Tres Copas de Europa, dos Balones de Oro, campeón mundial como jugador y técnico... sus logros le elevan a la categoría de leyenda. Él convirtió al Bayern München en el rey del campeonato alemán. Inventó la posición de líbero y creó escuela. Marcó 95 goles pese a jugar de defensa.
El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, que juegan once contra once y que al final siempre gana... Alemania. Y es que nadie como el 'Kaiser', Balón de Oro en 1972 y 1976, para representar ese gen competitivo y victorioso que define a los futbolistas germanos. Sus números, los de una leyenda del Bayern y la 'Mannschaft', son apabullantes, tanto como jugador como técnico. Hasta como presidente del club bávaro cosechó varios galardones. Un hombre, en definitiva, que ha hecho del éxito un estilo de vida. Como futbolista fue siempre un ejemplo de elegancia y eficacia, un centrocampista reciclado que acabó reiventando el fútbol desde su posición de líbero (anotó 95 goles en 692 encuentros). Por algo es el único defensa que se cuela de forma unánime en la lista de los más grandes.
El 'Kaiser' nunca rifaba la pelota y solía salir jugando desde su propia área, entre otras cosas porque su exquisita técnica le permitía dar pases de 40 metros con suma precisión. Jugadores como Koeman, Baresi o Hierro fueron destacados herederos de un estilo que revolucionó la forma de concebir el deporte rey.
Franz Anton Beckenbauer nació el 11 de septiembre de 1945 en München (Alemania). Hincha declarado del TSV 1860 München durante su niñez, que por entonces era el club señero de la capital bávara, acabó enrolándose con 14 años en las filas del Bayern, que vivía momentos difíciles en la segunda división teutona. Pasó un lustro en la cantera y luego debutó en el primer equipo -corría el año 1964- de la mejor forma posible, pues colaboró en el ascenso del equipo a la recién formada Bundesliga.
De ahí en adelante se forja una leyenda. Cuatro Bundesligas, cuatro Copas de Alemania, tres Copas de Europa, una Recopa y una Intercontinental, con Beckenbauer como estandarte de un equipo que vive su etapa más gloriosa. Éxitos que se extienden a la selección, pues con sólo 20 años participa activamente en la consecución del subcampeonato en el Mundial de Inglaterra. El 'Kaiser' anota cuatro tantos en la cita y es declarado mejor jugador joven del torneo, amén de aparecer en el once ideal, algo que repetiría en México'70 y Alemania'74.
En el Mundial mexicano alcanza el tercer puesto y pasa a la historia por jugar lesionado frente a Italia en una semifinal épica que se resolvió en la prórroga. Beckenbauer tiene un hombro dislocado y lleva el brazo en cabestrillo.
En 1974 llega al fin su gran momento, pues lidera a la 'Mannschaft' a su segundo título mundial, aunque Johan Cruyff le arrebata el galardón de mejor jugador del torneo. Dos años antes, Alemania había ganado la Eurocopa de Bélgica y dos después se queda con la miel en los labios por el archiconocido penalti de Panenka. En definitiva, cinco grandes torneos y siempre en el podio.
Su marcha al New York Cosmos en 1977, donde coincide con Pelé, le cierra las puertas de la 'Mannschaft', pero aún tiene tiempo de regresar a la Bundesliga de la mano del Hamburgo en 1980 y ganar el torneo por quinta vez.
Con 39 años asume el cargo de seleccionador y los resultados no se hacen esperar. Subcampeón del mundo en México'86, semifinalista de la Eurocopa del 88 y campeón del mundo en Italia'90, convirtiéndose, de paso, en el primer hombre en ganar el trofeo como jugador y entrenador.
Todavía le queda cuerda para ganar una Bundesliga y una Copa de la UEFA con el Bayern, antes de abandonar la parcela técnica y dar el salto a los despachos.
El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, que juegan once contra once y que al final siempre gana... Alemania. Y es que nadie como el 'Kaiser', Balón de Oro en 1972 y 1976, para representar ese gen competitivo y victorioso que define a los futbolistas germanos. Sus números, los de una leyenda del Bayern y la 'Mannschaft', son apabullantes, tanto como jugador como técnico. Hasta como presidente del club bávaro cosechó varios galardones. Un hombre, en definitiva, que ha hecho del éxito un estilo de vida. Como futbolista fue siempre un ejemplo de elegancia y eficacia, un centrocampista reciclado que acabó reiventando el fútbol desde su posición de líbero (anotó 95 goles en 692 encuentros). Por algo es el único defensa que se cuela de forma unánime en la lista de los más grandes.
El 'Kaiser' nunca rifaba la pelota y solía salir jugando desde su propia área, entre otras cosas porque su exquisita técnica le permitía dar pases de 40 metros con suma precisión. Jugadores como Koeman, Baresi o Hierro fueron destacados herederos de un estilo que revolucionó la forma de concebir el deporte rey.
Franz Anton Beckenbauer nació el 11 de septiembre de 1945 en München (Alemania). Hincha declarado del TSV 1860 München durante su niñez, que por entonces era el club señero de la capital bávara, acabó enrolándose con 14 años en las filas del Bayern, que vivía momentos difíciles en la segunda división teutona. Pasó un lustro en la cantera y luego debutó en el primer equipo -corría el año 1964- de la mejor forma posible, pues colaboró en el ascenso del equipo a la recién formada Bundesliga.
De ahí en adelante se forja una leyenda. Cuatro Bundesligas, cuatro Copas de Alemania, tres Copas de Europa, una Recopa y una Intercontinental, con Beckenbauer como estandarte de un equipo que vive su etapa más gloriosa. Éxitos que se extienden a la selección, pues con sólo 20 años participa activamente en la consecución del subcampeonato en el Mundial de Inglaterra. El 'Kaiser' anota cuatro tantos en la cita y es declarado mejor jugador joven del torneo, amén de aparecer en el once ideal, algo que repetiría en México'70 y Alemania'74.
En el Mundial mexicano alcanza el tercer puesto y pasa a la historia por jugar lesionado frente a Italia en una semifinal épica que se resolvió en la prórroga. Beckenbauer tiene un hombro dislocado y lleva el brazo en cabestrillo.
En 1974 llega al fin su gran momento, pues lidera a la 'Mannschaft' a su segundo título mundial, aunque Johan Cruyff le arrebata el galardón de mejor jugador del torneo. Dos años antes, Alemania había ganado la Eurocopa de Bélgica y dos después se queda con la miel en los labios por el archiconocido penalti de Panenka. En definitiva, cinco grandes torneos y siempre en el podio.
Su marcha al New York Cosmos en 1977, donde coincide con Pelé, le cierra las puertas de la 'Mannschaft', pero aún tiene tiempo de regresar a la Bundesliga de la mano del Hamburgo en 1980 y ganar el torneo por quinta vez.
Con 39 años asume el cargo de seleccionador y los resultados no se hacen esperar. Subcampeón del mundo en México'86, semifinalista de la Eurocopa del 88 y campeón del mundo en Italia'90, convirtiéndose, de paso, en el primer hombre en ganar el trofeo como jugador y entrenador.
Todavía le queda cuerda para ganar una Bundesliga y una Copa de la UEFA con el Bayern, antes de abandonar la parcela técnica y dar el salto a los despachos.
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