La elección de Estados Unidos como organizador del Mundial de 1994 generó gran polémica por ser un país sin ninguna tradición futbolística. Sin embargo, y debido al desarrollo económico y a la infraestructura del país, el evento tuvo un gran éxito marcando cifras históricas de asistencia de público y recaudación financiera, imbatibles hasta el día de hoy, e incluso permitió el desarrollo del 'soccer' en Estados Unidos. Hoy recordamos el balón de este Mundial, el Adidas Questra.
En un intento por extender el fútbol a todos los rincones, la FIFA eligió a los Estados Unidos de América como sede para el Mundial de 1994. A pesar del escepticismo generalizado inicial, debido a la poca cultura futbolística del país, se batieron récords de asistencia de público en los estadios. Para la ocasión Adidas puso a disposición de la FIFA el Questra, cuyo nombre proviene de una antigua palabra que significa la búsqueda de las estrellas (the quest for the stars), en un claro tributo al país anfitrión, con una historia rica en la exploración espacial.
El diseño exterior del nuevo balón repetía la estructura fundamental del Tango, seguía manteniendo el formato de 12 pentágonos y 20 hexágonos, y las estructuras triples en color negro, que al igual que en el Azteca y en el Etrusco Unico, incluían en su interior una serie de imágenes espaciales como planetas, agujeros negros y, desde luego, estrellas. El Questra, heredero de la tecnología aeroespacial estadounidense, marcó nuevos niveles de rendimiento.
Para la cita mundialista la FIFA tenía miedo de que muchos de los partidos pudieran terminar con empates o sin goles, poniendo en peligro el interés de los aficionados norteamericanos más acostumbrados a resultados abultados. Para ello Adidas creó un balón más ligero y más sensible con la utilización de 5 materiales diferentes y envolviéndolo en espuma de poliestireno, lo que le dio una mayor resistencia al agua y le permitía una mayor aceleración al chutarlo. Nuevamente, era un balón cosido a mano, que se volvió más suave al tacto y se mejoró el control del balón. Esto se demostró durante la disputa del Mundial, donde los jugadores consiguieron adaptarse rápidamente al nuevo balón y pudieron convertir grandes goles. Sin embargo, fueron no pocos los porteros que se quejaron de lo complicado que era atrapar el balón en condiciones húmedas. En Florida o California hubo partidos en los que se pudo ver como la pelota hacía extraños efectos durante su trayectoria.
Igual que su predecesor el Etrusco Unico, este balón fue utilizado tanto por la FIFA como la UEFA en las competiciones oficiales de dichas asociaciones hasta 1996, además de ser utilizado en grandes ligas como la Bundesliga, o la LFP española, en donde fue el balón oficial en las temporadas 1994-95 y 1995-96. Dos años más tarde de comenzar a rodar por los terrenos de juego estadounidenses volvía a ser el balón oficial de la Copa de Oro de la CONCACAF de 1996, disputada íntegramente en el estado de California.
En 1996, de cara a la Eurocopa de Inglaterra, Adidas no renovó el nombre (si bien le añadió como apellido 'Europa', nombre del continente) aunque si el diseño, donde los tres leones clásicos de la heráldica inglesa y la rosa Tudor sustituyeron a las estrellas y planetas. Su primer torneo oficial no fue la Eurocopa de Inglaterra'96, ya que con él se disputó la final de la Copa del Rey de 1996 entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. Ese mismo año veía la luz el Questra Olympia, que fue utilizado en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, y cuyo diseño se diferenciaba, significativamente de los anteriores ya que incluía, en las estructuras triples, tres antorchas en tonos rojos y anaranjados en clara alusión al espíritu e historia de las Olimpiadas. Este modelo tiene el dudoso honor de ser uno de los últimos balones oficiales de la marca teutona fabricados en Europa.
En 1995 Adidas editaba también una serie de balones que se denominó 'familia Questra' y entre los que destacaba el Questra Apollo, del que se fabricaron 1000 unidades con el logotipo de la Real Federación de Fútbol de España para la disputa de los encuentros de la Copa del Rey. Otras réplicas editadas por la marca alemana fueron el Questra Endeavor (que incluía los tonos rojizos, además del negro, en las estructuras triples del balón), Questra Discovery, Questra Cosmos, Questra Champ III, Questra Pontiac, Questra Junior 290 (en tamaño 4 y con un peso de 290 gramos) y el Questra Orbit GL, que tenía dos versiones, una en negro similar al Questra Classico y otra que incluía tonos rojizos y anaranjados, además del negro, en las estructuras triples que decoraban el balón.
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