México llegaba al Mundial de Argentina'78 con un exceso de confianza, ya que había 'barrido' a Haití, El Salvador, Surinam, Guatemala y Canadá en las eliminatorias clasificatorias de la CONCACAF, jugadas por entero en suelo azteca. Incluso entre las estrellas de aquel Mundial se incluía, a priori, a Leonardo Cuellar, jugador de los Pumas, y a quien se había bautizado como el 'fetiche' de la selección mexicana.
En el sorteo, el 'Tri' había quedado encuadrado en el Grupo 2 junto con las selecciones de la República Federal de Alemania, Polonia y Túnez. El entrenador mexicano, José Antonio Roca, había hecho un arriesgado pronóstico al afirmar que su equipo le ganaría ampliamente a Túnez, empataría con Alemania y ganaría por la mínima o empataría con Polonia para pasar a la siguiente ronda. Sin embargo no se cumplieron las apuestas del técnico, y el combinado azteca quedó último de grupo y sin ningún punto tras perder 3-1 con 'Las Águilas de Cartago', 6-0 frente al combinado 'teutón' y nuevamente 3-1 con el seleccionado de la Europa del Este.
José Pilar Reyes, guardameta de los Tigres de la UANL, era el portero titular de aquella selección mexicana que nadie quiere recordar. El 6 de junio de 1978 se enfrentaban a los alemanes en el Estadio Olímpico de Córdoba. En apenas 38 minutos el portero mexicano ya había recibido tres goles de manos (o pies más bien) de Dieter Müller, Hansi Müller y Karl-Heinz Rumenigge. Precisamente en el tercer gol sufrió un encontronazo con el delantero del Bayern de Múnich y se lesionó la rodilla, teniendo que ser sustituido en el minuto 39 de partido. Muchos quisieron ver en aquella lesión un oportuno percance para retirarse del terreno de juego, evitando así una humillación mayor por parte del cuadro germano.
Pedro Soto, portero del América, salía del banquillo para ponerse bajo los palos de la portería mexicana, mientras que Pilar Reyes se iba cabizbajo al vestuario y ya no quiso saber nada del encuentro. Al finalizar el partido y bajar a los vestuarios, Reyes, que se encontraba con el fisioterapeuta, le preguntó a Soto cómo habían quedado. El sustituto le respondió: "Empatamos". El portero de Tigres, emocionado e incrédulo, volvió a preguntarle: "¿De verdad empatamos con Alemania?", a lo que Soto le respondió: "Sí, empatamos... a ti te metieron tres goles y a mi otros tres".
En el encuentro contra Polonia fue Soto quien defendió la portería mexicana, y a pesar de que los aztecas mejoraron considerablemente su juego, cayeron derrotados por 3-1, con lo que Pedro Soto y Pilar Reyes se despedían de la Copa Mundial de 1978 con un nuevo empate, el de goles totales encajados (6).
No hay comentarios:
Publicar un comentario