Marcos Alonso (nieto del mítico Marquitos, y a su vez hijo de Marcos Alonso, antiguo jugador de Barcelona y Atlético de Madrid entre otros) y Rodrigo han sido las últimas perlas de la cantera blanca en salir de Valdebebas con dirección al Bolton Wanderers y al Benfica, respectivamente. Además, el diario deportivo As ya ha adelantado la más que probable salida de Pablo Sarabia en el mes de enero rumbo al Sporting de Braga portugués por una cifra que rondaría los tres millones de euros.
Y es que los traspasos de las jóvenes promesas blancas no son ninguna novedad, vienen a la cabeza los casos del campeón del Mundo, Juan Mata (en este caso fue una marcha al acabar contrato, los dirigentes blancos consideraron que un tal Roysthon Drenthe tenía más proyección que el jóven burgalés), De la Red (recuperado años más tarde del Getafe pagando traspaso), Granero (recuperado también del Getafe tras pagar traspaso), Alvaro Arbeloa (recuperado años más tarde al Liverpool pagando traspaso) y otros tantos talentos de la cantera blanca que el Real Madrid utiliza como divisa o moneda de cambio.
Estos acontecimientos levantan varios interrogantes. ¿Realmente no tienen ningun futuro en el primer equipo este tipo de jugadores? ¿Porqué por lo general los jugadores de 'La Masía' funcionan en el primer equipo y no los de Valdebebas? ¿Tiene sentido traspasar a los jugadores para luego repescarlos por el doble de dinero?
Trataremos de responder estos dilemas. En primer lugar, hay que hacer un alegato en favor de la cantera blanca. Es cierto que últimamente no ha dado unos talentos similares a los Xavi, Puyol, Cesc o Iniesta, pero la antigua Ciudad Deportiva ha dado jugadores excelentes como Casillas, Raúl o Guti, otros muy interesantes como Negredo o Mata, y además ha nutrido a una gran cantidad de equipos de la Primera y Segunda División.
Quizás el problema no esté en los jugadores en si o en la captación de estos, sino en el concepto de cantera del Real Madrid, lo que viene a responder nuestro segundo interrogante. Los jugadores de 'La Masía' encajan perfectamente en el esquema del Barcelona porque juegan en ese esquema desde pequeños. En el Real Madrid, que se tambalea una temporada tras otra entre una idea de juego y su complementaria, y que no tiene muy bien definida ésta a nivel institucional, ya que queda definida en función del éxito, los jugadores tienen que acoplarse a ideas del juego totalmente antagónicas, que dependen del entrenador de turno del primer equipo.
En el Barcelona el entrenador normalmente es elegido en función de la filosofía del club, lo que facilita muchísimo la integración de chavales que llevan practicando una idea de juego desde la infancia. Los casos de Iniesta o la fulgurante aparición de Sergio Busquets dan buena fé de esto. Una vez en el primer equipo, éstos son introducidos de manera progresiva, y eso de nuevo nos lleva al tercer interrogante. En el Real Madrid, se justifica la política de traspasos de canteranos bajo la máxima de, si son buenos, ya los repescaremos. Por su parte el Barcelona deja entrar a estos canteranos paulatinamente en el primer equipo, para que vayan creciendo dentro de él. De esta manera su acoplamiento resulta mucho más fácil y progresiva, ya que no tienen que emigrar a un equipo con una idea de juego distinta para reacoplarse de nuevo posteriormente en el primer equipo generalmente en una posición que no es la suya (caso Granero). Además de ésto, no parece que tenga mucho sentido pagar por jugadores que uno mismo ha producido, supone pagar a otros clubs por la formación de jugadores, algo que como Guardiola ha demostrado, puede hacerse desde el primer equipo. Quizás bajo esta política no se encuentre un interés en formar a los jugadores, sino una concepción meramente económica de la cantera por la que los jóvenes jugadores son una manera fácil de hacer caja para traer a otros jugadores generalmente extranjeros con más renombre, pero que en la mayoría de las ocasiones no ofrecen un rendimiento mejor al que los propios canteranos podrían dar.
Parece que con Florentino Pérez y Ramón Martínez la política de la cantera del equipo sigue siendo nula. Quizás otras figuras históricas del club podrían entender mejor que significa 'La Fábrica': una manufactura de jugadores y de valores, no de dinero. Que le pregunten a Vicente del Bosque o a José Antonio Camacho, que algo entienden de madridismo.
Mientras tanto al conjunto blanco le queda un filial que es imposible que pueda nutrir de efectivos al primer equipo, si fuera necesario, ya que después de haberle visto los primeros partidos de la presente temporada es un equipo lamentable al que cualquier filial, como hizo el del Celta hace dos jornadas, puede ganarle fácilmente.
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