Suele decirse que para ser portero hay que tener una personalidad especial. La razón que esgrime el saber popular futbolero es la ingratitud del puesto, y el límite entre el cadalso y la gloria es tan fino que no cualquiera puede sobrellevarlo. Entonces, pararse debajo de los tres palos requiere algo de locura y rebeldía, cualidades que definen tanto los distintos estilos de parar de cada uno… ¡como su manera de vestir!
Es por eso que vamos a repasar el nombre de algunos de aquellos guardametas que han llamado la atención por su indumentaria.
Uno de los primeros en instaurar moda desde el arco fue el ruso Lev Yashin, apodado la Araña Negra porque, completamente vestido de ese color, parecía tener ocho manos a la hora de parar. Si bien hubo otros que prefirieron vestirse monocromáticamente como Yashin, uno de los más recordados fue el italiano Dino Zoff, quien popularizó la camiseta gris plata con la que levantó la Copa del Mundo en España 1982.
El portero holandés Van der Sar puede ser considerado uno de los eslabones entre el antes y el después, si uno repasa las camisetas multicolor que solía vestir a principios de la década de los 90 en el Ajax. De hecho, por esos años, un joven Bodo Illgner ya había dejado su huella en el Mundial de Italia'90, cuando se consagró campeón del mundo con una vestimenta que hubiera causado sensación en cualquier discoteca de la época.
Esta era similar al otro portero de aquella final, el argentino Sergio Goycochea, quien se hizo famoso en dicha fase final como experto ‘parapenaltis’. Cuánto ayudó el estrafalario diseño a que Argentina jugase el partido decisivo es relativo, ya que el gol de Alemania en la final fue desde los once metros.
No obstante, nada se compara con las camisetas que solía vestir el mexicano Jorge Campos e hicieron furor durante el Mundial de Estados Unidos en 1994. Aquel extrovertido portero, que también ocupaba de vez en cuando la posición de delantero, usaba una talla más grande y colores fluorescentes “Distraen a los rivales, les quita concentración”, afirmaba el mexicano.
El inglés David Seaman pareció copiarlo en la Eurocopa 1996, aunque ese año le robó la atención el tunecino Chokri El Ouaer durante la Copa de África, donde causó sensación con una camiseta cuasi-psicodélica: su diseño replicaba a aquellos cuadros o dibujos en los uno debía fijar la vista durante un buen rato para encontrar la figura entre las formas. Mal no le fue al capitán de Túnez, porque su selección fue finalista y él resultó elegido el mejor portero del torneo, aunque luego prefirió volver a diseños más convencionales.
A la hora de las excentricidades, es imposible obviar el nombre del francés Jeremie Janot. El ya histórico guardameta del Saint-Étienne se ha forjado toda una fama en el tema, y no es para menos. Un día, Janot jugó con una camiseta muy similar a la de Argentina simplemente porque de niño tenía admiración por la selección albiceleste. En otra oportunidad, y por la misma razón, jugó disfrazado de… ¡el Hombre Araña!
Es por eso que vamos a repasar el nombre de algunos de aquellos guardametas que han llamado la atención por su indumentaria.
Uno de los primeros en instaurar moda desde el arco fue el ruso Lev Yashin, apodado la Araña Negra porque, completamente vestido de ese color, parecía tener ocho manos a la hora de parar. Si bien hubo otros que prefirieron vestirse monocromáticamente como Yashin, uno de los más recordados fue el italiano Dino Zoff, quien popularizó la camiseta gris plata con la que levantó la Copa del Mundo en España 1982.
El portero holandés Van der Sar puede ser considerado uno de los eslabones entre el antes y el después, si uno repasa las camisetas multicolor que solía vestir a principios de la década de los 90 en el Ajax. De hecho, por esos años, un joven Bodo Illgner ya había dejado su huella en el Mundial de Italia'90, cuando se consagró campeón del mundo con una vestimenta que hubiera causado sensación en cualquier discoteca de la época.
Esta era similar al otro portero de aquella final, el argentino Sergio Goycochea, quien se hizo famoso en dicha fase final como experto ‘parapenaltis’. Cuánto ayudó el estrafalario diseño a que Argentina jugase el partido decisivo es relativo, ya que el gol de Alemania en la final fue desde los once metros.
No obstante, nada se compara con las camisetas que solía vestir el mexicano Jorge Campos e hicieron furor durante el Mundial de Estados Unidos en 1994. Aquel extrovertido portero, que también ocupaba de vez en cuando la posición de delantero, usaba una talla más grande y colores fluorescentes “Distraen a los rivales, les quita concentración”, afirmaba el mexicano.
El inglés David Seaman pareció copiarlo en la Eurocopa 1996, aunque ese año le robó la atención el tunecino Chokri El Ouaer durante la Copa de África, donde causó sensación con una camiseta cuasi-psicodélica: su diseño replicaba a aquellos cuadros o dibujos en los uno debía fijar la vista durante un buen rato para encontrar la figura entre las formas. Mal no le fue al capitán de Túnez, porque su selección fue finalista y él resultó elegido el mejor portero del torneo, aunque luego prefirió volver a diseños más convencionales.
A la hora de las excentricidades, es imposible obviar el nombre del francés Jeremie Janot. El ya histórico guardameta del Saint-Étienne se ha forjado toda una fama en el tema, y no es para menos. Un día, Janot jugó con una camiseta muy similar a la de Argentina simplemente porque de niño tenía admiración por la selección albiceleste. En otra oportunidad, y por la misma razón, jugó disfrazado de… ¡el Hombre Araña!
Los estampados también han dado que hablar, sobre todo los de animales. En Argentina, uno de los primeros fue el colombiano nacionalizado argentino Carlos Fernando Navarro Montoya, quien durante una parte de su etapa en Boca Juniors le agregó a su multicolor camiseta un mono en camión en honor a su apodo, 'el Mono'.
Su némesis esa época no fue otro que el paraguayo José Luis Chilavert. Si bien el 'Chila' vestía generalmente de negro, supo estamparse en el pecho un buldog, haciendo honor a su fama de 'malas pulgas'.
Independientemente del color, diseño o estampa de sus vestimentas, todos los porteros comparten un objetivo común: evitar que la pelota entre en su portería y en esa tarea no hay camiseta que valga.
Su némesis esa época no fue otro que el paraguayo José Luis Chilavert. Si bien el 'Chila' vestía generalmente de negro, supo estamparse en el pecho un buldog, haciendo honor a su fama de 'malas pulgas'.
Independientemente del color, diseño o estampa de sus vestimentas, todos los porteros comparten un objetivo común: evitar que la pelota entre en su portería y en esa tarea no hay camiseta que valga.
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