Mítico jugador de los noventa, fue conocido en su país con el sobrenombre de 'El Lobo', principalmente por su fortaleza en la zaga, pero también por su peculiar aspecto físico. No era muy amigo de los entrenadores ni de la disciplina y fue uno de los referentes defensivos de aquella maravillosa selección bulgara de 1994. Ivanov era el encargado de proteger el centro de la zaga de los ataques rivales y lo hacía con contundencia, "sin tomar prisioneros", como decía su compañero Stoitchkov.
Trifon Marinov Ivanov nació el 27 de julio 1965 en Gorna Lipnitza, una pequeña ciudad de la provincia de Veliko Tarnovo (Bulgaria). Comenzó su carrera en el FK Etar de la ciudad de Veliko Tarnovo. Empezó jugando como delantero y, aunque a los 11 años lo retrasaron a la posición de central, siempre conservó cierto instinto ofensivo. Debutó en la Primera División bulgara en 1983 de la mano de Georgi Vasilev, coincidiendo con unos jovencísimos Krasimir Balakov e Ilian Kiriakov. Con el conjunto 'morado' jugó 5 temporadas, disputando 62 partidos en los que marcó 7 goles.
En 1988 se traslada a Sofía y ficha por el CFKA Sredets (hasta entonces CSKA y renombrado de esta manera por decreto del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro tras los incidentes de la final de Copa de 1985 con el Levski). Allí, entrenados por Dimitar Penev, coincide con Emil Kostadinov, Kostadin Yanchev y con unos emergentes Hristo Stoitchkov y Lyuboslav Penev. Juega 64 partidos y gana 3 títulos ligueros (1988-89, 1989-90 y 1991-92), 1 Copa de Bulgaria (1988-89) y 1 Supercopa (1989), además llegaron a las semifinales de la Recopa de 1989, donde cayeron ante el FC Barcelona de Johan Cruyff.
Según la legislación de la época, los futbolistas búlgaros no podían fichar por un club extranjero hasta cumplir los 28 años, pero eso cambió con el desplome del comunismo y fichó por el Real Betis Balompié en el verano de 1990. No empezó con buen pié en el conjunto 'verdiblanco' que luchaba por mantenerse en Primera División, le costó adaptarse por su desconocimiento del idioma por lo que salió cedido, primero al Etar y después al CSKA Sofia. De regresó a España, jugó la temporada 1992-93 completa en Segunda División. Con los meses terminó hablando con cierto acento andaluz. Gracias a su carisma, coraje y franqueza no tardó en ganarse la estima de la grada y el respeto de sus compañeros, como demuestra su pronta elección como capitán, pero también desesperó por su incapacidad de ser constante, llegaba tarde a muchos entrenamientos, fumaba demasiado y conocía la noche sevillana de memoria.
Comenzó la siguiente temporada (todavía en Segunda División), pero los constantes episodios de indisciplina hicieron que la directiva bética lo vendiera, al inicio de 1994, al Neuchâtel Xamax FC de la liga suiza después de jugar un total de 52 partidos entre Primera y Segunda División con el conjunto de Heliópolis. En su segunda temporada los resultados no acompañaban al equipo 'Rouge et Noir' y una dura derrota puso de manifiesto su enfrentamiento con el técnico Gilbert Gress (al que acusó de "no tener ni idea de fútbol"). Este hecho terminó con la cesión de Ivanov al CSKA Sofia, donde jugó los últimos siete partidos de lo que quedaba en dicha temporada, la 1994-95.
En el verano de 1995 es traspasado al SK Rapid Wien, que paga unos 800.000 dólares por su traspaso. Allí vive sus mejores momentos, ganando en su primera temporada la ÖFB-Cup (Copa austríaca) al imponerse al DSV Leoben. Su segunda campaña fue todavía mejor, el conjunto 'Hütteldorfer' ganó el título liguero con seis puntos de ventaja sobre el SK Sturm Graz y alcanza la final de la Recopa de Europa, pero el Rapid pierde por 1-0 ante el Paris Saint-Germain de Luis Fernández. Además, a título personal, fue nombrado mejor jugador bulgaro del año, siendo el último defensor en ganar dicho premio hasta la fecha. En la siguiente temporada, su indisciplina e irregularidad lo enfrentan con el técnico Ernst Dokupil. Tras algunas buenas actuaciones en la Liga de Campeones, su rendimiento baja mostrando un pésimo estado de forma en la recta final del campeonato por lo que el técnico lo aparta del equipo y le prohibe jugar, pese a tener un año más de contrato.
La situación se agravó cuándo parecía que Ivanov no iba a encontrar un nuevo club y que debería jugar para el equipo aficionado del Rapid en la Cuarta División austríaca. Finalmente firma por el FK Austria Wien, rival directo del Rapid, pero tras jugar 11 partidos prefiere volver al CSKA Sofía, en la primavera de 1998, para preparar el Mundial de Francia. La parte final de su carrera transcurrió en las filas del Floridsdorfer AC de Viena, ciudad de la que no quiso moverse, y declinando otras ofertas mejores prefirió jugar en la Regionalliga Ost (tercer escalón del fútbol austriaco) hasta que decidió colgar las botas en el verano de 2001 tras tres temporadas, jugando 52 partidos y marcando 8 goles con el conjunto 'Blau-Weiß'.
Internacional por Bulgaria, jugó un solo partido con la selección sub-21 y debutó con la selección absoluta en un partido amistoso el 13 de abril de 1988 en el estadio Deveti Septemvri de Burgas ante la RDA (Alemania Oriental). Entró en el minuto 60 sustituyendo a Anio Sadakov y marcó el gol del empate a uno definitivo en el minuto 82). Disputó un total de 76 encuentros, en los que marcó seis goles. Participó en los Mundiales de EE.UU.'94 y Francia'98, y también en la Eurocopa de Inglaterra'96. Ivanov será recordado como el gran capitán de la mejor selección búlgara de la historia, la que finalizó en cuarta posición en 1994. En esa selección militaban jugadores de la talla de Mihailov, Sirakov, Balakov, Iordanov, Letchkov, Kiriakov, Kostadinov y Stoitchkov.
Tras su retirada de los terrenos de juego, regresó al norte de Bulgaria. Conocedor de sus limitaciones y su temperamento explosivo, enseguida tuvo claro que no quería dedicarse a los banquillos, sino alejarse de los focos y vivir tranquilo aunque ocasionalmente participa en algún partido con los veteranos de la selección bulgara. Montó un negocio de gasolineras y desapareció durante unos años hasta que le dieron un cargo en la Federación Búlgara de Fútbol. Se compró un lago cerca de su ciudad natal, donde disfruta de la pesca y la caza con sus amigos.
Trifon Marinov Ivanov nació el 27 de julio 1965 en Gorna Lipnitza, una pequeña ciudad de la provincia de Veliko Tarnovo (Bulgaria). Comenzó su carrera en el FK Etar de la ciudad de Veliko Tarnovo. Empezó jugando como delantero y, aunque a los 11 años lo retrasaron a la posición de central, siempre conservó cierto instinto ofensivo. Debutó en la Primera División bulgara en 1983 de la mano de Georgi Vasilev, coincidiendo con unos jovencísimos Krasimir Balakov e Ilian Kiriakov. Con el conjunto 'morado' jugó 5 temporadas, disputando 62 partidos en los que marcó 7 goles.
En 1988 se traslada a Sofía y ficha por el CFKA Sredets (hasta entonces CSKA y renombrado de esta manera por decreto del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro tras los incidentes de la final de Copa de 1985 con el Levski). Allí, entrenados por Dimitar Penev, coincide con Emil Kostadinov, Kostadin Yanchev y con unos emergentes Hristo Stoitchkov y Lyuboslav Penev. Juega 64 partidos y gana 3 títulos ligueros (1988-89, 1989-90 y 1991-92), 1 Copa de Bulgaria (1988-89) y 1 Supercopa (1989), además llegaron a las semifinales de la Recopa de 1989, donde cayeron ante el FC Barcelona de Johan Cruyff.
Según la legislación de la época, los futbolistas búlgaros no podían fichar por un club extranjero hasta cumplir los 28 años, pero eso cambió con el desplome del comunismo y fichó por el Real Betis Balompié en el verano de 1990. No empezó con buen pié en el conjunto 'verdiblanco' que luchaba por mantenerse en Primera División, le costó adaptarse por su desconocimiento del idioma por lo que salió cedido, primero al Etar y después al CSKA Sofia. De regresó a España, jugó la temporada 1992-93 completa en Segunda División. Con los meses terminó hablando con cierto acento andaluz. Gracias a su carisma, coraje y franqueza no tardó en ganarse la estima de la grada y el respeto de sus compañeros, como demuestra su pronta elección como capitán, pero también desesperó por su incapacidad de ser constante, llegaba tarde a muchos entrenamientos, fumaba demasiado y conocía la noche sevillana de memoria.
Comenzó la siguiente temporada (todavía en Segunda División), pero los constantes episodios de indisciplina hicieron que la directiva bética lo vendiera, al inicio de 1994, al Neuchâtel Xamax FC de la liga suiza después de jugar un total de 52 partidos entre Primera y Segunda División con el conjunto de Heliópolis. En su segunda temporada los resultados no acompañaban al equipo 'Rouge et Noir' y una dura derrota puso de manifiesto su enfrentamiento con el técnico Gilbert Gress (al que acusó de "no tener ni idea de fútbol"). Este hecho terminó con la cesión de Ivanov al CSKA Sofia, donde jugó los últimos siete partidos de lo que quedaba en dicha temporada, la 1994-95.
En el verano de 1995 es traspasado al SK Rapid Wien, que paga unos 800.000 dólares por su traspaso. Allí vive sus mejores momentos, ganando en su primera temporada la ÖFB-Cup (Copa austríaca) al imponerse al DSV Leoben. Su segunda campaña fue todavía mejor, el conjunto 'Hütteldorfer' ganó el título liguero con seis puntos de ventaja sobre el SK Sturm Graz y alcanza la final de la Recopa de Europa, pero el Rapid pierde por 1-0 ante el Paris Saint-Germain de Luis Fernández. Además, a título personal, fue nombrado mejor jugador bulgaro del año, siendo el último defensor en ganar dicho premio hasta la fecha. En la siguiente temporada, su indisciplina e irregularidad lo enfrentan con el técnico Ernst Dokupil. Tras algunas buenas actuaciones en la Liga de Campeones, su rendimiento baja mostrando un pésimo estado de forma en la recta final del campeonato por lo que el técnico lo aparta del equipo y le prohibe jugar, pese a tener un año más de contrato.
La situación se agravó cuándo parecía que Ivanov no iba a encontrar un nuevo club y que debería jugar para el equipo aficionado del Rapid en la Cuarta División austríaca. Finalmente firma por el FK Austria Wien, rival directo del Rapid, pero tras jugar 11 partidos prefiere volver al CSKA Sofía, en la primavera de 1998, para preparar el Mundial de Francia. La parte final de su carrera transcurrió en las filas del Floridsdorfer AC de Viena, ciudad de la que no quiso moverse, y declinando otras ofertas mejores prefirió jugar en la Regionalliga Ost (tercer escalón del fútbol austriaco) hasta que decidió colgar las botas en el verano de 2001 tras tres temporadas, jugando 52 partidos y marcando 8 goles con el conjunto 'Blau-Weiß'.
Internacional por Bulgaria, jugó un solo partido con la selección sub-21 y debutó con la selección absoluta en un partido amistoso el 13 de abril de 1988 en el estadio Deveti Septemvri de Burgas ante la RDA (Alemania Oriental). Entró en el minuto 60 sustituyendo a Anio Sadakov y marcó el gol del empate a uno definitivo en el minuto 82). Disputó un total de 76 encuentros, en los que marcó seis goles. Participó en los Mundiales de EE.UU.'94 y Francia'98, y también en la Eurocopa de Inglaterra'96. Ivanov será recordado como el gran capitán de la mejor selección búlgara de la historia, la que finalizó en cuarta posición en 1994. En esa selección militaban jugadores de la talla de Mihailov, Sirakov, Balakov, Iordanov, Letchkov, Kiriakov, Kostadinov y Stoitchkov.
Tras su retirada de los terrenos de juego, regresó al norte de Bulgaria. Conocedor de sus limitaciones y su temperamento explosivo, enseguida tuvo claro que no quería dedicarse a los banquillos, sino alejarse de los focos y vivir tranquilo aunque ocasionalmente participa en algún partido con los veteranos de la selección bulgara. Montó un negocio de gasolineras y desapareció durante unos años hasta que le dieron un cargo en la Federación Búlgara de Fútbol. Se compró un lago cerca de su ciudad natal, donde disfruta de la pesca y la caza con sus amigos.
Trifon Ivanov falleció el 13 de febrero de 2016 en Samovodene (Bulgaria), a los 50 años, víctima de un infarto de miocardio.
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