Fue una de las melenas más carismáticas del fútbol español y toda una leyenda en el Sevilla. Disputó cerca de 450 partidos en primera división a base de coraje, sobriedad y eficacia. Adornos, los menos. Fue uno de esos defensas clásicos de los que ya quedan pocos. Es uno de los jugadores que más partidos ha jugado en la liga española con 449 participaciones y casi 40.000 minutos acumulados.
Diego Rodríguez Fernández nació el 20 de abril 1960 en La Orotava, provincia de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias (España). Comenzó su carrera en las categorías inferiores del CD Vera del barrio del Puerto de la Cruz, en el norte de la isla de Tenerife. En 1977, con tan solo 17 años, es captado por los ojeadores del CD Tenerife, club con el que da el salto al futbol profesional donde ya da muestras de su implacabilidad como lateral derecho. Debutó con el primer equipo en la temporada 1978-79, cuando jugó dos partidos. Por entonces, el cuadro 'chicharrero' militaba en Segunda B, categoría en la que iría haciendo un sitio durante las tres campañas siguientes. Reconvertido en central, brilló con luz propia en la última de ellas, la 1981-82, en la que fue prácticamente intocable en el once, con 39 actuaciones, y logró un total de seis tantos.
La permanente crisis deportiva y social que a comienzos de los 80 vivía el conjunto 'blanquiazul' hace que fueran varios equipos los que se interesaron por él decantándose por el Real Betis Balompié, conjunto al que fue traspasado en el verano de 1982. Allí debuta en Primera División y juega la Copa de la UEFA, donde el conjunto 'verdiblanco' cae en primera ronda ante el SL Benfica de Sven-Göran Eriksson. Durante seis temporadas se convierte en el líder de la zaga bética, Diego destacaba como un marcador férreo dotado de unas condiciones físicas espectaculares. Junto a los Esnaola, Gordillo, Cardeñosa, Rincón o Calderón, el conjunto de Heliópolis consigue clasificarse para jugar, nuevamente, la Copa de la UEFA en la temporada 1984-85 y ser subcampeón de la Copa de la Liga en la temporada 1985-86, tras caer en la final, a doble partido, contra el FC Barcelona.
En 1988 protagonizó un sonado cambio de aires, al fichar por el Sevilla FC, eterno rival del equipo 'verdiblanco'. "Yo estaba en conversaciones con el Betis para renovar y reconozco que mi agente había hablado con Valencia y Atlético de Madrid. El Sevilla me quería, pero yo no iba a dar ese paso por respeto a la afición bética. Los dirigentes del Betis me citaron para charlar y los noté algo alegres, quizás por lo que habían bebido. Uno de ellos me vaciló y me dijo que no era capaz de firmar por el Sevilla. Al otro día lo hice". El Sevilla, presidido por Luis Cuervas, iniciaba un ambicioso proyecto, con Xabier Azkargorta en el banquillo sevillista y con fichajes de la talla del propio Diego, el portero internacional ruso Rinat Dasaev, que estaba considerado como uno de los mejores porteros del mundo, o el delantero austríaco Anton Polster.
En el conjunto de Nervión, Diego se convierte en uno de los jugadores más carismáticos de la plantilla, además del líder de la defensa 'hispalense' durante ocho temporadas, en las que junto a Prieto, Martagón y Jiménez forma una temible y mítica defensa. En la temporada 1989-90, con Vicente Cantatore en el banquillo, el club consiguió una nueva participación en la Copa de la UEFA. En la temporada 1992-93, tras varios meses de negociaciones, llegó desde el SSC Napoli Diego Armando Maradona, pagando el club 7,5 millones de dólares por su traspaso. Sólo la llegada del astro argentino hace que ceda el brazalete. Sin embargo, el paso por Sevilla de Maradona fue poco feliz, siendo despedido del club, entre otras cosas, por lesiones y problemas con Bilardo. En las temporadas siguientes estuvo como entrenador Luis Aragonés, en una de las cuales el equipo se volvió a clasificar para la Copa de la UEFA (1994-95). Con ello, Diego se aseguró que su última campaña como sevillista la disputase en Europa. Este hecho le permitió tener más presencia en las alineaciones, con un total de 35 partidos, aunque las cosas no fueron ni mucho menos fáciles. La pretemporada estuvo marcada por un descenso administrativo a Segunda B que, al final, no se llevó a cabo, pero que dejó muy tocado el proyecto sevillista, que acabó peleando, por la permanencia.
En 1996, la profunda renovación que se da en la plantilla sevillista, hace que la directiva no le ofrezca la renovación de su contrato pero sí para formar parte del cuerpo técnico, con José Antonio Camacho en el banquillo. Diego, ya con 36 años, se encontraba en plena forma y quería continuar jugando y, aunque se pensó seriamente la oferta sevillista, finalmente decidió marcharse al Albacete Balompié, tras el interés mostrado por el conjunto manchego para que formara parte de su plantilla en la Segunda División. En su primera temporada en tierras manchegas, tiró de experiencia y jerarquía, jugando 34 partidos y marcando dos goles (a SD Eibar y CD Toledo). Con estas credenciales, se ganó la renovación y en su segunda temporada coincide con otros ex sevillistas como Antonio Gómez o Zigor Aranalde. Pero tras una temporada complicada para el club, en la que pasan hasta cuatro entrenadores por el banquillo del Carlos Belmonte, al final de temporada, y con 38 años, se compromete con el Dos Hermanas CF (entonces en la Tercera División). Allí, a las órdenes de un jovencísimo Lucas Alcaraz, acumuló 33 actuaciones y dos dianas que sirvieron, en parte, para certificar el ascenso 'nazareno' a la Segunda B. Este hecho le animó para seguir en activo durante las tres siguientes temporadas, en las que acumuló la nada despreciable cifra de 91 encuentros hasta que se retira en 2002, con 42 años.
Internacional por España, jugó con las selecciones sub-20, sub-21 y sub-23. Con los sub-21 debutó el 24 de febrero de 1982 en el Heliodoro Rodríguez López en el encuentro de ida de los cuartos de final del Europeo de 1982 ante la potente Alemania Federal. "Aquella experiencia fue inolvidable porque pude debutar con la sub-21 en casa delante de toda mi familia y hacerlo con éxito". Curiosamente otro 24 de febrero pero de 1988, Miguel Muñoz lo hace debutar con la selección absoluta en un amistoso contra Checoslovaquia disputado en el estadio de La Rosaleda en Málaga. Diego jugó 45 minutos al sustituir en el descanso, a Julio Alberto. Ese sería su único partido como internacional ya que aunque posteriormente fue incluido por el seleccionador madrileño en la lista definitiva para jugar la Eurocopa de 1988 que se disputó en la República Federal Alemana, no llegó a jugar ningún minuto al tener por delante de él a los Tomás, Andrinua, Sanchís, Camacho o Víctor.
Siendo todavía jugador en activo del Dos Hermanas, la directiva del CF Ciudad de Murcia, de la Segunda División B, le ofreció su banquillo (formando tándem con Yeyo) para la recta final de la campaña 2001-02. Este hecho provocó su retirada de los terrenos de juego y su inminente salto al banquillo del Sánchez Cánovas. Posteriormente se vinculó al Xerez CD como Secretario Técnico, y regresaría a Nervión para trabajar en su cantera, incorporándose como técnico al Sevilla 'C', al que dirigió en la temporada 2008-09, en la que, incluso, dio el salto al Sevilla Atlético, al que no pudo salvar del descenso a Segunda B. Pese a ello, continuó al frente del equipo en la 2009-10, cuando los malos resultados hicieron que Ramón Tejada lo sustituyese al término de la jornada 25. Desde 2014 dirige, junto a Antonio Álvarez, Futbalia, una escuela para jóvenes promesas del balompié.
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