la Liga. Michu o Rubén Castro son dos claros ejemplos, y es que la selección funciona como un club y, cuando hay necesidad se tira de la cantera.
Con todo esto no digo que Diego Costa no me parezca un gran jugador, nadie lo duda, pero ahí está el trabajo de los delanteros españoles que se han dejado la piel para llegar al Mundial de Brasil, y son ellos los que tienen que pelear en Brasil por reeditar el título, pensar ahora en Diego Costa sería empezar con mal pie.
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