La única participación de la selección de Kuwait en un Mundial fue todo un show. Primero porque llevaban un camello real como mascota a cada uno de sus partidos, y segundo por la rocambolesca historia que hoy vamos a contar.
Fue en el Mundial de 1982, disputado en España. El 21 de junio se enfrentaban Francia y la selección kuwaití en la segunda jornada del Grupo D en el Estadio Municipal José Zorrilla de Valladolid. Francia ganaba fácil por 3-1 cuando en el minuto 84 del partido Alain Giresse, delantero de 'les bleus' recibía el balón de Michel Platini, y marcaba el cuarto tanto para su selección ante la pasividad de la defensa 'Al Azraq'. Las imágenes televisivas mostraron que el árbitro estaba con las manos levantadas en el momento en que Giresse entraba en el área kuwaití, dando instrucciones para que siguiera el juego, lo cual descartaba que hubiera intentado detener la acción.
Inmediatamente, todo el equipo árabe se abalanzó sobre el colegiado, el soviético Miroslav Stupar, alegando haber escuchado el silbato del árbitro y que por ello el gol no debe subir al marcador. Desde el palco de autoridades del estadio, un individuo ataviado con vestimentas árabes y turbante rojo hace aspavientos indicando al equipo kuwaití que abandone el terreno de juego. Tras varios minutos de incertidumbre, el hombre del turbante apareció sobre el césped entre el tumulto de jugadores y acompañado por varios escoltas. Era el jeque Fahad Al-Ahmad Al-Sabah, presidente de la federación de fútbol y del Comité Olímpico y hermano del emir de Kuwait.
Los algo más de 30.000 espectadores que estaban en las gradas y los jugadores franceses, tranquilos por una victoria segura, observaban con estupor la insólita escena. Tras una conversación con el árbitro, rodeado de jugadores y policías, el jeque amenazó de nuevo con retirar a sus jugadores del terreno de juego si no se anulaba el gol. Tras algo más de diez minutos de discusión, el ucraniano Stupar anuló el gol y el jeque kuwaití regresó a su asiento rodeado de policías y guardaespaldas. "La mafia es pequeña al lado de la FIFA. No me importan las sanciones. Yo me iré y otro cubrirá mi puesto. Yo no obligué al árbitro a anular el gol, él lo hizo porque estaba convencido", aseguró Al-Sabah tras el partido.
La historia juzgó este hecho como anécdota, pero fue un caso muy grave por lo que la FIFA emitió una resolución al día siguiente, declarando válido el resultado final del partido, y reconociendo el triunfo francés por 4-1 (Maxime Bossis marcó el cuarto en el minuto 89). Al mismo tiempo impuso una multa de 25.000 francos suizos a la Kuwait Football Association por 'conducta antideportiva', amonestaba al jeque Fahad y a la organización española del estadio vallisoletano. En cuanto a Miroslav Stupar, la FIFA lo suspendió a perpetuidad como árbitro internacional, pudiendo actuar como tal sólo en torneos internos de la Unión Soviética.
La selección francesa quedó cuarta en el Mundial de 1982 y el equipo kuwaití fue eliminado en primera ronda. El jeque Fahad falleció el 3 de agosto de 1991, oponiendo resistencia a las tropas iraquíes que habían invadido su país horas antes. Ese mismo año Stupar se retiraba del arbitraje a los 50 años de edad.
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